Sistema que predice la progresión a largo plazo de la esclerosis múltiple
CIENCIAS DE LA SALUD Y TECNOLOGÍA.
Unos científicos han desvelado el primer modelo capaz de predecir la progresión a largo plazo de la esclerosis múltiple desde el primer episodio.
El Dr. Montalbán y la Dra. Tur consultando el Barcelona Risk Score. Foto: Vall d'Hebron Institut de Recerca.
Unos científicos han puesto a prueba la primera herramienta clínica capaz de predecir la progresión de la esclerosis múltiple partiendo del evento inicial indicativo de enfermedad desmielinizante, que suele ser el primer signo de la enfermedad.
Se trata del Barcelona-Baseline Risk Score (Barcelona-BRS), un modelo desarrollado por investigadores del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (CEMCAT) y que incorpora una serie de variables biológicas y clínicas para clasificar a cada paciente según su probabilidad de desarrollar una discapacidad moderada a largo plazo. El modelo ha sido validado en más de 1.000 pacientes del CEMCAT y confirmado con datos de pacientes externos. En el trabajo han participado también científicos del Instituto de Investigación Valle de Hebrón en Barcelona.
El estudio muestra que el Barcelona-BRS divide a los pacientes en cuatro grupos en función de datos como la edad, el sexo y la ubicación de las lesiones iniciales observadas en las imágenes tomadas por resonancia magnética. Las categorías, representadas por colores, son verde claro (la más favorable, que indica la progresión más leve), verde oscuro, naranja y rojo (la progresión más grave). Los resultados muestran claras diferencias entre los grupos: mientras que solamente el 3,5% de los pacientes del grupo verde claro alcanzaron un nivel significativo de discapacidad (grado 3 en la escala de discapacidad EDSS) a lo largo de los años, esta cifra aumentó hasta el 44% en el grupo rojo. Además, los pacientes de alto riesgo tenían más lesiones cerebrales y puntuaciones más bajas en las pruebas de calidad de vida relacionada con la salud y la función cognitiva.
El modelo Barcelona-BRS destaca por ser el más completo, ya que incorpora múltiples variables. Por ejemplo, los modelos anteriores no tenían en cuenta los datos de resonancia magnética, que son esenciales para conocer bien la progresión de la enfermedad. Al mismo tiempo, la incorporación de una gran variedad de información hace que el modelo sea flexible y funcional, incluso cuando faltan algunos datos. Esto lo convierte en una herramienta muy útil para la práctica clínica real, adaptable a distintos escenarios y a los recursos disponibles en cada zona geográfica.
Desde mediados de los años noventa, el uso de terapias modificadoras de la enfermedad ha logrado resultados significativos en la ralentización de la progresión de la esclerosis múltiple. Sin embargo, estas terapias acarrean unos costes terapéuticos y económicos que obligan a ser muy precisos en la selección del fármaco, la vía de administración y otros factores. Tal como explica el Dr. Xavier Montalbán, director del CEMCAT, neurólogo consultor del Hospital Universitario Valle de Hebrón y jefe del Grupo de Investigación en Neuroinmunología Clínica del Instituto de Investigación Valle de Hebrón (VHIR): “Poder predecir el curso de la enfermedad desde el principio es clave para prescribir el tratamiento más adecuado en cada caso y evitar efectos secundarios innecesarios.”
El modelo Barcelona-BRS ha identificado varios factores clave que influyen en la progresión de la enfermedad. La Dra. Carmen Tur, neuróloga del Hospital Universitario Valle de Hebrón e investigadora del CEMCAT y del VHIR, explica: “Las variables asociadas a un peor pronóstico desde el momento del diagnóstico son: ser varón, tener una edad más avanzada en el primer episodio, la afectación medular y la presencia de lesiones visibles en la resonancia magnética (sobre todo en la región infratentorial). La innovación clave es que la herramienta incorpora el peso de cada factor en la predicción global de la progresión futura de la enfermedad de cada paciente”.
El modelo ya está listo para incorporarse a la práctica clínica habitual. Sin embargo, el equipo de investigación sigue trabajando en futuras versiones para conseguir mejoras que lo hagan aún más preciso. Por ejemplo, es necesario reforzar las pruebas iniciales (conocidas como “diagnóstico diferencial”) para confirmar el diagnóstico de esclerosis múltiple en algunos individuos del grupo verde claro, ya que ha habido casos en los que posteriormente se ha descubierto que los pacientes padecían otras afecciones con características similares y, por tanto, requerían un enfoque terapéutico diferente. Sobre todo, se trata de adaptar la escala a las nuevas herramientas diagnósticas y a los avances en investigación. “En los últimos años, el valor diagnóstico de pruebas como la determinación de los niveles de neurofilamentos y proteína ácida fibrilar glial se ha hecho cada vez más evidente. En el futuro, se podrían incorporar a la lista de parámetros del Barcelona-BRS para afinar aún más los resultados”, apunta la Dra. Mar Tintoré, neuróloga, responsable clínica del Hospital e investigadora del CEMCAT y del VHIR.
El equipo de investigación expone los detalles técnicos de su modelo en la revista académica The Lancet Regional Health – Europe, bajo el título “The Barcelona baseline risk score to predict long-term prognosis after a first demyelinating event: a prospective observational study”. (Fuente: Vall d'Hebron Institut de Recerca).
Sitio Fuente: NCYT de Amazings