Los helechos pueden evolucionar hacia atrás: ¿Un camino con una única dirección?
CIENCIAS DE LA VIDA / BIOLOGÍA EVOLUTIVA.
La evolución no es un camino exclusivo de ida y en una única dirección hacia organismos superiores: algunas plantas pueden evolucionar en sentido contrario.
Helecho de Navidad (Polystichum acrostichoides): las plantas también pueden “evolucionar hacia atrás”. / Créditos: Derek Ramsey (Ram-Man)/CC BY-SA 2.5/Wikimedia Commons.
Los helechos confirman que la evolución no siempre es lineal o progresiva, desafiando una noción establecida en torno a que todos los organismos evolucionan únicamente hacia adelante en el tiempo. Los científicos comprobaron que en muchos tipos de helechos, uno de los grupos de plantas más antiguos de la Tierra, la evolución de estrategias reproductivas ha sido una calle de doble sentido, con las plantas a veces evolucionando "hacia atrás" a formas menos especializadas.
Un estudio publicado en la revista Evolution por dos científicos de la Universidad de Tennessee y la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, indica que algunas variedades de helechos no evolucionan en un camino unidireccional, como se supone que lo hacen todos los seres vivos, sino que también pueden hacerlo regresando hacia atrás en el tiempo, adoptando formas más simples como estrategia evolutiva.
¿Un camino con una única dirección?
Según explica el científico Jacob Suissa, uno de los responsables de la nueva investigación, en un artículo de su autoría publicado en The Conversation, desde las primeras teorías paleontológicas sobre la vida antigua se apoyó la idea de la ortogénesis o “evolución progresiva”, que sugiere que cada generación de un linaje de organismos avanzaba siempre hacia formas más sofisticadas u optimizadas, de una manera lineal y en único sentido hacia adelante en el tiempo.
Esta noción se centró en el Homo sapiens: los humanos evolucionaron supuestamente de manera gradual, desde antepasados simios hasta el humano moderno, en un esquema que desde algunos sectores se fijó como una verdad irrefutable para todas las especies. A pesar de esto, el nuevo estudio ha demostrado que los helechos, una de las variedades más antiguas en el mundo vegetal, son capaces de evolucionar en diversos sentidos.
Evolución hacia atrás.
Los helechos tienen múltiples estrategias reproductivas: gran parte de las especies combinan el desarrollo de esporas y la fotosíntesis en un solo tipo de hoja, en una estrategia denominada monomorfismo. Sin embargo, otras variedades separan estas funciones para tener un tipo de hoja para la fotosíntesis y otro para la reproducción, desarrollando una estrategia llamada dimorfismo.
Si los patrones de especialización y evolución en sentido lineal vistos ampliamente en otras plantas y animales fueran universales, cabría esperar que una vez que un linaje de helechos logra evolucionar al dimorfismo, no podría cambiar de rumbo y volver al monomorfismo. Sin embargo, empleando colecciones de historia natural y algoritmos para estimar la evolución en helechos, Suissa y su colega hallaron excepciones a este patrón.
Por ejemplo, dentro de una familia conocida como helechos de cadena (Blechnaceae) descubrieron múltiples casos en los que las plantas habían desarrollado un dimorfismo altamente especializado, pero luego volvieron a la forma más general de monomorfismo para adaptarse a nuevas realidades y necesidades. Tanto este comportamiento como otros hallados en distintas variedades de helechos indican que la evolución también puede darse hacia atrás en el tiempo, volviendo hacia formas más simples en vez de continuar avanzando inexorablemente hacia formas cada vez más complejas.
Más flexibilidad.
Esta capacidad observada en los helechos puede ser una ventaja: los organismos que han evolucionado por “caminos de una única vía” pueden carecer de la flexibilidad para responder a las nuevas presiones de selección en formas particulares. En linajes como los helechos, las especies pueden conservar su capacidad de “evolucionar hacia atrás” incluso después de la especialización.
En última instancia, el estudio subraya que no existe una dirección “correcta” en la evolución, no se trata de seguir un camino directo hacia un objetivo final. Las vías evolutivas son más como redes intrincadas, con algunas ramas divergentes, otras convergentes y algunas incluso girando sobre sí mismas.
Por: Redacción T21.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21