Coronavirus ¿Estás enfermo o crees estarlo? La conciencia de la enfermedad

CUIDADO DE LA SALUD.-

El cuerpo se manifiesta de diversas formas cuando creemos estar enfermos.

¿Cómo saber si estoy enfermando? Es una de las primeras interrogantes que plantea Carmen Lizeth Gálvez, para entender la enfermedad desde diversos aspectos. Pues   los síntomas que percibimos no solamente son señales físicas o reacciones corporales, sino más bien una interpretación de lo que estamos sintiendo.

Esto hace que para percibir los síntomas haya además de influencias corporales, señales psicológicas a través de poner atención al síntoma, y señales contextuales mediante las influencias sociales e individuales, dice la académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.

“Entonces, no es que sólo se esté sintiendo la sensación corporal, sino qué significado le estamos dando a esa sensación física, y eso es lo que va a determinar la percepción del síntoma.”

Durante la conferencia virtual “La conciencia de la enfermedad”, Lizeth Gálvez refiere que los signos corporales o sensaciones físicas, pueden ser o no síntomas de una enfermedad pues en ocasiones confundimos las señales. Cuando sudamos, por ejemplo, puede ser por un cambio de temperatura, porque se está haciendo ejercicio o porque se tiene fiebre. El signo en sí mismo no es un indicador preciso; sin embargo, la experiencia de cada persona es la que dará significado a lo que está ocurriendo.

Dolor y persistencia = enfermedad.

¿Qué características tendrían los signos corporales que sí pueden ser interpretados como síntomas de una enfermedad? Estos podrían ser dolorosos, novedosos, persistentes o relacionados con una enfermedad crónica. Así, una señal corporal será interpretada como síntoma si tiene una consecuencia que va a limitar o cambiar la vida cotidiana de las personas; también si es algo que no había experimentado antes o que no había visto en los demás, algo extraño, súbito.

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Ahora bien, si el síntoma es novedoso en uno mismo o en otras personas, tiene más probabilidades de considerarse algo raro y grave. Un síntoma considerado común supone que la gravedad es menor, destaca la especialista en psicología clínica.

En el marco del seminario “La salud y su construcción sociocultural: miradas interdisciplinarias”, destacó que hay síntomas que no necesitan atención médica, se gestionan por uno mismo sin los costos que implica ir a una revisión médica.

Por otro lado, existen enfermedades silenciosas que no causan síntomas y aquí es donde se debe poner suma atención, pues es en este momento que comienzan los problemas por diagnóstico tardío y que pueden, incluso, tener consecuencias mortales. Otro aspecto a destacar, es que entre más atención pongamos a los estímulos internos, más sensibles seremos a ellos.

La sobreinformación acentúa los síntomas.

Igualmente, la exposición prolongada a los medios de comunicación cuando existen brotes de enfermedades infecciosas, influye sobre la percepción de los síntomas, aumentando así la atención de las personas a sus propias señales corporales y produciendo falsas creencias de haber contraído la enfermedad.

De acuerdo con la investigadora, otro factor que puede intervenir en la percepción de síntomas son las influencias sociales, ya que las personas manejan estereotipos de quien contrae determinadas enfermedades; asimismo, interfieren con la percepción y respuesta a los síntomas iniciales.

“También es cierto que hay contextos en los que los síntomas son esperados. Un ejemplo de ello son los espasmos musculares después de haber hecho mucho ejercicio o al estar dando a luz. Por otra parte, se esperan pocas señales corporales cuando se está sentado escuchando música o viendo la televisión”.

Lizeth Gálvez destaca que existen diferencias individuales en la percepción de síntomas. Es decir, las mujeres están más dispuestas a prestar atención y percibir señales corporales y síntomas, tal vez debido a la menstruación, aunque no es concluyente y parece diferir en función del síntoma.

Los estados de ánimo, determinantes.

Las emociones están estrechamente relacionadas con las sensaciones corporales. Se ha encontrado, por ejemplo, que las personas con un estado de ánimo positivo se consideran más sanas y con menos síntomas. En cambio, las personas con un estado de ánimo negativo, refieren más síntomas, son más pesimistas para aliviar sus enfermedades y se consideran más susceptibles a contraer padecimientos.

La ansiedad o la depresión, precisa la investigadora, pueden aumentar la percepción de los síntomas; las personas con estos padecimientos están más enfocadas a sus sensaciones corporales. Las enfermedades con conjuntos claros de síntomas, tienen más probabilidades de ser reconocidas en un autodiagnóstico.

Carmen Gálvez resumió que la historia de vida, el contexto, la cultura y la auto percepción social moldean nuestra manera de pensar, sentir y conducirnos hacia la salud-enfermedad.

Por Isabel Pérez

Sitio Fuente: Ciencia UNAM