Descubren una relación directa entre noches calurosas y mortalidad
CIENCIAS DE LA TIERRA / CLIMATOLOGÍA / CIENCIAS DE LA SALUD.
El aumento de las noches calurosas en las últimas décadas y los pronósticos de aumentos mayores en el futuro, por culpa del calentamiento global, subrayan la crucial necesidad de poder prever el alcance de sus impactos.
Este conocimiento es esencial para definir estrategias de salud pública y orientar las iniciativas de adaptación. Sin embargo, a pesar de su importancia, la investigación sobre las repercusiones de las noches calurosas ha venido siendo un campo en el que se trabaja poco. Un nuevo estudio puede haber comenzado a cambiar esta tendencia.
El nuevo estudio ha puesto de manifiesto que las noches calurosas están asociadas con un aumento de la mortalidad de hasta el 3 por ciento. Foto: Amazings / NCYT.
El estudio es obra de un equipo internacional liderado desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España, a través de institutos de investigación en Galicia, Cataluña y Andalucía. En este estudio, han participado más de 40 instituciones de diferentes países, incluyendo Alemania, Francia, China y Estados Unidos. Las instituciones españolas participantes son la Misión Biológica de Galicia (MBG), el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) y la Estación Biológica de Doñana (EBD), por parte del CSIC, así como la Universidad de Valencia.
Este trabajo se enmarca en la red global MMC (Multi-Country Multi-City Collaborative Research Network).
Se emprendió el estudio con el fin de analizar si el calor nocturno, que se da cuando la temperatura supera ciertos umbrales durante varias horas, tiene un impacto específico en la salud de la población afectada. Para ello, se analizaron más de 14 millones de muertes en 178 ciudades de 44 países en el periodo comprendido entre 1990-2018, utilizando datos horarios de temperatura y modelos estadísticos avanzados. Las ciudades se seleccionaron en función de la disponibilidad de datos, estando representadas por España 42 capitales de provincia.
En general, el exceso de calor nocturno fue geográficamente coherente, ya que delinea algunas de las unidades fisiográficas y paisajísticas en los países afectados, mostrando principalmente efectos latitudinales e influencia continental. Los valores más altos de exceso de calor nocturno diario se observaron en la cuenca mediterránea central y sudoriental.
El resultado más alarmante de este estudio sobre los efectos del calor en la salud es que existe una relación directa entre noches calurosas y mortalidad a nivel global.
Concretamente, el análisis puso de manifiesto que las noches calurosas están asociadas con un aumento de la mortalidad de hasta el 3 por ciento, y que el calor nocturno tiene un efecto independiente del calor diurno, por lo que exigiría medidas específicas de prevención.
El estudio, por tanto, aporta evidencias de que las noches calurosas contribuyen específicamente al riesgo de mortalidad relacionada con el calor.
“El calor nocturno impide la recuperación fisiológica del cuerpo tras el estrés térmico diurno, afecta la calidad del sueño y puede agravar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y neurológicas. En ciudades con efecto isla de calor urbano, la exposición nocturna puede ser aún más intensa. En este sentido, cabe citar que en España las ciudades como Madrid, Valencia, Barcelona y Sevilla presentan una alta frecuencia de noches tropicales y ecuatoriales, y que las poblaciones más vulnerables incluyen personas mayores, enfermos crónicos y quienes viven en zonas urbanas con escasa ventilación o acceso limitado a aire acondicionado”, explica Dominic Royé, investigador Ramón y Cajal en la Misión Biológica de Galicia (MBG) y primer autor del estudio.
Ante estos resultados, el equipo de investigación aboga por incluir el calor nocturno en los sistemas de alerta temprana, desarrollar refugios climáticos urbanos y aumentar las zonas verdes, garantizar condiciones térmicas adecuadas en viviendas, hospitales y residencias y diseñar planes de prevención que consideren el calor nocturno como un riesgo específico.
“Las noches calurosas no solo impiden el descanso, sino que agravan el estrés térmico acumulado durante el día. Este estudio demuestra que debemos prestar atención al calor nocturno como un factor de riesgo real para la salud”, recalca Dominic Royé.
"Las noches tropicales han aumentado sustancialmente en los últimos años por efecto del cambio climático global. Este verano lo hemos visto de forma inédita, y la situación se intensifica, aumentando el riesgo para las personas más vulnerables", destaca por su parte Aurelio Tobías, investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) y coautor del estudio.
“Este estudio confirma que el calor nocturno tiene un impacto directo en la salud, independiente del calor diurno. Es fundamental que las políticas públicas incorporen esta dimensión para proteger mejor a las poblaciones vulnerables”, añade Veronika Huber, de la Estación Biológica de Doñana (EBD) y también coautora del estudio.
El estudio se titula “Short-term association between hot nights and mortality: a multicountry analysis in 178 locations considering hourly ambient temperature”. Y se ha publicado en la revista académica Environment International. (Fuente: CSIC)
Sitio Fuente: NCYT de Amazings