Frases memorables de Mauricio Garcés
En el marco del aniversario de su nacimiento, recordamos al ícono de la cultura Mauricio Garcés a través de sus más célebres frases.
Mauricio Féres Yázbek Garcés era su nombre completo. Nació un 16 de diciembre de 1926 en Tampico, Tamaulipas. Desde pequeño fue un joven retraído y tímido. Abandonó la universidad para ayudar a su familia económicamente. Ejerció varios empleos hasta que uno de sus tíos que era fotógrafo lo ayudó a introducirse en el mundo de la farándula mexicana.
A partir de sus 20 años, Garcés comenzó con pequeñas actuaciones. Al comienzo sus papeles se enfocaron en el género dramático, donde interpretó actuaciones serias y personificó algunos galanes.
Las interpretaciones cómicas llegaron con el paso de los años. Trabajó actuando como un seductor en varias películas, donde la intensidad dramática se hacía cada vez más ligera. El personaje del galán que hoy todos conocen terminó por conformarse en el film “Don Juan 67”.
A partir de entonces se convirtió en el seductor más cotizado en toda la región. Su fama se hizo mundialmente conocida y terminó trabajando en producciones filmadas en España, Ecuador, Puerto Rico y Venezuela, entre otros países.
Entre sus películas más taquilleras se encuentran “El matrimonio es como el demonio” (1967), “El criado malcriado” (1968) y “Departamento de soltero” (1969), entre otras. Si quieres recordar a uno de los actores más relevantes de la cultura mexicana, te recomendamos este DVD con tres de sus producciones.
A continuación, algunas de sus frases más destacadas que lo configuran como uno de los galanes más codiciados de su época:
- “Los hombres no mentimos, solo buscamos alternativas para darles gusto a sus exigencias”.
- “Casarte, rogarle o pedirle perdón a una mujer es como tentar al demonio, te dirá que sí, pero estarás condenado toda tu vida”.
- “Las mujeres con ideales, son mujeres con pasiones, los hombres con pasiones son ideales para las mujeres”.
- “No soy un imposible, el que persevera alcanza”.
- “Solo dame la oportunidad de demostrarte que hoy seré todo tuyo, mañana no te lo aseguro”.
- “Yo no soy presumido; ¿pero de qué sirve mi humilde opinión contra la de los espejos?”.
Sitio Fuente: Universia México