¿Qué serpientes son capaces de comer a un ser humano? Descúbrelo en el Día Mundial de la Serpiente

CIENCIAS DE LA VIDA / ZOOLOGÍA / HERPETOLOGÍA.-

De vez en cuando, los titulares en los medios de comunicación llaman la atención diciendo que una “serpiente se tragó a una persona”. Esto es posible, pero no es tan común como podría parecer.

La anaconda verde (Eunectes murinus) es una serpiente no venenosa capaz de alimentarse de animales grandes como carpinchos e incluso caimanes. Se encuentra principalmente en Sudamérica. Fotografía de Comunicación Butantan.

A principios de julio, una noticia sobre un hombre que fue devorado por una serpiente en Indonesia conmocionó a los medios de comunicación y las redes sociales, planteando preguntas como “¿cómo puede una serpiente comerse a una persona?” y “¿qué serpientes son capaces de realizar esta impresionante hazaña?”. 

Esta y otras historias tienen registros confirmados por la comunidad científica. Esto se debe a que algunas serpientes tienen la capacidad de ingerir presas grandes. Pero no todas.

En este Día Mundial de la Serpiente, que se conmemora el 16 de julio, National Geographic explica que no es habitual que una serpiente se alimente de un ser humano.

Lucas Simões, biólogo y técnico en manejo de animales del Instituto Butantan (institución brasileña de investigación científica que estudia reptiles, anfibios y otros animales desde 1901 y pertenece al gobierno del estado de São Paulo), explica todo lo relacionado con el tema en exclusiva para NatGeo.

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Qué serpientes pueden comer a una persona.

Hay algunas especies de serpientes que pueden ingerir animales mucho más grandes que ellas, presas realmente grandes como cerdos, carpinchos, caimanes e incluso terneros. 

Entre las serpientes reconocidas por esta capacidad se encuentran la pitón reticulada (Python reticulatus, también llamada Malayophyton reticulatus) y la anaconda verde (Eunectes murinus), detalla el biólogo Lucas Simões, también conocido en Butantan como el “encantador de serpientes” por su habilidad con estos animales.

Ambas tienen algunas características únicas que les permiten alimentarse de animales grandes, pero el temor a que una serpiente se trague a una persona es más un mito que una realidad en gran parte del mundo.

“Solo hay informes documentados y registrados, incluso con pruebas fotográficas y vídeos, de pitones reticuladas que han devorado seres humanos, especialmente en zonas rurales del sudeste asiático”, señala Simões. Además, destaca que estos casos son raros y se producen en situaciones excepcionales.

“Desde el punto de vista científico, es importante destacar que no hay registros verificados de ataques letales de anacondas a seres humanos, ni tampoco hay- pruebas de que esta especie de serpiente tenga un comportamiento depredador dirigido a nuestra especie”, explica el biólogo brasileño.

Una pitón reticulada (Malayophyton reticulatus) ataca a un dragón de Komodo, un animal mucho más grande que ella, utilizando su método de constricción, en Phang Nga, Tailandia. Fotografía de Sam Hambly CC BY-NC 4.0

Cómo pueden las pitones y las anacondas comer animales grandes.

Aunque las pitones y las anacondas no son serpientes venenosas ambas desempeñan un papel de importantes depredadores en sus respectivos ecosistemas, como la anaconda verde y la pitón reticulada, que son capaces de abatir presas de gran tamaño, incluyendo mamíferos, aves y reptiles.

Las pitones y las anacondas tienen adaptaciones morfofisiológicas altamente especializadas que les permiten capturar, matar e ingerir presas de gran tamaño, a menudo animales con un diámetro mucho mayor que el propio cuerpo de la serpiente. Para atacar a sus presas, estas serpientes utilizan la constricción, por lo que se les llama serpientes constrictoras.

“Tras el ataque, rápidamente enrollan su cuerpo alrededor de la víctima y aplican una intensa fuerza muscular. Contrariamente a lo que se piensa, la muerte del animal no se produce por asfixia, sino principalmente por colapso circulatorio: la constricción interrumpe la circulación sanguínea, lo que provoca un paro cardíaco de la presa en pocos minutos”, explica Simões.

En cuanto a la ingestión de presas grandes, estas serpientes no tienen mandíbulas conectadas como los mamíferos. En cambio, “tienen huesos mandibulares bipartidos, lo que les permite abrir la boca de forma extremadamente amplia. También hay un espacio considerable entre las costillas, que son flexibles, y entre las vértebras, lo que permite una dilatación significativa del cuerpo durante la deglución de una presa”, describe el biólogo.

Es importante destacar que los seres humanos no forman parte de la dieta natural de estas serpientes. “Los casos en los que las pitones reticuladas se han alimentado de humanos son raros y se limitan a contextos muy específicos, en su mayoría zonas rurales donde hay contacto directo con esta especie en el sudeste asiático”, finaliza el experto brasileño.

Por: Redacción.

Sitio Fuente: National Geographic en Español