Esquizofrenia, la enfermedad incomprendida
MEDICINA / PSIQUIATRÍA.
Cambiar el estigma social por la comprensión de la enfermedad.
Después de ver un video titulado Cosas que no le debes decir a alguien con esquizofrenia, mi percepción de esta enfermedad cambió por completo. Los pacientes diagnosticados respondían a preguntas como ¿Estás loco? ¿No deberías estar en un hospital psiquiátrico? ¿Eres peligroso?
Pero quién no ha asociado tales adjetivos con personas que padecen algún trastorno mental. La triste realidad es que predomina más el estigma social que la comprensión de la enfermedad.
Los pacientes con esquizofrenia tienen alteraciones del pensamiento: delirios, alucinaciones, dan por sentado situaciones que están fuera de la realidad.
“La esquizofrenia es una enfermedad crónica, degenerativa; afecta muchas de las capacidades de la persona que le impiden entender al mundo de la forma que es correcta, cambia algunos de sus procesos de su cognición tienen pensamientos y experiencias que pueden ser muy individuales”, explica el doctor José Mendoza Velásquez Coordinador de Investigación en el Departamento de Salud Mental y Psiquiatría de la UNAM.
Esta enfermedad puede presentarse a cualquier edad, sin embargo, se conoce un rango de tiempo en el que la mayoría de los pacientes presentaron el primer brote psicótico: entre los 15 y 25 años, tanto hombres como mujeres.
Para hacer el diagnóstico se toman en cuenta varios condicionantes como la genética, el contexto en donde se desarrolla el individuo (laboral, familiar, escolar), el uso de drogas o causas físicas que posibilitarían el surgimiento de la enfermedad. No obstante, la causa definitiva de su aparición se desconoce.
Las personas que padecen esquizofrenia, comenta el doctor Mendoza Velásquez, presentan ideas delirantes de diversa índole; algunos pacientes creen que alguien los persigue, que alguien puede modificar o leer sus pensamientos, que alguien está enamorado de ellos o, por inexplicable que parezca, que ellos son alguien más.
“Dentro de las fallas de la percepción, la consciencia del estímulo está modificada por la enfermedad; la consciencia da respuesta a algo que se ha percibido. En el caso de las alucinaciones hablamos de casos más complejos”.
Las alucinaciones pueden ser visuales y auditivas, siendo estas últimas las más frecuentes; en este caso, los pacientes escuchan voces, sin necesidad que se encuentren personas dentro de su contexto inmediato, las cuales pueden atender a ideas diversas, como el llevar a cabo una acción específica.
Las alucinaciones visuales se fundan en la captación de elementos que pueden parecer que cambiaron de lugar, de forma o de color. El doctor José Mendoza destaca que no son las únicas que pueden presentarse, ya que al tener alteraciones en la percepción sensorial, los pacientes pueden “ser estimulados sin que haya estímulo”, como sucede también con las alucinaciones táctiles u olfatorias.
- La esquizofrenia afecta a más de 21 millones de personas en todo el mundo.
- Es más frecuente en hombres (12 millones) que en mujeres (9 millones). OMS
Mantenerla bajo control.
La prevalencia de delirios y alucinaciones por un lapso mayor a los seis meses y la inexistencia de una enfermedad o trastorno anterior, se vuelven dos aspectos fundamentales para considerar un posible caso de esquizofrenia, pues existen otros padecimientos en donde también se presentan alteraciones de la percepción y el pensamiento.
El diagnóstico temprano y el tratamiento psicofarmacológico adecuado les permite a los pacientes reintegrarse nuevamente a su contexto social y construir una nueva la realidad en donde la esquizofrenia coexiste.
Así podrán continuar con sus proyectos de vida: estudiar, trabajar, viajar, ejercitarse; siempre que se mantengan alejados de las situaciones estresantes.
La comprensión de los demás también es fundamental para enfrentar la enfermedad, expresa el psiquiatra José Mendoza.
“La esquizofrenia al tener cambios en el proceso del comprender el mundo es una de las enfermedades más juzgadas. El predominio de un estigma es ignorancia, el no entender una enfermedad”.
Por Darinka Romero Ángeles.
Sitio Fuente: Ciencia UNAM