¿Desaparecerán las muelas del juicio?

CIENCIAS DE LA VIDA / BIOLOGÍA EVOLUTIVA.-

Durante siglos, las muelas del juicio —también conocidas como terceros molares— han sido un misterio de la evolución humana. Situadas en la parte posterior de la boca, suelen aparecer entre los 17 y 25 años. Pero cada vez son más las personas que no las desarrollan o que necesitan extraérselas. ¿Estamos asistiendo a su desaparición definitiva?.

Una reliquia de nuestro pasado evolutivo.

Las muelas del juicio fueron, en su día, una herramienta esencial para nuestros antepasados. Los primeros homínidos y humanos primitivos tenían mandíbulas más grandes y una dieta mucho más dura: raíces, hojas, carne cruda y nueces. En ese contexto, contar con un tercer molar era una ventaja evolutiva para triturar alimentos resistentes.

Sin embargo, con el paso de los milenios, la alimentación humana cambió radicalmente. La invención del fuego, la agricultura y la cocina blanda redujeron la necesidad de masticar con tanta fuerza. En paralelo, el tamaño de la mandíbula humana disminuyó, pero los genes que determinaban la aparición de las muelas del juicio permanecieron... al menos por ahora.

Una tendencia genética en marcha.

Diversos estudios genéticos, como los realizados por la Universidad de Queensland (Australia) y publicados en Journal of Anatomy, indican que un número creciente de personas nace sin una o más muelas del juicio. Según los datos, alrededor del 35% de la población mundial ya no desarrolla estos dientes. Esta proporción está aumentando lentamente con cada generación.

Los científicos atribuyen esta tendencia a mutaciones evolutivas que afectan al gen PAX9, relacionado con el desarrollo dental. En otras palabras: la naturaleza está reescribiendo el “manual” de nuestra dentadura.

Menos espacio, más complicaciones.

En la actualidad, muchas personas sufren molestias por la falta de espacio en la mandíbula. Esto provoca que las muelas del juicio crezcan torcidas, se impacten contra otros dientes o generen infecciones. Por eso, la cirugía para extraerlas es uno de los procedimientos odontológicos más comunes en el mundo.

Desde un punto de vista evolutivo, esto sugiere que estos dientes han pasado de ser una ventaja a convertirse en un inconveniente. Y en biología, los rasgos que dejan de aportar beneficios suelen desaparecer con el tiempo.

¿El principio del fin?

Los expertos coinciden en que las muelas del juicio están en vías de extinción evolutiva, aunque su desaparición total podría tardar miles o incluso millones de años. Este fenómeno es un claro ejemplo de evolución en tiempo real: nuestro cuerpo sigue adaptándose a los cambios tecnológicos, alimentarios y culturales.

Una evolución que continúa.

En las próximas generaciones podríamos ver más transformaciones anatómicas: mandíbulas aún más pequeñas, menos dientes, y quizás, nuevas adaptaciones a un entorno donde la masticación intensa ya no es necesaria.

Así, las muelas del juicio podrían ser recordadas como un símbolo del pasado, un vestigio de cuando la supervivencia dependía tanto de la fuerza de la mandíbula como de la inteligencia.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings