Impactante hallazgo en Mongolia: el dinosaurio que revela los orígenes del T-Rex

ANTROPOLOGÍA E HISTORIA / PALEONTOLOGÍA.-

El nuevo dinosaurio descubierto en Mongolia, Khankhuuluu mongoliensis, era esbelto y con rasgos como ningún otro miembro del árbol genealógico de los tiranosaurios.

La comparación de los fósiles de Khankhuuluu maduro (a, d, g) con fósiles de Gorgosaurus maduro (c, f, i) y Gorgosaurus juvenil (b, e, h) proporciona nuevos conocimientos sobre el linaje evolutivo entre los tiranosauroideos de cuerpo más pequeño, como Khankhuuluu, y los eutiranosaurios de mayor tamaño, como Gorgosaurus y Tyrannosaurus. Las siluetas comparan los tamaños de Khankhuuluu (izquierda) con un Gorgosaurus juvenil (derecha) y adulto (centro). Barras de escala, 5 cm (elementos individuales) y 1 m (silueta). Fotografía de Illustration by Voris et al. (2025), Nature.

El T-rex es un icono carnívoro. Con más de 12 metros de longitud y nueve toneladas de peso, este gigante triturador de huesos destaca como el mayor y último de su familia carnívora. Ahora, un nuevo tiranosaurio, mucho más pequeño, completa la historia evolutiva del famoso dinosaurio.

El nuevo miembro del árbol genealógico de los tiranosaurios se llama Khankhuuluu mongoliensis, que significa “príncipe dragón de Mongolia”. Descrito a principios de junio de 2025 en la revista Nature, el dinosaurio ha sido identificado por primera vez a partir de dos esqueletos parciales que incluyen huesos del cráneo, vértebras, parte de las caderas y huesos de las extremidades.

En conjunto, las piezas revelan que se trataba de un tiranosaurio esbelto que vagaba por la Mongolia cretácica hace unos 86 millones de años y medía unos 4.5 metros de largo, aproximadamente el tamaño de un T. rex juvenil que acecharía Norteamérica 20 millones de años después. De hecho, Khankhuuluu incluso parecía un ejemplar joven de tiranosaurios posteriores más grandes, con cuencas oculares redondas, dientes en forma de cuchilla y mandíbulas largas y poco profundas más adecuadas para morder rápido que fuerte.

Khankhuuluu no se limita a añadir otro dinosaurio a la creciente lista de dinosaurios. “Nos da la historia del origen de los tiranosaurios”, asegura Darla Zelenitsky, paleontóloga de la Universidad de Calgary y coautora del estudio.

El descubrimiento de un nuevo tiranosaurio.

A principios de la década de 1970, el paleontólogo mongol Altangerel Perle encontró un par de esqueletos parciales de tiranosaurio en el este del país. Los huesos parecían similares a los de un pequeño tiranosaurio que ya había sido bautizado con anterioridad, el Alectrosaurus. Pero cuando el paleontólogo de la Universidad de Calgary y coautor del estudio Jared Voris estudió los huesos durante un viaje de investigación a Mongolia en 2023, pronto se dio cuenta de que los huesos no pertenecían en absoluto al Alectrosaurus.

Los huesos de los dos esqueletos pertenecían a una nueva forma de tiranosaurio que llevaba medio siglo esperando a ser descubierta en colecciones. “Tenía características como una cámara de aire hueca en el lateral de su hueso nasal, que no tiene ninguna otra especie de tiranosaurio”, describe Voris. Los fósiles merecían un nuevo nombre y han sido recategorizados como Khankhuuluu.

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Voris ya había encontrado tiranosaurios ocultos a plena vista. En 2020, Voris y sus colegas dieron nombre al tiranosaurio Thanatotheristes, de 80 millones de años de antigüedad, a partir de huesos asignados a otra especie hallada en Alberta.

Los hallazgos forman parte de una creciente serie de descubrimientos sobre tiranosaurios. En lugar de una simple línea evolutiva desde los primeros hasta el T. rex, los paleontólogos han descubierto un matorral evolutivo salvajemente ramificado de diferentes subgrupos de tiranosaurios que iban y venían a lo largo del Cretácico. La abundancia de nuevas especies está permitiendo a los expertos reconstruir cómo evolucionaron los grandes tiranosaurios, incluido el gigantesco T. rex, y cómo se extendieron por vastas extensiones del planeta.

Lo que el “príncipe dragón” cuenta sobre la evolución del T. Rex.

Al compararlo con otros ejemplares, los investigadores descubrieron que Khankhuuluu es un pariente cercano del grupo más amplio de tiranosaurios que incluye al Gorgosaurus de Alberta, al Alioramus de Mongolia y al icónico T. rex. El nuevo árbol genealógico, así como el lugar donde se descubrieron los fósiles, ofrecen una imagen actualizada de la evolución de los tiranosaurios a lo largo de 20 millones de años.

“Se trata de una especie fundamental para comprender el éxito evolutivo del T. rex y sus parientes”, afirma el paleontólogo Cassius Morrison, del University College de Londres, que no participó en el nuevo estudio. En concreto, el nuevo análisis revela cómo los tiranosaurios evolucionaron en muchas especies diferentes a medida que los carnívoros se adentraban en nuevos paisajes.

En algún momento alrededor de la época de Khankhuuluu, proponen Voris y sus colegas, esos tiranosaurios pequeños y delgados se dispersaban desde la Asia prehistórica hacia Norteamérica a través de un puente de tierra.

"Evolucionaron hasta convertirse en esos gigantescos depredadores ápice y se diversificaron muy rápidamente por Norteamérica”, describe Voris, la primera de lo que Zelenitsky llama “dos explosiones de tiranosaurios”. Algunos de los depredadores seguían siendo esbeltos y perseguían presas más pequeñas, mientras que otros se volvieron más voluminosos y cazaban dinosaurios más grandes, y recorrían hábitats desde el sur de California hasta Nueva Jersey (Estados Unidos).

El nuevo estudio sugiere, sin embargo, que los antepasados directos del T. rex no evolucionaron en Norteamérica. Voris y sus colegas proponen que hace unos 79 y 78 millones de años al menos un linaje de tiranosaurios se aventuró en Asia. Los investigadores lo saben por la estrecha relación de dos grupos de tiranosaurios que a simple vista podrían parecer muy diferentes.

Cuando los tiranosaurios regresaron a Asia durante este periodo y sufrieron su segunda explosión, un grupo era relativamente esbelto y tenía largos hocicos decorados con pequeños cuernos, como el dinosaurio “Pinocho” Qianzhousaurus. El otro grupo empezó a hacerse más grande, con cráneos profundos expertos en triturar huesos, como el Tarbosaurus.

El T. rex evolucionó a partir de antepasados del segundo grupo, un linaje de trituradores de huesos que cruzó de nuevo el puente terrestre hacia Norteamérica hace entre 73 y 67 millones de años, lo que convierte al T. rex en una nueva forma de depredador que llegó de otro continente. “El nuevo análisis apoya firmemente la idea de que sus antepasados evolucionaron a partir de un grupo de tiranosaurios que se aventuraron a regresar a Asia después de haber sufrido una radiación evolutiva en Norteamérica”, afirma Morrison.

En definitiva, el estudio sugiere que el surgimiento de uno de los mayores carnívoros de la Tierra se debió a un vaivén entre Norteamérica y Asia que tuvo lugar a lo largo de un periodo de 20 millones de años. Si un devastador impacto de asteroide no hubiera puesto fin abruptamente al Cretácico hace 66 millones de años, los tiranosaurios habrían seguido cambiando sin duda alguna.

Por: Riley Black

Sitio Fuente: National Geographic en Español