Una aplicación de audioguía ayuda a las personas ciegas a orientarse en zonas urbanas
TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD.
Utiliza IA para identificar coches, semáforos, postes de luz, señales de tráfico, peatones y otros obstáculos.
Ejemplo del modelo de navegación de la aplicación que guía invidentes en zonas urbanas. / Eye Navi Jp
Un simple móvil en el bolsillo se convierte en brújula y protector para quienes han aprendido a navegar la ciudad a ciegas. Una innovadora aplicación creada en Japón transforma la autonomía urbana y redefine la accesibilidad en el espacio público.
Eye Navi, una aplicación de audioguía desarrollada por investigadores del Instituto de Ciencias de la Computación de Japón, utiliza inteligencia artificial para identificar coches, semáforos, postes de luz, señales de tráfico, peatones y otros obstáculos, facilitando así la movilidad urbana de las personas con discapacidad visual, informa The Asahi Shimbun.
La aplicación ofrece indicaciones de ruta, detección de obstáculos y grabación automática de imágenes de forma gratuita. Desde su lanzamiento en 2023, Eye Navi se ha descargado más de 33.000 veces, según el citado medio. Entre los retos pendientes se encuentran los errores de GPS y la detección de escalones descendentes.
Datos clave de esta aplicación.
- Tecnología: Eye Navi es una aplicación de audioguía desarrollada en Japón que utiliza inteligencia artificial para identificar coches, semáforos, señales de tráfico, postes de luz, peatones y otros obstáculos urbanos, facilitando la movilidad de personas con discapacidad visual.
- Funciones principales: Ofrece indicaciones de ruta, detección de obstáculos y grabación automática de imágenes, todo de forma gratuita gracias al patrocinio de la compañía de mapas Zenrin.
- Impacto y adopción: Desde su lanzamiento en 2023, la aplicación ha superado las 33 000 descargas, convirtiéndose en una herramienta de referencia para personas ciegas en entornos urbanos.
- Limitaciones técnicas: Persisten retos importantes, entre ellos errores de precisión del GPS en zonas con edificios altos y dificultad para detectar escalones descendentes y otros obstáculos complejos.
- Cambio social: Eye Navi contribuye no solo a la seguridad y autonomía personal, sino también a repensar la accesibilidad urbana, integrando la experiencia de los usuarios y apostando por una ciudad más inclusiva.
Prolongación sensorial.
Lo que diferencia a Eye Navi es la manera en que encarna una reivindicación vital: la autonomía y dignidad de quienes se ven obligados a enfrentarse a un espacio público pensado, en gran medida, sin contar con su percepción. En la práctica, la aplicación se convierte en una prolongación sensorial: al acercar el móvil al oído, el sistema detecta e informa en tiempo real de lo que se encuentra alrededor, permitiendo anticiparse a situaciones potencialmente peligrosas y descubrir servicios cotidianos, como una tienda recién inaugurada en la ruta de siempre.
Para quienes han pasado media vida sintiendo el asfalto como terreno minado, recibir estas pistas sonoras significa poder elegir el mejor camino para llegar a una cita, sumarse a planes improvisados e, incluso, disfrutar de un paseo con una libertad inusitada.
Espontaneidad urbana.
Muchos usuarios subrayan el valor emocional de recuperar parte de la espontaneidad urbana que la ceguera les había arrebatado, desde una reunión casual entre amigos hasta el placer de explorar el propio barrio sin depender de terceros.
Este salto tecnológico es, en parte, fruto de la experiencia de sus creadores, liderados por Hidemi Hayashi y un equipo con bagaje en cartografía digital. Al principio soñaron con fabricar un perro guía robótico, pero pronto vieron que el desafío era demasiado complejo y optaron por volcar ese conocimiento en una app accesible a cualquiera con un smartphone. Para hacerla gratuita, lograron el patrocinio de Zenrin, empresa japonesa de mapas digitales.
No es perfecta, pero casi…
Sin embargo, el entorno urbano japonés —y por extensión, el de cualquier gran ciudad— plantea retos que ni la inteligencia artificial más entrenada puede resolver sin aliados. El GPS, por ejemplo, se desorienta en calles flanqueadas por rascacielos y túneles. Los escalones descendentes, invisibles hasta para las cámaras más avanzadas, siguen suponiendo un riesgo.
Y más allá de los datos y sensores, perduran los pequeños obstáculos de la convivencia: el exceso de ruidos, los vecinos que exigen el apagado de señales acústicas o la amenaza constante de automóviles eléctricos prácticamente silenciosos.
Por: Redacción T21.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21