4 formas de discutir asuntos delicados de trabajo

DESARROLLO PERSONAL Y PROFESIONAL

Aprende cómo discutir temas delicados relacionados al trabajo.

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Dar malas noticias puede generar nervios y hasta miedo. Pero es importante superarlo y entablar la famosa conversación. Si bien algunos pueden tener facilidad para hacerlo, otros pueden temer que sus palabras sean malentendidas y se genere una situación terrible. Si eres del segundo grupo sigue estos consejos para discutir asuntos delicados en el trabajo y que todo salga lo mejor posible.

1. Pospón la charla para otro día si no te sientes bien.

¿Ha sido un día difícil en tu casa? ¿Estas agotado física y emocionalmente? Tal vez no sea el mejor día para tener una conversación delicada en tu trabajo. Es importante que te encuentres fuerte porque, ya que en caso de estar mal emocionalmente las cosas se pueden desvirtuar y todo termine saliendo mal. Por eso primero evalúa cómo te sientes y busca tener la conversación un día que estés fuerte y decidido.

2. Míralo a los ojos.

Hoy en día disponemos de grupos de Whatsapp, Skype y Facebook para hablar con nuestros compañeros de trabajo. Sin embargo es preferible no hablar de temas delicados por estos medios porque pueden generar malos entendidos. Por eso la vieja y querida conversación en persona siempre es la favorita para estas situaciones.

Te permite mirar a los ojos a la otra persona, e interpretar cómo se siente con lo que le dices, para ir eligiendo el tono de la conversación y tus palabras para expresarte lo mejor posible. Pero si se trata de un compañero o un jefe que trabaja en otro país por ejemplo, puedes optar por realizar una videoconferencia y hablar de este modo. Si bien no es en persona, puedes mirarlo mientras hablas y es un poco más personal que los chats.

3. Explica con claridad el motivo de la conversación.

Al hablar de algo delicado, donde sabes que el otro puede reaccionar mal con lo que le vas a decir, es importante ser claro en tus palabras y no ir a choque. Es decir, tienes que tratar de hablar lento, seguro de tus palabras, pero sin darle la posibilidad a que se altere y se enoje. Para eso no uses frases como “Estoy seguro que tengo razón y vos te equivocaste”. No lo provoques, sino que trata de explicar tu motivo con cautela y delicadeza.

4. Permite que la otra persona te de su punto de vista.

También es importante que le des al otro la oportunidad de expresarse y de realmente escucharlo. No tiene que sonar como un monólogo o un reto de tu parte, sino como una conversación de ida y vuelta donde los dos pueden aprender del otro.

Sitio Fuente: Universia México