Usan el cuerpo humano para procesar y almacenar datos informáticos
CIENCIAS DE LA VIDA Y TECNOLOGÍA.
El tejido humano vivo ha demostrado ser eficiente para resguardar datos y realizar procesos informáticos.
¿El cuerpo humano será parte de los dispositivos electrónicos del futuro? / Crédito: Vika_Glitter en Pixabay.
Los científicos han descubierto una manera de utilizar el tejido vivo como un depósito informático, para resolver problemas y potencialmente predecir sistemas caóticos como el clima.
En un avance innovador, un equipo liderado por el ingeniero Yo Kobayashi de la Universidad de Osaka, en Japón, ha demostrado que el tejido blando humano puede funcionar como un “reservorio” computacional capaz de procesar información y resolver ecuaciones complejas con una precisión superior a la de modelos tradicionales de regresión lineal.
Empleando el marco de la “computación de reservorio”, los investigadores utilizaron datos biomecánicos obtenidos mediante ultrasonidos mientras los participantes flexionaban la muñeca, creando un modelo que aprovechó la no linealidad y viscoelasticidad del músculo para realizar cálculos.
Los resultados, publicados en un nuevo estudio que aparece en IIEE Access, sugieren aplicaciones futuras en dispositivos “wearables” que deleguen parte del procesamiento en el propio cuerpo humano, abriendo una nueva era de integración biológica y tecnológica, según un artículo publicado en Live Science.
Un reservorio biológico.
La computación de reservorio es un paradigma de redes neuronales recurrentes en el que un sistema dinámico no lineal, el “reservorio”, codifica patrones complejos: solamente la capa de salida se entrena, algo que simplifica el aprendizaje. Este enfoque aprovecha propiedades de los sistemas físicos, como fluidos o circuitos eléctricos, para proyectar datos en espacios de alta dimensión antes de aplicar un modelo lineal de lectura. La novedad del trabajo de Kobayashi radica en usar tejido vivo, marcando la primera demostración de computación de reservorio con tejido humano vivo, de acuerdo a una nota de prensa.
En pruebas de ecuaciones no lineales de referencia, el modelo basado en tejido humano superó en un orden de magnitud importante la precisión de la regresión lineal estándar. Este desempeño confirma que la viscoelasticidad y la respuesta al estrés en la deformación del músculo utilizada con los participantes cumplen los requisitos para computación de reservorio, ofreciendo memoria y complejidad de manera natural.
Máquinas y sistemas vivos.
Este hallazgo se inscribe en una tendencia hacia la convergencia bio-híbrida, donde sistemas vivos y máquinas colaboran en tiempo real, según pública TechRadar. Además de su impacto en la informática portátil, estos “ordenadores biológicos” plantean debates éticos sobre privacidad corporal y límites de la simbiosis humano–máquina.
Las implicaciones más inmediatas se centran en dispositivos wearables que deleguen cálculos al cuerpo humano, reduciendo el consumo energético y mejorando la adaptabilidad. Por ejemplo, relojes inteligentes o parches biométricos que deleguen parte de la inteligencia en la propia musculatura, liberando capacidad de cómputo en el hardware tradicional.
Por: Pablo Javier Piacente.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21