Una hormiga intrusa asalta el trono por engaño

CIENCIAS DE LA VIDA / ENTOMOLOGÍA.-

Un increíble episodio de “traición química” captado por investigadores japoneses abre nuevas preguntas sobre el apasionante mundo de los insectos.

Un nuevo estudio ha registrado un sorprendente caso de “usurpación” de trono entre las hormigas. / Crédito: Current Biology / Keizo Takasuka.

Los científicos han documentado una nueva forma de manipulación en el reino de las hormigas: una reina invasora y parásita "engañó" a las obreras para que mataran a su reina madre. La hormiga invasora se integró en el nido haciéndose pasar por miembro de la colonia y luego rocío a la reina anfitriona con un líquido que hace que sus hijas se vuelvan contra ella. Posteriormente, la reina parásita usurpó el trono y logró que las obreras le sirvan como nueva reina regente.

Un equipo de especialistas de la Universidad de Kyushu y otros centros de investigación de Japón describe en un nuevo estudio, publicado en la revista Current Biology, cómo una hormiga reina “intrusa” logró invadir un nido ajeno, engaña a las obreras con su olor y provocar que maten a su propia reina madre, para de esta manera quedarse con el control de la colonia.

El hallazgo desvela una estrategia parasitaria inédita, en la que el intruso se beneficia de un acto de “matricidio” que las víctimas mismas ejecutan sin comprenderlo en profundidad, estimuladas por un “fraude químico”. El modus operandi es digno de una obra de teatro: la reina invasora se aproxima al nido de la colonia huésped habiendo primero enmascarado su olor para pasar desapercibida entre las obreras, que se guían principalmente por señales químicas.

Con una brutal sutileza.

Ya en el interior del nido, localiza a la reina residente y la rocía con un líquido maloliente, que los autores sospechan que se trata de ácido fórmico, una sustancia que algunas hormigas almacenan en un órgano especializado. El cambio olfativo provocado por ese rociado hace que las obreras perciban a su propia madre como un enemigo, la ataquen, la maten y la descarten como un cuerpo extraño.

Cuando el matricidio ha sido perpetrado, la intrusa regresa al nido, pone huevos y las obreras empiezan a cuidar de la descendencia ajena como si fuera suya, según detalla una nota de prensa. Las integrantes originales del nido son hormigas que pertenecen al género Lasius, mientras que las intrusas provienen de los géneros Lasius orientalis y Lasius umbratus, que se aprovechan de las colonias de hospedadores como Lasius flavus y Lasius japonicus.

Según Keizo Takasuka, uno de los autores principales del estudio, el comportamiento observado supera incluso a la ficción por su brutal sutileza: “es un ejemplo de la naturaleza ubicándose por encima de los límites de aquello que hemos visto en relatos de ficción”, indicó en el comunicado. Es imposible no relacionar este “caso” observado en hormigas con muchas historias (algunas ficticias, otras reales) de antiguos reyes despojados de sus tronos a lo largo de la historia humana.

Inteligencia y química social.

La investigación no aporta solamente un registro directa del suceso, sino también la hipótesis experimental sobre el arma química: el ácido fórmico, típico de la subfamilia Formicinae, que puede alterar las señales olfativas que mantienen cohesionada a la familia de insectos. ¿Se han registrado previamente otros eventos similares?

Los autores plantean que, aunque existen otros casos de parásitos que matan reinas rivales o se infiltran por camuflaje químico, hasta ahora no se había mostrado con tanta claridad un escenario en el cual las propias obreras maten a su progenitora, seducidas por la manipulación olfativa de una invasora.

Sin dudas, el descubrimiento abre nuevas preguntas sobre la evolución de la manipulación social entre insectos: ¿cuántas otras especies podrían usar trucos químicos similares? ¿Qué límites tiene la capacidad de una colonia para distinguir “lo propio” de lo extraño? ¿Hay una “inteligencia” detrás de estos comportamientos? Ahora, los científicos planean explorar si este tipo de matricidio inducido se da en otros grupos de insectos y hasta qué punto la química social puede ser explotada por parásitos.

Por: Pablo Javier Piacente / T21.

Sitio Fuente: Levante / Tendencias21