Trastorno afectivo estacional: Por qué nos sentimos tristes en invierno

CIENCIAS DE LA SALUD / CUIDADO DE LA SALUD.-

El trastorno afectivo estacional puede afectarnos, sin duda. Pero, aún con ello, debemos estar atentos al desarrollo de los síntomas.

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Los seres humanos somos muy sensibles. No hay manera, por más que queramos, de ser completamente ajenos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Una prueba consistente de esto es el trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión fundamentada en los cambios de estación.

¿Por qué nos sentimos tristes en invierno?

Aunque el trastorno mencionado comprende todas las estaciones, en otoño e invierno su problemática se vuelve más pronunciada, ya que los síntomas están en plena manifestación durante esas temporadas. Por el contrario, en primavera y verano, los malestares comienzan a desaparecer. Sin embargo, según Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, el trastorno afectivo estacional también puede ir a la inversa de lo descrito, es decir, depresión en primavera y verano, y recuperación en otoño e invierno.

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De acuerdo con la entidad citada, aún se desconoce la causa específica del trastorno afectivo estacional. Pero, hay importantes factores a tomar en cuenta en su desarrollo. Por ejemplo, la reducción de la luz solar en invierno puede provocar una caída en los niveles de serotonina, el neurotransmisor cuya baja está asociada con la depresión. Igualmente, el cambio de estación altera los niveles de melatonina, una sustancia que interviene en los patrones de sueño y en el estado de ánimo.

Síntomas del trastorno afectivo estacional.

A grandes rasgos, los síntomas del trastorno afectivo estacional son muy similares a los de la depresión. La gran diferencia radica en que estos desaparecen a lo largo de los días de primavera y verano. De modo que, para detectar la presencia de este mal, tenemos lo siguiente:

- Apatía y decaimiento
- Falta de interés por cosas que solíamos disfrutar
- Poca energía
- Dormir en exceso
- Dificultad para concentrarnos
- Falta de esperanza

¿Qué hacer?

Ante un cuadro como el anterior, existen diversas terapias. Entre ellas están la terapia lumínica (fototerapia), psicoterapia y medicamentos. No obstante, es normal sentirse así por algunos días. La búsqueda de un especialista debe hacerse si los patrones de sueño y apetito empiezan a cambiar o si aparece la ideación suicida.

Por: Alberto Milo.

Sitio Fuente: National Geographic en Español