Así es el recorrido por el Amazonas, un viaje al pulmón del planeta

TURISMO.-

En el mayor productor de oxígeno del planeta es posible pescar pirañas, nadar con delfines rosados, bailar con las comunidades locales y otra decena de verbos para los que no hacen falta baterías. Así es un viaje por el Amazonas.

Mario Cherrutti.

El río Amazonas, el más largo del mundo, nace en el volcán Mismi en los Andes peruanos, recorre el norte de Brasil y desemboca 7mil 25 kilómetros después, en el océano Atlántico. En un solo día vierte al mar lo que al Támesis le lleva todo un año: 230.000 metros cúbicos de sedimentos por segundo avanzan hasta 200 kilómetros en el Atlántico. Es la cuenca más grande de la tierra, el pulmón del planeta, una maraña de afluentes, arroyos y canales que se entrelazan e irrigan 7 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical.-

Mario Cherrutti.

La vida aquí sucede en el agua. Los jóvenes no sueñan con comprarse un auto, sino con un motor fuera de borda. El río ordena las estaciones. No hay invierno ni verano, sino seca y cheia (llena), según las lluvias marquen el nivel de las aguas. Las lluvias de diciembre a mayo provocan la cheia en mayo y junio. Después el río baja hasta alcanzar su punto mínimo entre octubre y noviembre, la seca. La oscilación de las aguas sumerge islas enteras y hacer desaparecer playas. Recorrer Amazonas en la cheia es internarse en bote por canales estrechos entre las copas de los árboles que tienen su tronco bajo el agua, mientras que en la seca se puede caminar por sus islas. Ambas tienen su encanto.

En crucero por el Amazonas.

Mario Cherrutti.-

Manaos está a orillas del río Negro, uno de los dos afluentes principales del Amazonas junto con el Solimoes. Desde el puerto de pasajeros zarpan embarcaciones de todo tipo. Algunos cruceros ofrecen pasar las noches tendido en una hamaca en cubierta. Iberostar, es el único cinco estrellas, de cuatro pisos y 74 cabinas, que organiza cruceros de tres, cuatro y siete días, con el sistema todo incluido.

Lujoso o sencillo, todos navegan hasta el encontro das aguas, a 10 kilómetros de Manaos. El río Negro se encuentra con el Solimoes marrón claro. Las diferencias de temperatura –el Negro tiene 22 grados, mientras el Solimoes 28– , acidez y velocidad entre ambos no permite que se mezclen formando una línea irregular de 6 kilómetros.

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Caminando por el pulmón del planeta.

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Mario Cherrutti.

Una caminata por las islas debe hacerse de calzado cerrado, pantalón largo y con un guía quien nos identificará árboles beneficiosos como el que cura la malaria y los venenosos que suelen ser los de frutos CAL (cabeludos, amargos y lechosos).

Sólo el treinta por ciento de las especies vegetales han sido clasificadas y los pueblos originarios son una fuente vital de conocimiento. Existen 64 etnias reconocidas y hay indicios de otras 52 que no han tenido contacto con el exterior.

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Mario Cherrutti.

Algunas comunidades reciben visitantes. El cacique con plumas en la cabeza y el rostro pintado nos saluda: Aium pacomá, (bienvenido amigo). Las mujeres vestidas con faldas de fibras y collares de plumas, nos pintan la cara con tinta roja de urucum, un fruto local. Los hombres se calzan cascabeles en un tobillo, toman las flautas de dos metros y tocan melodías mientras bailan del brazo de sus mujeres y nos invitan a unirnos. Antes de despedirnos, nos ofrecen sus artesanías hechas con semillas de guaraná y açai, plumas de colores y dientes de piraña.

Los secretos del río.

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Mario Cherrutti.

Las pirañas son una verdadera obsesión en Amazonas. Embalsamadas se convierten en lámparas mientras que sus dentaduras forman parte de empuñaduras de cuchillos. Se las puede pescar en la región de Manaquiri durante la seca. Brillantes y naranjas, se sacuden en la línea hasta que los guías las devuelven al río.

El río guarda también un lugar especial para unas criaturas mágicas, los delfines rosados o botos que pueden verse de cerca de la ciudad de Novo Airao. Son los delfines de agua dulce más grandes, pueden pesar hasta 185 kilos y medir más de dos metros.

Manacapurú, la segunda ciudad en importancia del Amazonas, es una ciudad anfibia donde las construcciones dejan la tierra y continúan en los flutuantes: casas, bares y mercados flotantes. Muy cerca de allí está la isla de Terra Nova con un lago de victorias regias de hasta un metro de diámetro y una flor blanca o rosada.

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Dormir en la selva.

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Mario Cherrutti.

La opción a los cruceros es dormir en la selva. Hay varios hoteles y en todos rige la misma regla: se debe caminar sólo por los senderos habilitados. El Ecopark está al lado de la Floresta dos Macacos, un centro de rehabilitación de monos recuperados del tráfico ilegal. Allí hay 300 metros de pasarelas colgantes a 20 metros de altura que permiten avistar especies de monos, entre ellos el uacarí, de cara roja, endémica del Amazonas.

Esperar en la selva el final del día es ver un cielo que se tiñe de naranjas rabiosos mientras un millar de insectos se preparan para el concierto nocturno. Esa canción de la selva que no está en ningún playlist y que arrullará el más profundo de los sueños.

Recomendaciones para tu viaje al Amazonas.

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Mario Cherrutti.

- Cómo llegar: Copa Airlines vuela de Ciudad de México a Manaos, con escala en Ciudad de Panamá. Vuelos de 10 horas, desde 890 dólares. https://www.copaair.com/
- Dónde dormir: Amazon Ecopark Jungle Lodge. Igarapé Ecopark, s/n, río Tarumã. Desde 950 dólares la habitación doble. Incluye traslados in-out a Manaos, todas las comidas y excursiones, http://www.amazonecopark.com.br/
- Dónde dormir: Iberostar Heritage Grand Amazon. Cruceros de 3, 4 o 7 días, en cabinas para dos, todas las comidas y excursiones incluidas, desde 521 dólares la noche, todo incluido. https://www.iberostar.com/hoteles/manaos/iberostar-grand-amazon/
- Cuándo ir: Todo el año hay un clima tropical húmedo con una temperatura media anual de 31 grados. Hay dos estaciones: la cheia, lluviosa que va de diciembre a mayo, cuando el río alcanza su altura máxima y la seca, cuando alcanza su cota más baja entre octubre y noviembre.
- Vacunas: Es recomendable vacunarse contra la fiebre amarilla. La protección se hace efectiva recién al décimo día, por lo que hay que aplicársela al menos diez días antes de viajar. No tiene reacciones adversas y da inmunidad de por vida.

Este texto fue escrito por Silvina Pini y las fotos son de Mario Cherrutti. Puedes conocer más de su trabajo en @cherruttipinitravelers

Por: National Geographic.

Sitio Fuente: National Geographic en Español