Una tenue luz es emitida por todos los seres vivos y cesa con la muerte
CIENCIAS DE LA VIDA / BIOQUÍMICA.
Fotones que se producen por procesos metabólicos configuran la luz de la vida.
La luz que emiten los roedores en distintas situaciones. / Crédito: Salari et al. The Journal of Physical Chemistry Letters (2025).
La confirmación de que la luminiscencia ultra-débil es un rasgo universal de los seres vivos y que cesa con la muerte redefine nuestra comprensión de los procesos bioenergéticos fundamentales.
Recientes investigaciones demuestran que todos los seres vivos emiten una luz extremadamente débil, conocida como emisiones ultra-débiles de fotones (UPE), visible únicamente con equipos altamente sensibles, y que esta luminiscencia desaparece al morir el organismos.
Estos fotones se generan principalmente por procesos metabólicos ligados a especies reactivas de oxígeno y pueden ofrecer nuevas herramientas no invasivas para monitorear la salud y el estado de estrés de animales, plantas e incluso seres humanos.
En un estudio publicado en The Journal of Physical Chemistry Letters, un grupo de científicos describe un experimento con ratones vivos y fallecidos, llevado a cabo por la Universidad de Calgary y el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, en el cual se utilizaron cámaras EMCCD capaces de detectar fotones individuales con más del 95% de eficiencia, según pública ScienceBlog.
Ritmos biológicos.
Tras la eutanasia de los animales, pero manteniendo su temperatura corporal a 37 °C, la emisión de fotones se redujo drásticamente, confirmando la dependencia de las UPE del estado vital. Resultados similares se observaron en hojas de Arabidopsis thaliana y Heptapleurum arboricola sometidas a estrés físico y químico, según informa ScienceAlert.
Las UPE surgen de reacciones bioquímicas en las que moléculas excitadas liberan fotones al regresar a su estado base, produciéndose entre 10 y 1.000 fotones por cm² cada segundo. Este fenómeno, documentado desde hace décadas, difiere de la bioluminiscencia de luciérnagas, al ser miles de veces más tenue y carecer de líneas de emisión específicas. Su intensidad varía con los ritmos biológicos, la edad y el género, y se ha vinculado al metabolismo mitocondrial y la generación de especies reactivas de oxígeno (ROS).
Aplicaciones y ADN como fuente.
La posibilidad de captar estas emisiones ultra-débiles abre la puerta a técnicas de diagnóstico no invasivo en medicina y agricultura: por ejemplo, para detectar anomalías metabólicas o estrés en tejidos sin necesidad de marcadores externos. En el ámbito clínico, podrían emplearse para evaluar la respuesta de órganos o tumores a tratamientos en tiempo real, mejorando la precisión y reduciendo la dependencia de procedimientos invasivos.
Aunque aún se encuentran en fase de desarrollo, las tecnologías de detección de estos tenues fotones podrían evolucionar hacia dispositivos portátiles, facilitando su integración en consultas médicas y entornos agrícolas. Además, investigaciones en genética han identificado al ADN como posible fuente significativa de estas emisiones, sugiriendo nuevas líneas de estudio.
Por: Pablo Javier Piacente.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21