Testimonios de profesionales de la salud dan cuenta de la relación del consumo del alcohol y la violencia

CIENCIAS DE LA SALUD / ADICCIONES.

- La violencia es una de las principales situaciones que enfrentan las personas que buscan atención por salud mental o consumo de sustancias en instituciones públicas u organizaciones de la sociedad civil.

- Los factores estructurales, como la marginación y la pobreza, junto con los determinantes comerciales (alta disponibilidad de alcohol y publicidad de bebidas alcohólicas), aumentan significativamente la presencia de violencia en la comunidad.
- 9 de cada 10 mexicanos afirmaron estar preocupados por la violencia asociada al consumo de alcohol: Encuesta RESET.

El consumo de alcohol y otras drogas son una de las principales causas y consecuencias de la violencia. El estudio “La relación del alcohol y la violencia en México: Testimonios de profesionales de la salud”, presentado por la Red de Acción Sobre Alcohol (RASA), revela que la violencia es una de las principales situaciones que enfrentan las personas que buscan atención por seguridad personal y/o familiar, salud mental o consumo de sustancias. Sin embargo, en muchos casos, estas mismas personas no la reconocen como un problema.

El estudio, recoge la opinión y narrativa de 12 profesionales de la salud pertenecientes a instituciones como el Centro Comunitario de Salud Mental y Adicciones UNEME-CECOSAMA, Unidad Territorial de Atención y Prevención de la Violencia de Género (LUNA) y Servicios a la Juventud A.C. (SERAJ) y tuvo como objetivo: 1) escuchar las experiencias de violencia de las personas usuarias de servicios de atención, 2) identificar los factores de riesgo asociados (incluyendo la relación entre consumo de alcohol y violencia), y 3) hacer explícitas las recomendaciones de tratamiento y las necesidades de política públicas manifestadas por las y los profesionales.

Al indagar sobre los distintos tipos de violencia que se presentan entre las personas usuarias del servicio, la mayoría de las entrevistadas coincidieron en que las principales formas de violencia son psicológica y emocional, seguida de la violencia física, sexual, económico-patrimonial e intentos de feminicidio.

La mayoría de los participantes estuvo de acuerdo con que el consumo de alcohol y la violencia de género están estrechamente ligados, identificando al alcohol como la sustancia más consumida, esto es coincidente con hallazgos reportados en otros estudios.

Sobre el “perfil” de la persona agresora, a pesar de no haber un patrón definido, se mencionaron con frecuencia las siguientes características: ser hombre (en los casos de violencia de pareja), con una edad de 23 a 40 años, baja escolaridad y consumo de alcohol u otras drogas.

Cabe destacar que, de acuerdo con la encuesta nacional RESET, 9 de cada 10 mexicanos están preocupado por la violencia asociada al consumo de alcohol.

Los costos directos e indirectos asociados al consumo de alcohol en México se estiman en $552 mil millones de pesos al año,6 un problema agravado por factores estructurales y comerciales.

El estudio también identificó que factores como la pobreza y la desigualdad, así como los determinantes comerciales de la salud, entre ellos, la disponibilidad de alcohol y la alta publicidad y promoción de las bebidas alcohólicas, se encuentran dentro de los principales factores de riesgo tanto para el consumo de alcohol como para la violencia.

Al respecto, un estudio en México encontró que una alta densidad de puntos de venta de alcohol se asocia con: 1) un riesgo 1.3 veces mayor de consumo excesivo mensual de alcohol y 2) un riesgo 1.9 veces mayor de consumo excesivo semanal.

Finalmente, al preguntar sobre las opciones de política pública para reducir la violencia, las personas especialistas entrevistadas estuvieron de acuerdo en que la violencia es un fenómeno complejo que requiere intervención en todos los niveles de gobierno e instituciones, por lo que existen diferentes propuestas de política pública.

A continuación, se presenta un listado de propuestas para reducir la violencia asociada con el consumo de alcohol:

- Políticas públicas para regular la disponibilidad del alcohol. Regulación de horarios y puntos de venta de alcohol. Formulación de leyes que eviten que se puedan abrir puntos de venta en cualquier sitio. Prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio. 
- Aumento en los impuestos al alcohol. Aumento de la edad mínima legal para el consumo a 21 años. Incremento de la vigilancia a los comercios que venden bebidas alcohólicas, para evitar la venta a menores de edad.

- Prevención de la violencia y del consumo de sustancias a través de programas preventivos institucionales en las escuelas. Creación de redes institucionales que puedan permitir la adecuada canalización de niñas, niños y adolescentes con problemas de violencia y consumo de sustancias dotadas con presupuesto y personal capacitado.

- Programas de prevención y atención de la violencia, la salud mental y el consumo de sustancias dirigidos a poblaciones vulnerables, como personas sin hogar, comunidad LGBTI+, migrantes, etcétera.

Tratamiento de los problemas de salud mental y rehabilitación para las personas agresoras.

- Políticas públicas dirigidas al sistema de justicia. Capacitación a los agentes de la ley y los ministerios públicos. Simplificación de las denuncias. Reducción o eliminación de la corrupción en el sistema de justicia y protección a la víctima durante el proceso judicial.

- Políticas que regulen el contenido de las redes sociales, para evitar la exposición de contenido relacionado con alcohol y drogas en los menores de edad.

Por lo anterior, la Red de Acción Sobre Alcohol (RASA) hace un llamado urgente a la titular del Poder Ejecutivo, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, al secretario de Salud, David Kershenobich y al comisionado nacional para la Salud Mental y Adicciones, Francisco Gutiérrez, para que instruyan el desarrollo de una ley que regule a nivel nacional el control del alcohol (actualmente, existe un caos regulatorio entre leyes, reglamentos y bandos municipales que no se cumplen) e integre las recomendaciones de organismos internacionales como la OMS, la OPS y la iniciativa RESET, para contribuir a reducir la carga de enfermedad y muerte asociadas al consumo de alcohol.

Para revisar el documento completo: https://shre.ink/xzsv

Sitio Fuente: El Poder del Consumidor