Evaluar a la persona permite evitar tratamientos innecesarios: María Emilia Lucio, psicóloga

PSICOLOGÍA.-

Impulsora de la psicología clínica en México y del uso de instrumentos de evaluación.

Desde que en 1973 la Facultad de Psicología de la UNAM ocupó sus nuevas instalaciones dentro de la Ciudad Universitaria, en el sur de la Ciudad de México, la doctora María Emilia Lucio y Gómez Maqueo ha recorrido sus pasillos, y ha visto transformarse la infraestructura de los edificios, transitar a miles de estudiantes, la creación de nuevas áreas de estudio en psicología y los cambios que ha tenido la enseñanza de esta disciplina.

Han sido más de 50 años durante los cuales ha sido partícipe del desarrollo y las transformaciones de la psicología clínica no sólo en la UNAM sino en México, pues como ella mismo lo expresa: “la psicología está en todas las partes de la vida”.

Prácticamente toda su carrera académica ha sido en la UNAM, desde que en 1962 entró a la licenciatura en Psicología, en el entonces Colegio de Psicología (hoy Facultad de Psicología), el cual estaba ubicado y pertenecía a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

En ese lugar también cursó su maestría, eran inicios de los 70, y vendría un gran cambio para el Colegio de Psicología, ya que después de décadas de compartir espacio con la Facultad de Filosofía se separaron. La doctora Lucio narra el hecho:

“El doctor Curiel, del Colegio, que era filósofo, fue uno de los promotores de que se separaran porque la Psicología empezó a crecer mucho, más que otras carreras de la Facultad; a tener más estudiantes y también el director de Filosofía, que era el doctor Ricardo Guerra, impulsó que nos separáramos, no porque no nos quisiera ahí, sino porque vio que tenía que desarrollarse mucho más la psicología”.

La doctora Lucio también cursó su doctorado en la UNAM y tiene más de cinco décadas como profesora, actividad que ha realizado en las facultades de Psicología y de Medicina. Asimismo, estudió la especialización en psicoanálisis en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis formado por Erich Fromm y que por muchos años fue reconocido por la Facultad de Psicología.

Y aunque han sido muchas las satisfacciones que le ha dado su trayectoria universitaria, no duda en señalar que la más importante fue haber sido reconocida como Profesora Emérita en el 2022.

Un psicólogo que evalúa y trata.

El campo en el que se ha desarrollado es la psicología clínica. Comenta que durante sus años de estudiante –en el Colegio de Psicología– se impulsaba más este tipo de área que la psicología experimental.

“En realidad el Colegio de Psicología lo hicieron no psicólogos, y cuando empezó a haber psicólogos se empezó a ver esta separación entre psicología clínica y psicología experimental, principalmente con gente que se fue a estudiar fuera y regresó. Yo pienso que uno de los psicólogos experimentales que después se volvió psicólogo social, es el doctor Díaz Guerrero, que tuvo que ver con esta diferencia entre ambas. En el Plan [de estudios] de 1976 ya hay una separación clara, y empieza a haber dos vertientes”.

Una de las características de la psicología clínica (que no existía hace varias décadas y que ella ha impulsado) es que el psicólogo no sólo evalúe sino también haga diagnóstico, psicoterapia, evaluación del tratamiento e investigación.

“Es lo que tiene que ser la psicología clínica ahora, porque antes se pensaba que el que evalúa no trata y en la licenciatura no nos enseñaban nada de psicoterapia o tratamiento psicológico. Ahora sí se les enseña a los alumnos desde la licenciatura y hay varias maestrías en la facultad que son de psicoterapia”.

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Agrega que no se debe separar la evaluación del tratamiento, la cual es una idea que algunos sectores siguen teniendo, porque se piensa que quien evalúa ya tiene un sesgo, pero opina que esto no es así, ya que evaluar permite averiguar qué le pasa a la persona y evitar tratamientos innecesarios.

“Muchas veces llevan niños a tratamiento que no necesitan. No es forzoso que lo necesiten; puede ser, pero también no saben cómo es el desarrollo del niño, y los papás piensan que es una cosa patológica algo que es parte del desarrollo normal”.

Métodos de evaluación.

La doctora Lucio Gómez-Maqueo ha participado en la adaptación y realización de varias pruebas psicológicas, que son un elemento muy importante para la evaluación y son instrumentos que permiten la exploración y análisis del comportamiento humano, las cuales han sido utilizados desde hace décadas con el fin de realizar un diagnóstico profesional.

Por ello han sido útiles en la práctica de la psicología clínica impulsada por la doctora Lucio Gómez, quien trabajó en la adaptación cultural del Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota (MMPI) a México y del Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota para adolescentes (MMPI-A), dos de los instrumentos más utilizados en el mundo que permiten evaluar la personalidad y patrones de la conducta.

“Cuando yo adapté eso, sacamos normas de la población mexicana y ahí se ve que sí hay diferencias culturales. En Psicología Social hubo muchos que hacían evaluación y medición y siempre dijeron que hay que usar pruebas hechas aquí en México. La desventaja de hacerlo es que no sabemos qué tanto se pueden comparar con los resultados de las pruebas en otros países… [Por lo tanto] se tiene que trabajar en los dos aspectos, siempre lo he dicho: adaptar pruebas de otros lados y hacer las propias”.

También ha desarrollado instrumentos de evaluación muy usados en la práctica clínica como la Batería de Evaluación Infantil (BEI), otros enfocados en adolescentes como el Cuestionario de Sucesos de Vida, el Inventario de Riesgo Suicida para Adolescentes (IRISA) y la Escala de Afrontamiento para Adolescentes.

Cabe destacar que algunos de sus instrumentos de evaluación, como el IRISA han sido pioneros para el diagnóstico, prevención e intervención del suicidio en Latinoamérica.

Trabajo con jóvenes.

Su labor también ha estado centrado en una población en específico: los adolescentes. Comenta que cuando ella adaptó el MMPI, en 1995, no existía una para adolescentes en México y al trabajar con ellos identificó varios aspectos propios de la personalidad de esta población.

"Hay cosas que dicen los adolescentes en las entrevistas que llaman mucho la atención. Empiezo a trabajar más ellos y a ir a varios congresos donde se habla de que cada vez hay más adolescentes que se suicidan, pero eran estadísticas, y yo decía: la psicología clínica qué va a hacer por esos adolescentes. Entonces empiezo a estudiar y trabajar en la prevención del suicidio en adolescentes que son detectados por problemas de ideación suicida o ya ciertos intentos no muy letales”.

Con esta información, en la Facultad de Psicología la doctora impulsó un programa de prevención del suicidio, que posteriormente terminó y que años después una alumna suya también lo impulsó y dirigió en toda la UNAM.

Uno de los aspectos que vio que influían en el suicidio adolescente era el estrés. Trabajaron en un inicio con jóvenes que eran detectados en las escuelas que tenían problemas emocionales e ideación suicida, y a partir de ahí desarrolló con uno de sus alumnos el Inventario de Riesgo Suicida para Adolescentes (IRISA), además fue fundadora de la Sociedad Mexicana de Suicidiología e incluso su labor en este ámbito ha sido reconocida a nivel internacional por la OMS y la Organización Panamericana de la Salud.

Explica que a diferencia de hace 30 años que empezó a trabajar con el suicidio en adolescente, hoy ocurren más casos y algunas de las causas también han cambiado, siendo una de ellas la desesperanza en los jóvenes: “porque hay mucha incertidumbre en la sociedad, hay mayor inestabilidad, mayor incertidumbre. Eso sí ha cambiado”.

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Reconocimiento a su labor.

Sus trabajos e investigaciones han sido plasmados en distintas publicaciones y libros, los cuales se han tomado como base para conformar planes de estudio de escuelas de psicología en México o para integrar las asignaturas que se enseñaran a los estudiantes.

Algunos de sus reconocimientos han sido en 2017 el premio internacional STAR Lifetime Career Award de la Sociedad de Estrés, Trauma, Ansiedad y Resiliencia, en 2015 recibió el Premio Nacional del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología A.C., y el Premio Sociedad Mexicana de Psicología 2011.

Cuando en 2022 la doctora María Emilio Lucio Gómez y Maqueo recibió su reconocimiento como Profesora Emérita, el Consejo Universitario, máxima autoridad colegiada de la UNAM, destacó que esta distinción se le otorgó por:

“Sus contribuciones en políticas públicas, entre las que sobresalen las dirigidas al cuidado de la salud mental y el suicido y la propuesta de un modelo clínico que incluye investigación, diagnóstico, psicoterapia y evaluación, hicieron posible la sistematización de la atención, la replicabilidad de hallazgos, la evaluación de intervenciones preventivas y el tratamiento, así como la comparación transcultural en estas áreas. Por la formación de especialistas que siguen difundiendo y avanzando en estos campos de conocimiento”.

Por: María Luisa Santillán. 

Sitio Fuente: Ciencia UNAM