Machos de mono babuino protegiendo a sus hijas
CIENCIAS DE LA VIDA / ZOOLOGÍA / CONDUCTA ANIMAL.
Aparte de los humanos, muy pocos mamíferos reciben cuidados de su padre. Pero cuando ocurre, ello puede beneficiar de manera notable a su progenie.
Un macho adulto de babuino junto a una cría, en un punto del Parque Nacional de Amboseli. Foto: Elizabeth Archie, profesora en la Universidad de Notre Dame.
Un estudio reciente sobre monos babuinos, a cargo de un equipo integrado, entre otros, por David J. Jansen y Elizabeth Archie, ambos de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos, ha permitido comprobar que la solidez de las relaciones padre-hija en los primeros años de vida de esta predice diferencias significativas en la supervivencia de dicha hembra de babuino.
Jansen y sus colegas evaluaron el efecto que pueden tener los machos de mono babuino cuando deciden convivir e interactuar con sus hijas, a pesar de que las madres de estas les proporcionan todos los cuidados esenciales. Hasta ahora, se desconocían en su mayor parte las consecuencias que para las hijas tiene una buena relación padre-hija en los primeros años de vida de esas hembras.
Los machos de mono babuino tienden a alcanzar su máximo éxito reproductivo cuando son adultos jóvenes. Pero una vez que han tenido unos cuantos retoños y su estado físico decae, entran en una especie de “modo padre”, en el que no se esfuerzan tanto por salir a buscar oportunidades para aparearse. Entonces tienen tiempo para pasarlo con sus hijos e hijas.
Tras analizar 216 hembras de babuino y el padre de cada una, residentes en el Parque Nacional de Amboseli en África oriental, los investigadores descubrieron que aproximadamente un tercio de las hijas vivían en el mismo grupo social que sus padres desde hacía tres años o más. Los dos tercios restantes tenían padres que abandonaron el grupo o murieron durante los tres primeros años de vida de sus hijas.
Los investigadores también evaluaron la actividad entre individuos consistente en limpiar y desparasitar el pelaje de otro, algo más fácil y eficaz que si el propio individuo tiene que hacérselo a sí mismo. Esta actividad refleja el grado de confianza y afecto entre individuos. En humanos, esto podría ser el equivalente a sentarse juntos para tomar una taza de café y conversar relajadamente.
Lo observado por los autores del estudio demostró que las hijas que habían disfrutado de una relación familiar estrecha con su padre, conviviendo con él tres o más años, alcanzaban al morir una edad que solía ser de entre dos y cuatro años superior a la que alcanzaban las hembras que habían tenido una relación más distante o breve con su padre.
Las adversidades sufridas en los primeros años de vida tienen un poderoso efecto negativo en la esperanza de vida, por lo que este estudio sugiere que tener un padre que convive con sus hijas y tiende a protegerlas permite a esas hembras salir mejor paradas de situaciones dañinas.
En muchas especies de mamíferos, el padre tienen fama de contribuir poco a cuidar a sus crías, pero ahora el nuevo estudio demuestra que incluso estas contribuciones modestas que hacen los machos tienen consecuencias realmente importantes, al menos en el caso de las monas babuinas.
Los autores del estudio también comprobaron que una relación estrecha entre hembras jóvenes o con otros machos adultos que no son el padre no se relaciona con una vida más larga de esas hembras jóvenes.
Esto podría deberse a que los babuinos macho muestran una mayor tendencia a intervenir en conflictos para proteger a sus hijas, e incluso a las madres de ellas, frente a otros miembros del grupo, que para proteger a otras hembras.
El estudio se titula “Early-life paternal relationships predict adult female survival in wild baboon”. Y se ha publicado en la revista académica Proceedings of the Royal Society B.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings