Descubren la influencia del uso cotidiano de tecnología digital sobre el ritmo de declive cognitivo al envejecer
NEUROPSICOLOGÍA.
La primera generación de usuarios domésticos de ordenadores ya ha alcanzando la vejez.
Esto permite comparar a tales usuarios con gente de su misma edad que no ha usado de forma habitual ordenadores ni dispositivos comparables, e intentar determinar cómo influye el uso habitual de tecnología digital sobre el ritmo de declive cognitivo al envejecer.
El uso cotidiano de tecnología digital a lo largo de la vida tiende a ralentizar el ritmo de declive cognitivo al envejecer. La imagen muestra ceros y unos del código binario de los ordenadores, así como una neurona. Ilustración: Amazings / NCYT.
El estudio, una revisión de resultados de unas 140 investigaciones sobre un total de más de 400.000 personas, lo han llevado a cabo Jared Benge, de la Universidad de Texas en Austin, y Michael Scullin, de la Universidad Baylor, ambas instituciones en Estados Unidos.
En los últimos tiempos, se ha venido sospechando que el uso habitual de dispositivos digitales, por ahorrar a menudo el esfuerzo intelectual de hacer por uno mismo operaciones aritméticas y otros cálculos, conduce a una cierta atrofia de habilidades mentales. A esta creencia se la conoce como la hipótesis de la demencia digital.
Los resultados del nuevo estudio no solo no respaldan esta hipótesis sino que de hecho señalan justo el efecto contrario para el uso habitual de tecnología digital: la primera generación de usuarios domésticos de ordenadores conserva en la vejez una fortaleza cognitiva mayor que la de sus coetáneos que no usaron habitualmente ordenadores a lo largo de su vida.
Concretamente, los resultados del estudio indican que el uso habitual de tecnología digital se correlaciona con un riesgo un 58% menor de deterioro cognitivo. Este patrón de protección cognitiva persistió cuando los investigadores tomaron en cuenta el estatus socioeconómico, el nivel de educación académica, la edad exacta, el sexo, la capacidad cognitiva inicial, la realización habitual de actividades mentales como la lectura, el grado de apoyo social recibido por la persona y su salud general, que podrían haber explicado los resultados.
El estudio se titula “A meta-analysis of technology use and cognitive aging”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Human Behaviour.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings