Las praderas de posidonia: los pulmones invisibles del Mediterráneo que salvan nuestros mares

CIENCIAS DE LA VIDA / ECOLOGÍA.-

En las aguas cristalinas del Mediterráneo, ocultas bajo la superficie, se extienden auténticos bosques submarinos: las praderas de posidonia oceánica. Aunque muchos las confunden con algas, se trata en realidad de plantas marinas con raíces, tallos y hojas, que desempeñan un papel ecológico crucial. Su conservación es fundamental para la salud de los ecosistemas costeros y, por extensión, para la del planeta.

Foto: Wikimedia Commons

Un tesoro biológico bajo el mar.

La Posidonia oceanica es una especie endémica del mar Mediterráneo, lo que significa que no existe en ningún otro lugar del mundo. Estas praderas forman hábitats de altísima biodiversidad, refugio y zona de cría para más de 400 especies vegetales y 1.000 especies animales, incluyendo peces, moluscos, crustáceos y equinodermos. Entre sus hojas se protegen los alevines de merluza, dorada o sepia, esenciales para la pesca local.

Los “pulmones” del Mediterráneo.

Las praderas de posidonia son auténticos pulmones marinos: liberan entre 10 y 15 litros de oxígeno por metro cuadrado cada día, lo que contribuye a mantener el equilibrio químico del agua y del aire. Además, capturan enormes cantidades de dióxido de carbono (CO₂), almacenándolo en sus raíces y rizomas durante siglos. De hecho, se estima que una hectárea de posidonia puede absorber hasta cinco veces más CO₂ que una hectárea de selva amazónica, convirtiéndolas en un aliado natural contra el cambio climático.

Defensoras de la costa.

Más allá de su función biológica, las praderas de posidonia protegen las playas de la erosión. Sus densas raíces estabilizan los sedimentos y amortiguan la fuerza de las olas, evitando la pérdida de arena. Incluso las hojas muertas que se acumulan en la orilla cumplen una función: actúan como barrera natural frente a los temporales invernales.

Una joya en peligro.

Pese a su valor ecológico, la posidonia está en grave retroceso. La contaminación, el fondeo incontrolado de embarcaciones, la construcción costera y el aumento de la temperatura del agua son sus principales amenazas. En algunos lugares del Mediterráneo, como Baleares o la Costa Azul, se ha perdido más del 30% de las praderas en los últimos 50 años.

Los fondeos de anclas sobre las praderas arrancan plantas enteras que tardan décadas en regenerarse. Y es que esta especie crece muy lentamente —apenas un centímetro al año—, por lo que su recuperación natural es extremadamente difícil.

Protección y futuro sostenible.

La Unión Europea y varios países mediterráneos han impulsado programas de conservación y seguimiento, declarando la posidonia hábitat prioritario bajo la Directiva Hábitats (92/43/CEE). En lugares como las Islas Baleares, se han instalado boyas ecológicas que permiten el fondeo sin dañar el fondo marino.

Sin embargo, la protección efectiva requiere educación ambiental y conciencia ciudadana. Los turistas y navegantes pueden marcar la diferencia: evitar fondear sobre praderas, reducir el uso de combustibles contaminantes y apoyar actividades sostenibles son gestos simples que salvan ecosistemas enteros.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings