Héroes submarinos: padre e hijo luchan contra la invasión del pez león en un arrecife de la bahía de Tela en Honduras
OCEANOGRAFÍA.
- Los corales vivos cubren el 68 % de la bahía de Tela, en la costa norte de Honduras.
- Estos seres crean un ecosistema complejo que forma parte del sistema arrecifal mesoamericano más amplio.
- Entre los factores agresores, como la sobrepesca y el blanqueamiento de los corales debido al cambio climático, se encuentra el pez león invasor, un pez venenoso, rayado y de aspecto espectacular, originario del Indopacífico, sin depredadores naturales.
- Para proteger el arrecife de coral en crisis de la bahía de Tela, un padre y un hijo lugareños están organizando una campaña enfocada en la caza de peces león para limitar su propagación, cazándolos ellos mismos y organizando competiciones de caza.
“Estos peces león tienen mucha confianza”, dice Mario Motiño Jr., cofundador y divemaster de Tela Divers, un grupo comunitario en la pequeña ciudad de Tela, en la costa norte de Honduras. Se refiere a Pterois volitans y P. miles, espectaculares peces rayados originarios del Indopacífico que, sin depredadores naturales debido a sus espinas venenosas, están causando descaradamente estragos en los ecosistemas marinos de todo el Caribe. “Cuando nos acercamos a ellos con nuestros arpones ni siquiera se mueven, podemos acercarnos tanto como queramos para cazarlos”.
“La caza del pez león suele ser un lujo que se practica en las islas turísticas, pero aquí en Tela tuvimos que fabricar equipos para que fuera accesible para todos”, comenta Motiño Sr. “Los peces león están en todas partes porque nadie se ha dedicado a cazarlos aquí en las costas del continente”.
Los corales vivos cubren el 68 % de la bahía de Tela y crean un ecosistema complejo. La sobrepesca ha dañado partes del arrecife y el blanqueamiento, un resultado potencialmente mortal de las altas temperaturas del agua debido al cambio climático provocado por los humanos, ha afectado al 40 % de los corales en el arrecife mesoamericano en general, según un nuevo informe basado en una investigación del programa Atlantic and Gulf Rapid Reef Assessment (AGRRA). A esto hay que sumarle los peces león invasores, que se cree que fueron liberados de acuarios personales.
Al no tener ningún depredador natural en el Atlántico, han ocasionado una tremenda invasión desde la década de 1990, no solo en el Caribe, sino también en el golfo de México y la costa este de Estados Unidos. Por ahora, no se sabe con certeza cuántos peces león hay en la bahía de Tela, pero claramente están afectando el arrecife. Se alimentan de peces autóctonos más pequeños. Sin estos, las algas dañinas proliferan sin control, lo que aumenta la carga.
“Los peces león se reproducen rápidamente y se alimentan de peces más pequeños que viven en simbiosis con los corales, lo que pone en riesgo el ecosistema coralino, ya que altera críticamente el intercambio natural de nutrientes”, dice Julio San Martín Chicas, coordinador principal del programa para la costa norte de Honduras de Coral Reef Alliance, una ONG con sede en Estados Unidos que brinda asistencia financiera y técnica a grupos locales de conservación de arrecifes, entre ellos Tela Divers.
“Para combatir esto, los humanos deben actuar como sus depredadores, clavándoles arpones, al mismo tiempo que intentan que los depredadores naturales, como tiburones y meros, se los coman: un proceso largo”, agrega San Martín Chicas.
El proceso al que se refiere el coordinador implica que los buzos intenten acostumbrar a los peces depredadores a cazar y comer peces león alimentándolos con peces león arponeados. Se han logrado algunos avances en Florida y las islas hondureñas, donde, según se informa, tiburones y meros han comenzado a cazar al pez invasor, pero el método aún no está completamente investigado ni aprobado. Los Motiño llevan tiempo intentándolo, además de cazar directamente el pez león, pero con poco éxito.
Un pez león, en un arrecife de coral en la bahía de Tela. Al no tener ningún depredador natural en el Atlántico, han ocasionado una tremenda invasión desde la década de 1990. Foto: Fritz Pinnow para Mongabay
De la ingeniería industrial a la caza del pez león.
Los Motiño son residentes de Tela desde hace mucho tiempo y son dueños de una de las empresas metalúrgicas más grandes de Honduras, que asume proyectos en toda Centroamérica. En 2014, impulsado por la curiosidad, Motiño Sr. hizo un curso de buceo. “Solía ir a pescar con mi papá a la bahía, pero ver lo que vive allí abajo era increíble. Simplemente no lo sabía”, recuerda. Inspirados, él y su hijo comenzaron a utilizar sus recursos para importar equipos de buceo esenciales, como tanques, compresores e incluso un bote.
“Compramos el barco en pésimas condiciones, lo arreglamos en nuestro taller y lo llevamos a Guatemala para hacerle una reforma para buceo. Necesitaba una mejor dirección, soportes para tanques de oxígeno y otras modificaciones para bucear con seguridad”, dice Motiño Jr.
Todo esto fue financiado por cuenta propia, lo que da testimonio de la dedicación de los Motiño a la conservación marina. Aquello que comenzó como un proyecto personal ha crecido desde entonces. En 2017, padre e hijo, con un grupo de amistades y colegas, fundaron formalmente Tela Divers–Sealife Conservation, para construir una comunidad local de buzos y ecologistas para el buceo recreativo.
Los Motiño comenzaron a cazar peces león en 2022, como una forma fácil y eficaz de participar en la conservación sin tener ninguna experiencia o educación previa en el campo. Salen a cazar regularmente los fines de semana y capturan entre cinco y 25 peces león por inmersión.
Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que el equipo especializado necesario para evitar el contacto con las espinas venenosas de los peces, que pueden causar dolor extremo e incluso convulsiones en los humanos, no estaba disponible en la Honduras continental, y su importación desde Estados Unidos era prohibitivamente cara.
Un arpón que cuesta 40 dólares en Estados Unidos les costaba a los Motiño unos 70 dólares, y ZooKeepers, una marca de contenedores para almacenar de forma segura el pez león costaba al menos 300 dólares.
“Somos ingenieros, así que empezamos a construir nuestro propio equipo con lo que podíamos conseguir a nivel local”, explica Motiño Jr. Fabrican contenedores para almacenar el pescado a partir de tubos de plástico y elaboran arpones con varillas de metal, cada uno con características únicas diseñadas para mejorar su funcionalidad. “Cada arpón es diferente. Tenemos que experimentar mucho, porque todo esto es artesanal y cada punta que construimos tiene sus pros y sus contras, pero al final, cada uno tiene un arpón con diseño propio”, dice Motiño Jr.
Motiño Sr. sostiene un pez león que ha capturado. Foto: Fritz Pinnow para Mongabay
Orlando, ingeniero jefe del taller metalúrgico de los Motiño (izquierda), Mario Motiño Sr. (centro) y Mario Motiño Jr. analizando un nuevo diseño para su próximo arpón para la caza del pez león. Foto: Fritz Pinnow para Mongabay
Estas soluciones ayudaron a los Motiño a comenzar a organizar competencias de caza del pez león en la bahía de Tela para crear conciencia y controlar la población del pez león. En la última competencia, en octubre, 21 buzos de toda Honduras capturaron 140 peces león. Fue la primera vez que registraron sus capturas de pez león a los efectos de análisis, dice Motiño Jr. Donan el pez león a un chef local para mostrar a la gente que, con la preparación adecuada para eliminar las espinas venenosas, la carne es comestible.
“Que la gente local se interese en la conservación es lo mejor que podemos esperar como ONG de apoyo”, afirma San Martín Chicas. “Sobre todo los lugareños destacados en el comercio, como los Motiño, que pueden plantear cuestiones de conservación ante la Cámara de Comercio e involucrar al sector privado».
Recientemente la Coral Reef Alliance apoyó a Motiño Jr. para que asistiera a un curso de capacitación de AGRRA, donde fue uno de los pocos centroamericanos capacitados en conservación de arrecifes. “Me encantó la capacitación. Creo que me centraré en investigar las poblaciones de peces de la bahía, que viven en estrecha simbiosis con el arrecife que estamos protegiendo. Reducir la población del pez león ha sido nuestro principal desafío”, afirma Motiño Jr.
De iniciativa comunitaria a ONG.
Por ahora, Tela Divers sigue siendo un proyecto apasionante, pero los Motiño dicen que, con el tiempo, tienen la intención de registrarlo como una ONG. En asociación con Coral Reef Alliance, están capacitando a guardabosques y biólogos de la región y participando en evaluaciones de arrecifes de coral e iniciativas de conservación.
“Nuestro objetivo final es ampliarnos e involucrar a más miembros de la comunidad de Tela en la conservación marina para que vean y amen lo que hemos aprendido a amar y proteger”, dice Motiño Sr.
“Aún queda mucho trabajo por hacer”, comenta San Martín Chicas. “El arrecife está muriendo a un ritmo alarmante y esperamos que estos esfuerzos se amplíen y que las personas que trabajan en la caza del pez león se multipliquen lo más rápido posible”.
Si bien San Martín Chicas dice que es imposible medir el impacto que este creciente grupo de buzos está teniendo en la población de peces león, agrega que está seguro de que su trabajo es un primer paso en la dirección correcta.
Por: Fritz Pinnow.
Sitio Fuente: Mongabay