¿Cuándo el Sahara fue un lugar verde y húmedo?
PALEOCLIMATOLOGÍA.
Entre aproximadamente 14.600 y 5.000 años antes del presente, la cuenca del Sáhara experimentó un intenso reverdecimiento que lo transformó de un desierto estéril en una vasta sabana húmeda, plena de lagos, ríos y humedales, durante el intervalo climatológico conocido como el Periodo Húmedo Africano.
Durante el pico de humedad, entre 9.000 y 6.000 años atrás, la región alcanzó su máxima vegetación gracias a un monzón africano reforzado y a poderosas retroalimentaciones vegetación-atmósfera. Este acontecimiento dejó un rico legado de registros sedimentarios, polen, arte rupestre y datos genéticos que hoy permiten reconstruir con detalle la historia climática del Norte de África.
Contexto geológico y climático.
La aridez actual del Sáhara contrasta fuertemente con los paisajes del Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano, cuando cambios sutiles en la órbita terrestre incrementaron la insolación estival en el hemisferio norte, intensificando el monzón africano. Estos forzamientos orbitales, combinados con la expansión de la vegetación y la reducción del albedo, activaron un ciclo de retroalimentación que mantuvo precipitaciones abundantes en la región durante varios milenios.
Cronología del Sáhara verde.
- Comienzo (≈ 14 600–14 500 a BP): Coincide con el fin del evento Heinrich 1 y la entrada en la fase Bølling–Allerød; los monzones se refuerzan notablemente.
- Florecimiento (≈ 11 000–6 000 a BP): Periodo de máxima humedad y vegetación, con lagos como el Chad y el Makgadikgadi en niveles muy superiores a los actuales.
- Declive (≈ 6 000–5 000 a BP): Inicia la transición hacia condiciones más áridas, marcada por eventos secos como la oscilación de Piora y la crisis de los 4.2 ka.
Evidencias paleoclimáticas.
Registros sedimentarios y de polen.
Los núcleos de sedimentos lacustres revelan capas alternantes de materia orgánica y terrígena que documentan fases húmedas sostenidas, con polen de gramíneas, arbustos y árboles de sabana que alcanzaron latitudes de hasta 30° N. Además, los depósitos de carbonatos en antiguas cuencas lacustres confirman niveles de agua muy superiores a los actuales.
Arte rupestre y restos arqueológicos.
Grabados y pinturas como los de la Cueva de los Nadadores en el Gilf Kebir (Egipto) muestran escenas de natación, flora exuberante y fauna acuática, evidenciando un entorno muy distinto al desierto actual. El hallazgo de embarcaciones y herramientas de pesca en estos yacimientos subraya la presencia de ríos y lagos permanentes.
Datos genéticos.
El análisis de ADN antiguo de momias de Takarkori (Libia) de hace ≈ 7.000 años confirma poblaciones humanas que vivían en paisajes de sabana húmeda, con linajes aislados y bajo flujos genéticos limitados entre el norte y el sur de África.
Causas del reverdecimiento.
Forzamientos orbitales.
La precesión del eje terrestre moduló la cantidad de radiación solar estival en el Sahara, intensificando el monzón que transportaba humedad desde el Golfo de Guinea hacia el interior continental.
Retroalimentaciones vegetación-atmósfera.
El aumento de cobertura vegetal redujo el albedo (reflectividad) superficial, atrapando más calor y favoreciendo la formación de nubes de convección, lo que reforzó las lluvias; a su vez, la mayor humedad posibilitó que la vegetación prosperara más al norte.
Flora y fauna del Sáhara verde.
La vegetación predominante era una sabana abierta de gramíneas (C₃) con arbustos y árboles diseminados; en zonas montañosas persistían bosques de galería junto a ríos. Animales hoy ausentes, como hipopótamos, cocodrilos y jirafas, poblaron ríos y lagunas, mientras grandes mamíferos herbívoros y carnívoros recorrían este mosaico de humedales y sabanas.
Implicaciones para el estudio paleoclimático.
El Periodo Húmedo Africano sirve como “laboratorio natural” para entender las transiciones abruptas del sistema climático ante forzamientos orbitales y biogeoquímicos, además de ilustrar cómo ecosistemas y sociedades humanas se adaptan o colapsan ante cambios profundos.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings