En el arte no hay progreso: Jorge Martínez Contreras

- El arte pintado en las cavernas maravilla tanto como el arte pintado en el siglo XVII-
- Las pinturas rupestres realizadas hace más de 40 mil años, nada tienen que envidiarle a la Capilla Sixtina.

No puede hablarse de progreso en el arte de la misma manera como se puede hacer con respecto a la tecnología o la democracia, entre otros campos, afirmó el doctor Jorge Martínez Contreras, Profesor Distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

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En la conferencia magistral ¿Se puede hablar de progreso en el arte? El caso de la gruta Chauvet en el auditorio Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez de la Rectoría General de la UAM, el investigador señaló que pintores famosos del siglo XX vieron en el arte rupestre realizado hace más de 40,000 años en las cuevas de Lascaux o Chauvet, obras que nada tenían que envidiarle a la Capilla Sixtina, lo que indica la contemporaneidad de este arte.

Durante más de un siglo, desde 1868, se han descubierto tres “maravillosas cuevas estéticamente hablando”, de las cuales se ha dicho que albergan obras demasiado buenas para ser tan antiguas”, apuntó el académico del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa.

Altamira, Lascaux y Chauvet, en ese orden, son las grutas más conocidas del mundo, y las tres ya tienen sus réplicas, éstas cada vez mejores, pues en las técnicas sí hay progreso.

De las tres hay copias visitables bastante fieles y la de Chauvet –descubierta apenas en 1994 en Francia y cuya réplica se encuentra encima de la original– se hizo mediante técnicas pictóricas copiadas de los originales (por ejemplo carbón del mismo tipo de árbol usado en la mayoría de los dibujos) y los que inmediatamente reconocen su valía artística son precisamente los pintores, como Miró, Picasso y muchos otros: era “La Capilla Sixtina de la Antigüedad”, dijeron.

Chauvet tiene mil grabados de los cuales la mitad son animales y, a diferencia de otras cuevas, las pinturas representan en mayor proporción a animales no comestibles, peligrosos y no cazados: rinocerontes, felinos, úrsidos, entre otros.

En esta gruta son también extraordinarios los murales “y quiero llamarlos murales por lo que esta tradición significa en México”, en los que se trata de proponer verdaderas escenas, en especial de la vida animal en el medio natural, en la tundra de entonces, bosque templado hoy, expuso el investigador.

Luego de analizar en detalle la cacería de leones y los caballos, el mural de las palmas de las manos, entre otras pinturas, el doctor en Filosofía por la Sorbona de París aseveró que “nada en Chauvet parece improvisado”.

El arte parece ser una de las características de la “exaptación” que éste produjo en la mente del Homo Sapiens y “exaptación quiere decir que si hay un proceso regular de evolución donde hay saltos, estos saltos hacen que de repente surja una cosa nueva y ésta empieza a reproducirse porque la selección natural lo favorece”.

El Profesor Distinguido de la UAM concluye que en términos psicológicos “pensamos que una vez separada la barrera del lenguaje, pudiéramos hablar con quienes hicieron estas pinturas como si fueran nuestros contemporáneos en temas relacionados con la creación de lo que los humanos consideramos bello, algo que algunos denominan la capacidad artificadora de nuestra especie”.

Puede decirse que este arte es contemporáneo, pero no que la tecnología auriñaciense, aquella con la que construyeron los objetos para realizar sus pinturas, sea contemporánea.

El doctor Jorge Martínez Contreras trabaja actualmente en el proyecto Hominización, Simbolismo y Arte Rupestre, que impulsan la UAM, el Centro Darwin de Pensamiento Evolucionista y el Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales Vicente Lombardo Toledano de la Secretaría de Educación Pública.

Sitio Fuente: UAM Número 470