China: cómo son los novedosos chips sin silicio que desarrolla el gigante asiático

TECNOLOGÍA.-

Una vez más, la creatividad se impone ante la tensión geopolítica de los semiconductores.

China se propuso avanzar en el desarrollo de chips sin silicio, una estrategia motivada tanto por la necesidad de independencia tecnológica como por las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos y sus aliados.

En los últimos años, la creciente tensión geopolítica llevó a medidas como el bloqueo de exportaciones de semiconductores avanzados hacia China, lo que obligó al país asiático a buscar alternativas. En este contexto, investigadores chinos comenzaron a explorar nuevas arquitecturas de chips y materiales innovadores que no dependan del silicio, el componente fundamental de los semiconductores tradicionales.

China: cómo funcionan los nuevos chips sin silicio.

Uno de los enfoques más prometedores se basa en el uso de materiales bidimensionales, entre ellos el bismuto, que ha demostrado propiedades excepcionales para la conducción de electricidad. A diferencia del silicio, cuya movilidad electrónica presenta ciertas limitaciones físicas a escalas nanométricas, el bismuto permite una conducción de electrones mucho más eficiente.

Un equipo de científicos de la Universidad de Pekín logró desarrollar un transistor basado en este material que, según los primeros estudios, supera en un 40% la velocidad de procesamiento de los chips de silicio más avanzados y, al mismo tiempo, reduce el consumo energético en un 10%. Este descubrimiento representa un hito en la búsqueda de alternativas viables para la fabricación de semiconductores de nueva generación.

El proceso de fabricación de estos nuevos chips sin silicio plantea desafíos significativos. En primer lugar, la industria de semiconductores estuvo optimizada durante décadas para la producción de chips basados en silicio, con una infraestructura global que gira en torno a este material.

Adaptar las fábricas y los métodos de producción a los nuevos materiales requiere inversiones millonarias y el desarrollo de nuevas técnicas de manufactura. Además, el bismuto y otros materiales alternativos deben demostrar su estabilidad y fiabilidad en el largo plazo, algo fundamental para garantizar la durabilidad de los dispositivos que los utilicen.

Otro desafío clave es la compatibilidad con la tecnología existente. La mayoría de los sistemas operativos y arquitecturas de hardware han sido diseñados para trabajar con semiconductores de silicio, por lo que la transición hacia una nueva generación de chips sin este material podría requerir modificaciones, tanto en el software como en el diseño de circuitos electrónicos.

Si bien algunas industrias, como la computación cuántica y la fotónica, fueron explorando estos materiales con éxito, la integración a gran escala en dispositivos de consumo masivo todavía enfrenta múltiples barreras.

Los beneficios de los nuevos chips chinos.

Más allá de los obstáculos, la posibilidad de fabricar chips sin silicio representa una revolución en la computación. Si China logra establecer un ecosistema robusto de producción basado en estos nuevos materiales, no solo reduciría su dependencia de proveedores extranjeros, sino que también podría liderar una nueva era en la industria de los semiconductores.

Estos avances podrían derivar en dispositivos electrónicos más rápidos, con menor consumo de energía y, potencialmente, más baratos de producir a largo plazo. Además, la diversificación de materiales ayudaría a aliviar la presión sobre la cadena de suministro global, que en los últimos años ha enfrentado crisis debido a la escasez de chips.

El impacto de esta tecnología no se limitaría solo a la computación convencional. En el campo de la inteligencia artificial, por ejemplo, procesadores más rápidos y eficientes energéticamente permitirían entrenar modelos más avanzados con menor costo.

De la industria aeroespacial a la computación cuántica.

Por ejemplo, en la industria aeroespacial, la reducción del consumo energético podría facilitar la creación de dispositivos más ligeros y autónomos. Incluso en la computación cuántica, donde la dependencia del silicio ha sido un factor limitante, los nuevos materiales podrían abrir la puerta a desarrollos innovadores.

Si bien la producción a gran escala de estos chips sin silicio todavía está en una fase experimental, los avances recientes demuestran que no se trata de una mera posibilidad teórica, sino de un camino concreto que podría redefinir la industria tecnológica en los próximos años.

Con un fuerte apoyo gubernamental y una inversión estratégica en investigación y desarrollo, China parece decidida a romper su dependencia del silicio y establecerse como un líder global en la próxima generación de semiconductores.

Por: Alberto Vázquez.

Sitio Fuente: Agencia ID