Activismo 'online' y márketing de guerrilla para facilitar los abortos en Texas

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Después de que el estado aprobara una ley que lo criminaliza, multitud de grupos se han organizado para ayudar a las mujeres a someterse al proceso de forma segura y discreta. Una de las vías más populares consiste en recetar píldoras abortivas desde lugares donde sí son legales.

Wiktor Szumanowicz / Nurphoto vía AP.

A finales de agosto, KT Volkova se sometió a un aborto en Texas (EE. UU.), donde vive. Había entrado en la semana 6 de embarazo. La mujer recuerda: "El tiempo era esencial".

Solo unos días después, el 1 de septiembre, la norma Senate Bill 8 (S.B. 8) se convirtió en ley en Texas, prohibiendo el aborto en el estado y proclamando el procedimiento ilegal desde que se detecta un latido del corazón, algo que suele ocurrir a las seis semanas tras el último ciclo menstrual (los ciclos impredecibles significan que muchas mujeres no saben que están embarazadas en ese momento). La ley también establece una recompensa de con 10.000 dólares (8.540 euros) a quien denuncie a cualquiera que ayude a una mujer a abortar después de las seis semanas.

Volkova fue una de las afortunadas. Un número incalculable de mujeres embarazadas en Texas están bloqueadas, sin poder acceder a un aborto seguro dentro de las fronteras del estado. Pero los activistas han empezado a contraatacar. Se han iniciado dentro varios esfuerzos de recaudación de fondos para las personas que intentan financiar abortos fuera del estado. Los activistas están enviando spam a los sitios de denuncias con informes falsos.

Varias organizaciones sin ánimo de lucro ofrecen su apoyo a las embarazadas de Texas que necesitan un aborto. Aid Access, que ayuda a proporcionar acceso a las píldoras abortivas online, ha experimentado un aumento en las solicitudes desde que se aprobó la ley. Las pastillas son mifepristona, que bloquea la progesterona, la hormona necesaria para mantener el embarazo, y misoprostol, que induce un aborto espontáneo.

La matrona voluntaria en Aid Access Christie Pitney confirma: "Definitivamente hemos notado un aumento después del 1 de septiembre desde Texas". Algunas personas incluso almacenan las píldoras abortivas en Texas en caso de que las necesiten en el futuro. Pitney resalta que Aid Access está buscando a más voluntarios para atender todas las llamadas de ese estado.

El proceso solo requiere una conexión a internet: las personas se conectan y responden a algunas preguntas para comprobar si cumplen con la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros Médicos (HIPAA) sobre su embarazo, como cuándo fue el primer día de su último período. Si se trata de un caso sencillo, el médico lo aprueba (hay siete médicos estadounidenses para cubrir 15 estados) y el medicamento les llega en unos días. En los lugares como Texas, donde Aid Access carece médicos, la fundadora de Aid Access, Rebecca Gomperts, receta el medicamento desde Europa, donde tiene su sede. Ese envío puede tardar alrededor de tres semanas, según Pitney.

La posibilidad de abortar de forma segura y discreta en casa con una simple conexión a internet podría cambiar la vida de los texanos y de otras personas. "Realmente ha cambiado el acceso al aborto", señala la cofundadora del Plan C Elisa Wells, que ofrece información e indicaciones sobre cómo acceder a las píldoras.

En Texas, la necesidad es especialmente aguda porque el estigma cultural y su historial de leyes restrictivas significan que hay muy pocas clínicas disponibles para acudir en persona. Antes del reciente cambio de ley, las texanas tenían tres veces más probabilidades que la media nacional de usar las píldoras abortivas, porque las clínicas de aborto estaban muy lejos.

"En una situación como la de Texas, donde las principales vías de acceso se han cortado casi por completo, esta es una solución", opina Wells, quien describe una gran parte de Texas como un "desierto del aborto". Las personas negras e hispanas a menudo tienen menos acceso a la atención médica, por lo que la posibilidad de acceder a las píldoras abortivas online es vital para estas comunidades.

También son mucho más baratas que otras vías abortivas, ya que la mayoría de las píldoras cuestan entre 105 y 150 dólares (90 y 128 euros) más una consulta online requerida, en función del estado (Aid Access se hace cargo de una parte o de la totalidad del coste si es necesario).

Pero, aunque estas pastillas se recetan habitualmente en otros países (se usan en alrededor del 90 % de los abortos en Francia y Escocia, por ejemplo), solo el 40 % de los abortos estadounidenses se realizan píldoras. De hecho, usar estas pastillas en EE. UU. para "autogestionar el aborto" puede dar lugar a cargos en al menos 20 estados, incluido Texas, y ha sido la base para el arresto de 21 personas desde 2000. Tener a Gomperts de Aid Access para dar recetas como médico de fuera de EE. UU. ha sido objeto de una investigación federal por parte de la Agencia Estadounidense del Medicamento FDA, que su grupo impugnó. La situación sigue sin resolverse.

Llegar a las personas necesitadas es otro desafío, por lo que los activistas a menudo usan Instagram y TikTok para difundir la información sobre las píldoras. Utilizan diapositivas en Instagram para mostrar cómo funcionan y hashtags que facilitan la búsqueda de información.

Pero no todo el mundo está contento con el trabajo que hacen estos grupos de activistas. En las últimas semanas, según Wells, la página de Instagram de Plan C fue bloqueada varias veces después de que alguien la denunciara. La responsable cuenta: "Lo apelamos. La explicación era general, algo sobre la violación de los términos y condiciones. ¿Creen que vendemos medicamentos? Porque no lo hacemos. ¿Acaso estamos haciendo algo ilegal? Es libertad de expresión, así que no". El portavoz de Instagram confirmó que el Plan C se había bloqueado, pero que la página había sido "deshabilitada por error".

Otro problema en Instagram han sido los hashtags que no se pueden buscar, especialmente #mifepristone y #misoprostol. Instagram no ha querido responder oficialmente a las preguntas sobre este tema.

Los bloqueos de Instagram han llevado a las organizaciones de abortos a volver a las tácticas previas a la era de internet, que son más difíciles de censurar y mejores para llegar a quienes no tienen conexión. Estas incluyen el uso de una valla publicitaria gigante en un camión que va recorriendo las ciudades de Texas, líneas telefónicas directas las 24 horas, la distribución de adhesivos y folletos a lugareños para ponerlos en los espacios públicos y otras "técnicas de márketing de guerrilla".

Volkova, que había tenido otro aborto antes, ha dedicado su energía al activismo, trabajando con el grupo de base Buckle Bunnies, que recauda fondos para abortos en Texas. La mujer confiesa: "Durante mucho tiempo, sentí vergüenza de hablar sobre mi aborto. Pero me di cuenta de que hay mucho amor y apoyo en las organizaciones que hacen este trabajo, y este amor me ha empoderado para compartir mi historia y continuar trabajando para ampliar el acceso al aborto".

Por: Tanya Basu | traducido por Ana Milutinovic.

Sitio Fuente: Technology Review