Capas gruesas de arcilla, ¿hábitat estable para formas de vida marcianas?
ASTROBIOLOGÍA / ASTROGEOLOGÍA.
El planeta Marte alberga gruesas capas de arcilla que pueden abarcar cientos de metros.
Dado que necesitan agua para formarse, estas acumulaciones de arcilla, algunas de las cuales han aflorado a la superficie por la erosión del terreno bajo el que estaban, interesan desde hace tiempo a los científicos que buscan indicios de vida pasada en el Planeta Rojo.
Una meseta rica en arcilla en la cuenca Hellas de Marte. El color azul cerca del borde corresponde a arcillas que contienen aluminio. El color rojo anaranjado corresponde a las arcillas que contienen hierro y magnesio. La imagen capta un área cuya extensión es de aproximadamente 1 kilómetro de extremo a extremo. Foto: NASA JPL / Caltech / Uarizona
En un nuevo estudio, un equipo encabezado por Rhianna Moore, de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, examinó más detenidamente estas áreas arcillosas y ha descubierto que la mayoría se formaron cerca de masas estancadas de agua superficial, que eran comunes en Marte hace algunos miles de millones de años. Esas masas de agua debieron ayudar a fomentar la meteorización química necesaria para crear gruesas capas de arcilla ricas en minerales y ello pudo proporcionar la mezcla adecuada de agua con minerales, así como un entorno estable, para favorecer el desarrollo de formas de vida primitivas.
Tales zonas tenían mucha agua pero poca elevación topográfica, por lo que resultaron ser muy estables. Esa estabilidad pudo permitir mantener las condiciones aptas para la vida durante mucho más tiempo de lo que habría sido posible en terrenos inestables.
Hace algunos miles de millones de años, Marte era un mundo húmedo. Tenía lagos y ríos, que crearon formaciones geológicas que hoy están esculpidas en la superficie del planeta. Las gruesas capas de arcilla se formaron durante este periodo húmedo. Sin embargo, antes de este estudio, poco se sabía sobre los entornos en los que se formaron y cómo influyó el terreno circundante en su evolución.
Moore analizó imágenes y datos de 150 depósitos de arcilla previamente identificados en un estudio global realizado por la sonda espacial MRO (Mars Reconnaissance Orbiter) de la NASA. Investigó las tendencias de sus características topográficas y su proximidad a otros accidentes geológicos, como antiguas masas de agua.
Descubrió que las arcillas se encontraban sobre todo a baja altitud, cerca de depósitos lacustres pero lejos de las redes de valles, donde se cree que el agua fluía con más fuerza por el terreno. Este equilibrio entre erosión química y física permitió su conservación a largo plazo.
En la Tierra, el desplazamiento de las placas tectónicas deja constantemente al descubierto rocas antes ocultas en el subsuelo que, en contacto con el exterior pueden reaccionar fácilmente con el agua y el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, lo cual contribuye a regular algunos aspectos del clima. Sin embargo, Marte carece de actividad tectónica. Cuando los volcanes marcianos liberaron CO2 a la atmósfera, la falta de una fuente de materia pétrea reactiva nueva en la superficie debió hacer que el gas de efecto invernadero permaneciera en el planeta, provocando que este se volviera más cálido y húmedo. Los investigadores sugieren que estas condiciones pudieron contribuir a la formación de las arcillas.
El estudio se titula “Deep chemical weathering on ancient Mars landscapes driven by erosional and climatic patterns”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Astronomy.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings