Usar la boca como una tercera mano pudo causar la última caries descubierta en un fósil neandertal

ANTROPOLOGÍA / ARQUEOLOGÍA / PALEONTOLOGÍA.-

La cueva de El Sidrón, en Asturias, España, ha resultado decisiva para el estudio de los neandertales en la península Ibérica, al aportar más de 2.500 restos óseos de al menos 13 individuos.

Este abundante y bien conservado registro ha permitido reconstruir aspectos de su vida cotidiana, sus prácticas culturales y su salud. Y, en el caso de un estudio reciente, conocer detalles reveladores sobre el uso intensivo de su dentadura como herramienta de trabajo y la repercusión de tal uso sobre su salud dental.

Reconstrucción virtual del diente del Neandertal de El Sidrón con la caries, indicada con una flecha. Imagen: MNCN

Un equipo liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España, ha documentado el séptimo caso conocido de una caries dental en un neandertal. El estudio confirma que se trata de una lesión incipiente detectada en un molar de hombre adulto. En concreto pertenece a uno de los 13 individuos que vivieron en la cueva de El Sidrón hace unos 49.000 años. La investigación apunta a que la caries se produjo por la combinación de una dieta rica en carbohidratos y el uso continuado de la boca como una tercera mano en tareas no masticadoras.

Los investigadores comprobaron que este individuo, identificado como el “adulto 6” de El Sidrón, presentaba un notable desgaste dental causado por una dieta dura y abrasiva, a lo que se suma el desarrollo de actividades no masticatorias, como el raspado de pieles de animales con los dientes, que contribuían al deterioro de la dentina y favorecían la colonización por bacterias responsables del deterioro progresivo de las piezas dentales.

En este estudio, el equipo identificó la presencia de Streptococcus mutans mediante el análisis del ADN antiguo conservado en el sarro (técnicamente denominado cálculo dental) del adulto 6. Estos depósitos de sarro fosilizados han aportado información sobre la dieta, que incluía alimentos cocidos y ricos en almidón. Además, el sarro actuaba como reservorio de las bacterias productoras de caries, lo que refuerza su papel en el desarrollo de la lesión dental.

La caries a examen.

Para evaluar el fósil de la pieza dental dañada, el equipo llevó a cabo análisis químicos no destructivos con un microscopio electrónico de barrido ambiental, que genera imágenes muy detalladas de la superficie del diente y permitió observar la estructura de la caries y analizar los cambios en el esmalte. Mediante tomografía axial computarizada, que permite obtener imágenes en 3D del interior del diente sin dañarlo, se confirmó la presencia de la caries, y se midió su tamaño y profundidad.

El uso de estas técnicas permitió a los investigadores verificar la descalcificación en los bordes de la lesión y la extensión de la misma. Así se consiguió estudiar la caries de forma no destructiva, proporcionando información sobre su origen, desarrollo y relación con la dieta y el comportamiento del neandertal.

“Todo apunta a que el uso intenso de la dentadura pudo provocar una fisura que, poco a poco, fue colonizada por baterías que profundizaron en el esmalte y la dentina hasta desarrollar la caries: una lesión en forma de canal de 2,6 milímetros de longitud”, explica Almudena Estalrrich, investigadora del Museo Nacional del Ciencias Naturales.

Influencias ambientales.

Este estudio nos recuerda que las enfermedades dentales tienen raíces muy antiguas en nuestra historia evolutiva y pone de manifiesto que las caries en neandertales, aunque menos frecuentes que en nuestra especie, respondían a múltiples factores.

A diferencia de lo que ocurrió con los humanos anatómicamente modernos, en los que la prevalencia de caries aumentó notablemente con la adopción de la agricultura, los neandertales mostraban una incidencia mucho menor, aunque no estaban exentos de esta patología. En el caso de los habitantes de El Sidrón, la inclusión frecuente de alimentos cocidos, como piñones y hongos, ricos en almidón, pudo tener un efecto facilitador por la liberación de azúcares en la boca, lo que promovió la proliferación de bacterias productoras de caries como Streptococcus mutans, que contribuyó al desarrollo de la caries en el adulto 6.

“Hasta ahora, todas las evidencias que hemos documentado en el registro fósil de neandertales corresponden a ambientes templados”, destaca Estalrrich. “Es posible que en estas regiones tuvieran acceso a una dieta más rica en carbohidratos, que pueden facilitar la aparición de caries. Consideramos que el cambio de la dieta y el uso de la dentadura como una herramienta de trabajo podrían ser las causas de este problema dental, el séptimo que conocemos en el registro fósil de esta especie”, concluye la investigadora.

El estudio se titula “An Incipient Coronal Caries Lesion on a Neandertal Molar Tooth From El Sidrón Cave (Northern Spain)”. Y se ha publicado en la revista académica American Journal of Biological Anthropology. (Fuente: MNCN / CSIC)

Sitio Fuente: NCYT de Amazings