Desvelan un sistema de mensajería molecular que trabaja en paralelo al ADN
BIOLOGÍA MOLECULAR.
La red identificada podría hacer realidad importantes avances en terapias farmacológicas e innovaciones biotecnológicas.
Los científicos están descifrando una red de mensajería molecular que actúa más rápido que el ADN. / Crédito: Doo Nam Kim | Pacific Northwest National Laboratory.
Los científicos están descubriendo los secretos de una red de mensajería molecular de acción rápida, complementaria a la actividad del ADN, que influye fuertemente en cómo las personas y todos los organismos se ajustan y reaccionan al mundo que los rodea.
Investigadores del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico (PNNL), en Estados Unidos, junto a especialistas de otras instituciones, han desvelado una red de mensajería molecular ultrarrápida que complementa en tiempo real las instrucciones codificadas en el ADN. Esta red opera mediante modificaciones químicas postraduccionales (PTM) que actúan como mensajes instantáneos, ajustando la actividad de las proteínas a estímulos como temperatura, estrés o amenazas virales.
De acuerdo a un estudio publicado en la revista Biotechnology for Biofuels and Bioproducts y a otro trabajo científico que aparece en Frontiers in Immunology, la red de señales moleculares que opera en paralelo al ADN condiciona de manera determinante cómo los seres vivos responden y se adaptan a su entorno. Su descubrimiento podría redefinir nuestra comprensión de la biología y acelerar innovaciones en salud y biotecnología.
A diferencia del ADN, que aporta un "guión" relativamente estable, las PTM permiten ajustar ese guión en tiempo real: una sola proteína codificada por un gen puede adquirir cientos de variantes funcionales, gracias a adiciones químicas como la fosforilación, la oxidación o la acetilación. Según una nota de prensa, los expertos señalan que ya se han identificado más de 600 tipos de estas modificaciones, y que su carácter rápido y transitorio las hizo difíciles de estudiar hasta la llegada de herramientas analíticas más sensibles, como la espectrometría de masas.
Importantes aplicaciones: el interés no es solo teórico.
En el campo de la biotecnología, un análisis de la levadura Rhodotorula toruloides permitió identificar cómo la limitación de nitrógeno generada por esta red de mensajería molecular provoca un cambio radical en los patrones de fosforilación de proteínas, implicadas directamente en el flujo de carbono. Ese reajuste molecular podría emplearse para optimizar la producción industrial de lípidos y otros compuestos de interés comercial.
En el terreno de la salud, una revisión proteómica evidencia que las PTM son clave en la respuesta celular frente a infecciones virales, y podrían facilitar nuevas alternativas farmacológicas. Modificar la “conversación” molecular permitiría, por ejemplo, impedir que un virus secuestre la maquinaria celular o activar rutas inmunes más eficaces. Al mismo tiempo, los patógenos también explotan estas señales para su beneficio, algo que complica pero enriquece la búsqueda de terapias.
Desafíos a afrontar.
Hacia el futuro, los científicos implicados destacan dos retos principales: la detección y la integración de estas redes moleculares. Detectar PTM en estados fugaces exige protocolos que conserven las marcas químicas y equipos capaces de discriminar cambios diminutos. En el mismo sentido, integrar miles de señales distintas para entender cuál es la que dicta un determinado comportamiento celular es una tarea de enorme complejidad bioinformática.
En definitiva, el reconocimiento de esta red paralela al ADN impulsa un cambio de paradigma: no basta con conocer el genoma, es esencial descifrar el “código postal” y la “fecha de envío” de cada PTM. Herramientas de espectrometría de masas de alta resolución, protocolos de conservación de PTM y modelos bioinformáticos emergentes conforman un arsenal para descifrar esta mensajería molecular.
Por: Redacción T21.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21