La cocina caribeña trasciende fronteras gracias al programa Transcultura de la UNESCO
UNESCO: Historia.
Para Weizman Seide, un joven chef haitiano, la cocina caribeña es una fuente de identidad, inspiración y crecimiento económico.
Para compartirla con el mundo, creó la Comunidad Culinaria Caribeña tras su participación en el programa Transcultura de la UNESCO, financiado por la Unión Europea.
© UNESCO.
Para Weizman Seide, ningún plato encarna mejor la identidad del Caribe que la sopa Jomou de Haití. Originalmente prohibida para las personas esclavizadas, se convirtió en un símbolo de libertad tras la independencia y fue inscrita en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO en 2021. «La sopa Jomou nos recuerda nuestro pasado marcado por la esclavitud, pero también nuestra fuerza colectiva para lograr la libertad», cuenta Weizman, quien ve la gastronomía como una forma de expresión, como un medio para establecer lazos comunitarios.
Criado en las cocinas de su madre, abuela y tías, quienes cocinaban para las reuniones y celebraciones de la iglesia, fue así como empezó a aprender el arte de la panadería, con la ayuda de un familiar. Después de completar su formación, fundó su propia empresa, La Contrée du Chef, especializada en ofrecer cursos, catering y showcooking para eventos, centrándose en preservar y promover la gastronomía haitiana.
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Transcultura: un impulso hacia el éxito.
En 2024, Weizman participó en una incubadora de empresas organizada por el programa Transcultura: Integrando Cuba, el Caribe y la Unión Europea a través de la cultura y la creatividad, implementado por la UNESCO y financiado por la Unión Europea. El programa apoya a los jóvenes creativos del Caribe, ayudándoles a profesionalizarse y desarrollar sus carreras.
Para el joven chef, esta fue una oportunidad para desarrollar una nueva iniciativa: la Comunidad Culinaria Caribeña, una red de chefs y amantes de la gastronomía que celebra el patrimonio culinario regional. Tras su participación en la incubadora, centrada en la integración regional, su proyecto fue uno de los seis seleccionados entre 470 candidatos para recibir financiación del Fondo Cultural Caribeño en la categoría de 'Colaboración Caribeña'.
"Transcultura me permitió adquirir habilidades clave y conectar con redes internacionales para transformar mis ideas en iniciativas concretas. Mi participación en esta incubadora fue fundamental para acceder a estos fondos, pues aprendí a estructurar y presentar mejor mi proyecto". Weizman Seide.
Cocina tradicional, potencial contemporáneo.
Con la Comunidad Culinaria Caribeña, Weizman organiza formaciones, festivales y encuentros de chefs, y está desarrollando un recetario regional. Su objetivo es preservar las tradiciones culinarias mientras destaca su relevancia en la actualidad, permitiendo que la gastronomía caribeña sea estudiada a nivel global.
"Así como es posible estudiar las grandes cocinas del mundo, mi sueño es que podamos estudiar la cocina caribeña, de una manera en que se garantice la conservación y la transmisión de nuestras tradiciones, al tiempo que exploremos todo su potencial contemporáneo". Weizman Seide.
En un momento en que la crisis en Haití afecta gravemente a la juventud, Weizman está convencido de que la gastronomía ofrece oportunidades excepcionales. No solo genera empleo en diversos sectores, desde la agricultura hasta la pesca, sino que también desafía los estereotipos negativos al presentar una imagen más positiva de Haití. Cree que esto, a su vez, podría impulsar la cooperación y el turismo, lo que es especialmente importante en el Caribe, donde el turismo puede representar hasta el 50% del PIB.
"Quiero que la gastronomía caribeña siga contando nuestras historias de lucha y de alegría, pero sobre todo, quiero que sea una palanca de desarrollo económico, identidad cultural e inspiración para la juventud de Haití". Weizman Seide.
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Gracias a Transcultura, la UNESCO y la Unión Europea han creado oportunidades para más de 2.300 jóvenes del Caribe, ayudándoles a desarrollar sus carreras creativas, ganar visibilidad y acceder a nuevos mercados. En julio de 2024, este programa recibió el prestigioso Premio de Asociaciones de la ONU para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (SIDS) en la categoría «social» por su impacto transformador en la juventud caribeña.
Sitio Fuente: UNESCO