Las mayores fosas abisales del mundo

OCEANOGRAFÍA.-

El océano es un vasto e inexplorado mundo que cubre más del 70% de la superficie terrestre. Sin embargo, a pesar de su inmensidad, la humanidad ha explorado apenas un pequeño porcentaje de sus profundidades.

Dentro de este reino acuático, las fosas abisales se destacan como algunos de los lugares más enigmáticos y extremos del planeta. Estos gigantescos abismos, situados en lo más profundo de los océanos, son el hogar de criaturas desconocidas y presentan retos científicos inmensos. Pero ¿qué son exactamente estas fosas abisales y cuáles son las más profundas del mundo?.

Foto: Wikimedia Commons.

¿Qué es una fosa abisal?

Una fosa abisal es una depresión en el lecho marino, usualmente en los márgenes de las placas tectónicas, donde una placa oceánica se subduce bajo otra. Esta interacción tectónica provoca la formación de profundos valles bajo el agua. Estos abismos son zonas geológicamente activas, con actividad volcánica, terremotos y, en algunos casos, fuentes hidrotermales. Además, son entornos de una presión colosal, temperaturas extremadamente frías y una completa ausencia de luz solar.

A pesar de estas condiciones tan hostiles, las fosas abisales albergan ecosistemas únicos y especies que han desarrollado adaptaciones sorprendentes para sobrevivir en uno de los entornos más inhóspitos de la Tierra.

Las fosas abisales más profundas del mundo.

1. Fosa de las Marianas. (Profundidad: 11.034 metros)

Ubicada en el océano Pacífico occidental, la Fosa de las Marianas es la más profunda del mundo, con su punto más bajo conocido como el "Abismo Challenger". Esta fosa se encuentra a una asombrosa profundidad de 11.034 metros bajo el nivel del mar. Para poner esto en perspectiva, si el Monte Everest se sumergiera en la Fosa de las Marianas, su cima aún estaría a más de 2.000 metros bajo el agua.

La presión en el fondo de esta fosa es más de mil veces superior a la presión atmosférica a nivel del mar, lo que hace casi inimaginable la existencia de vida allí. Sin embargo, exploraciones han revelado la presencia de organismos extremófilos, que no solo sobreviven sino que prosperan en estas condiciones, incluyendo peces, medusas y microbios que obtienen energía de fuentes químicas en lugar de la luz solar.

2. Fosa de Tonga. (Profundidad: 10.882 metros)

Cercana a Nueva Zelanda, en el océano Pacífico sur, la Fosa de Tonga es la segunda más profunda del planeta, alcanzando los 10.882 metros. A diferencia de otras fosas, la de Tonga es también conocida por su alta actividad sísmica y volcánica, lo que la convierte en una región de gran interés científico.

Los estudios en esta fosa han revelado la presencia de criaturas que dependen de compuestos químicos liberados por fuentes hidrotermales para sobrevivir. Esto sugiere que la vida en la Tierra podría haber comenzado en ambientes extremos similares, lejos de la superficie iluminada por el sol.

3. Fosa de Filipinas. (Profundidad: 10.540 metros)

Otra de las grandes fosas del Pacífico occidental, la Fosa de Filipinas alcanza una profundidad de 10.540 metros. Aunque menos estudiada que las fosas de las Marianas y Tonga, su localización la convierte en una importante área de interés para la investigación tectónica y biológica. Este abismo también es hogar de especies únicas que han adaptado sus cuerpos y metabolismos a las condiciones extremas de la profundidad.

4. Fosa de Kermadec. (Profundidad: 10.047 metros)

La Fosa de Kermadec, situada cerca de la Fosa de Tonga, se extiende hasta los 10.047 metros. Aunque esta fosa es menos conocida que las de mayor profundidad, comparte características similares en cuanto a actividad tectónica y vida marina extrema. Los científicos consideran esta región una clave para comprender mejor cómo las placas tectónicas moldean el fondo oceánico y los efectos que tienen en la vida submarina.

5. Fosa de Puerto Rico. (Profundidad: 8.376 metros)

La Fosa de Puerto Rico, ubicada en el Atlántico norte, es la más profunda de este océano, con una profundidad de 8.376 metros. Aunque no es tan profunda como las fosas del Pacífico, sigue siendo un área de gran interés debido a su actividad sísmica. De hecho, esta fosa es el sitio de terremotos significativos, y los científicos la monitorean de cerca para estudiar las dinámicas entre las placas tectónicas del Caribe y América del Norte.

Importancia científica de las fosas abisales.

Las fosas abisales representan una frontera casi inexplorada para la ciencia. A medida que la tecnología de exploración submarina avanza, los científicos han comenzado a descubrir más sobre estas regiones extremas. El estudio de estas fosas no solo nos ayuda a comprender mejor la geología de la Tierra, sino también la biología de organismos que han evolucionado para sobrevivir en condiciones que antes se consideraban imposibles.

Además, la investigación en estos entornos puede ofrecer pistas sobre cómo podría desarrollarse la vida en otros planetas o lunas con océanos subterráneos, como Europa (una de las lunas de Júpiter) o Encélado (una luna de Saturno).

El futuro de la exploración de las fosas abisales.

A pesar de los avances en tecnología de submarinos y robots autónomos, gran parte de los fondos abisales sigue sin ser explorada. En las próximas décadas, se espera que misiones científicas internacionales continúen investigando estos misteriosos abismos, revelando no solo nuevas especies y ecosistemas, sino también respuestas a preguntas fundamentales sobre la formación de la Tierra y la vida misma.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings