Descubren despedazando una estrella a un agujero negro de un tipo inusual
ASTROFÍSICA.
Apenas unos años después de su lanzamiento al espacio en 1990, el telescopio espacial Hubble descubrió que las galaxias suelen contener en su centro un agujero negro supermasivo, con una masa de entre millones y miles de millones de veces la de nuestro Sol.
Además, las galaxias también suelen albergar hasta millones de pequeños agujeros negros, con una masa de entre varias veces y un centenar la del Sol. Estos se forman cuando las estrellas de gran masa llegan al final de su vida.
Esta imagen captada mediante el telescopio espacial Hubble y con colores procesados muestra a la galaxia NGC 6099 (abajo a la izquierda) y a la galaxia NGC 6098 (arriba a la derecha). La mancha morada corresponde a una fuerte emisión de rayos X desde el cúmulo estelar compacto en el que reside el agujero negro de masa mediana. Esa emisión de rayos X es fruto de la acción de dicho agujero negro, desgarrando una estrella que pasó demasiado cerca de él. Imagen: NASA / ESA / CXC / Yi-Chi Chang / National Tsing Hua University. Procesamiento: Joseph DePasquale / STScI
Mucho más difíciles de detectar son los agujeros negros de masa intermedia, con una masa de entre unos pocos cientos y unos pocos cientos de miles de veces la de nuestro Sol. Esta categoría de agujeros negros, ni demasiado grandes ni demasiado pequeños, suele ser pasar desapercibida como tal, por razones que no están claras. Para poder detectarlos e identificarlos como tales, hay que pillarlos in fraganti mientras succionan una gran cantidad de materia. Cuando ocasionalmente despedazan y absorben en todo o en parte una desafortunada estrella que se ha acercado demasiado a ellos, provocan en sus inmediaciones la generación de un chorro de radiación característico.
Un equipo internacional encabezado por Yi-Chi Chang, del Instituto de Astronomía adscrito a la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwán, ha identificado un agujero negro de esa inusual clase en la galaxia NGC 6099, de clase elíptica y situada a unos 450 millones de años-luz de distancia de nosotros, en la constelación de Hércules. Y lo ha hecho a raíz de uno de tales despedazamientos de estrellas, delatado por una brillante emisión de rayos X.
A este agujero negro de masa mediana se le ha dado el nombre de NGC 6099 HLX-1. Reside aparentemente en un cúmulo estelar bastante compacto en las afueras de la citada galaxia, concretamente a unos 40.000 años-luz de su centro.
Para la investigación resultaron esenciales unas observaciones realizadas por el telescopio espacial Hubble, de las agencias espaciales estadounidense y europea (NASA y ESA) y el telescopio espacial Chandra de rayos X, de la NASA.
La emisión de rayos X proveniente de las inmediaciones de NGC 6099 HLX-1 tiene las características típicas de las emisiones que se generan como consecuencia del despedazamiento de una estrella por un agujero negro. El cúmulo estelar en cuyo interior está el agujero negro debe haberle dado a este buenas oportunidades para succionar estrellas, debido a que estas están tan estrechamente agrupadas que la distancia que separa a cada una de sus vecinas más cercanas suele ser de unos pocos meses-luz.
El estudio se titula “Multiwavelength Study of a Hyperluminous X-Ray Source near NGC 6099: A Strong IMBH Candidate”. Y se ha publicado en la revista académica Astrophysical Journal.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings