Lenguas electrónicas: cómo la tecnología está revolucionando el análisis del sabor

TECNOLOGÍA.-

En un escenario actual donde la inteligencia artificial y los sensores invaden cada aspecto de nuestra vida, no es sorprendente que incluso el sentido del gusto tenga su contraparte digital.

Las lenguas electrónicas —o e-tongues, por su nombre en inglés— son sistemas diseñados para detectar, identificar y cuantificar sabores con una precisión y objetividad que superan incluso al paladar humano. Esta innovadora tecnología está transformando industrias como la alimentaria, farmacéutica, medioambiental e incluso médica.

¿Qué es una lengua electrónica?

Una lengua electrónica es un dispositivo compuesto por un conjunto de sensores químicos capaces de detectar sustancias disueltas en líquidos. A diferencia de los sensores tradicionales que buscan una sustancia específica, estos trabajan como un conjunto de sensores "no selectivos" que, en conjunto, crean un "perfil de sabor" del líquido analizado. La información recolectada es procesada mediante algoritmos de inteligencia artificial y análisis multivariable, permitiendo distinguir entre sabores básicos (dulce, salado, ácido, amargo y umami), así como identificar matices complejos.

¿Cómo funciona?

El principio detrás de las lenguas electrónicas se basa en la electroquímica. Cada sensor reacciona de forma distinta ante los compuestos químicos del líquido. Estas reacciones generan señales eléctricas únicas, similares a una huella digital gustativa. Estas señales son interpretadas por un sistema de análisis de datos, que puede compararlas con una base de datos de sabores previamente registrados.

En otras palabras, funciona de forma análoga a como nuestro cerebro interpreta los impulsos enviados por las papilas gustativas.

Aplicaciones actuales.

1. Industria alimentaria.

Las lenguas electrónicas permiten a las empresas garantizar la consistencia del sabor entre lotes de producción, detectar adulteraciones, validar nuevas fórmulas y monitorizar el deterioro de productos. Grandes multinacionales de alimentos y bebidas ya las utilizan para mejorar la calidad y reducir el error humano.

2. Sector farmacéutico.

Uno de los grandes retos de los medicamentos orales es el sabor desagradable de algunos principios activos. Gracias a las lenguas electrónicas, los laboratorios pueden evaluar el impacto de recubrimientos o aromatizantes, mejorando la aceptación de fármacos pediátricos y geriátricos.

3. Medicina personalizada.

Algunos estudios están explorando el uso de lenguas electrónicas para detectar biomarcadores en saliva o fluidos corporales, lo que abriría una vía hacia diagnósticos rápidos, no invasivos y económicos.

4. Control ambiental.

Estas tecnologías también pueden detectar contaminantes o evaluar la calidad del agua, ya que muchas sustancias disueltas tienen una "firma gustativa" reconocible para estos sistemas.

¿Superarán las lenguas electrónicas al gusto humano?

Aunque estas tecnologías están avanzando rápidamente, no buscan reemplazar el gusto humano, sino complementarlo. La ventaja principal de las e-tongues es su objetividad, repetibilidad y sensibilidad ante compuestos que pueden pasar desapercibidos a los sentidos humanos. Además, pueden operar en condiciones donde el uso de catadores sería peligroso o poco fiable.

A pesar de todo, el desarrollo de lenguas electrónicas todavía enfrenta varios problemas. La estandarización de métodos, el entrenamiento de algoritmos con bases de datos suficientemente amplias y la miniaturización para su uso en dispositivos portátiles son algunas de las áreas en las que los investigadores están trabajando intensamente.

A largo plazo, no es descabellado pensar en su integración con robots de cocina inteligentes, sistemas de control sanitario en tiempo real, o incluso con dispositivos portátiles de salud que analicen la saliva del usuario a diario.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings