Coronavirus. Enfermedades emergentes, amenaza latente
CIENCIAS DE LA SALUD / EPIDEMIOLOGÍA.
COVID-19 y otras pandemias son enfermedades emergentes.
Las enfermedades infecciosas emergentes causan brotes epidémicos de gran impacto en la salud pública, con consecuencias económicas y sociales. Hay múltiples ejemplos de éstas, la mayoría con capacidad pandémica: SARS, influenza H5N1, H1N1, H7N9, MERS-CoV y actualmente COVID-19.
Una enfermedad emergente es provocada por un agente infeccioso anteriormente desconocido, capaz de causar problemas de salud pública a nivel local, regional o mundial. Los avances tecnológicos han permitido identificar mejor este tipo de padecimientos.
Y es que no se trata sólo de la aparición de un nuevo germen o productor de la enfermedad, sino además, del desarrollo de modificaciones o mutaciones cuya agresividad hacia los organismos, puede observarse mediante estudios moleculares.
Unas cíclicas y otras constantes.
Las enfermedades emergentes, precisa César Rivera Benítez, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, se presentan de manera constante, pero cuando se trata de epidemias o pandemias, son cíclicas, pues se requieren algunas condiciones para que se manifiesten, como una adaptación y distribución generalizada, ya sea local o globalmente; condiciones ambientales y condiciones en el huésped.
El coronavirus que provocó la actual pandemia también es una enfermedad emergente. En enero del 2020 se logró identificar genómicamente a este nuevo virus (SARS-CoV-2), reconociéndose que se trata de un coronavirus asociado a los virus que ocasionaron el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en el 2002, y el Síndrome Respiratorio Agudo Severo de Oriente Medio en 2012 y 2013.
Se trata de una mutación muy precisa que lo hizo más virulento y con mayor capacidad de contagio entre los seres humanos. La OMS determinó que era una epidemia localizada en Wuhan de la provincia de Hubei en China; en poco tiempo se expandió por todo el mundo.
Un virus antiguo.
Este coronavirus, subraya el investigador, es el mismo que se conoce desde hace 70 años y que forma parte de los procesos infecciosos virales de vías respiratorias altas y bajas, pero por múltiples factores (ambientales, económicos, poblaciones, climáticos), han modificado su adaptación al medio ambiente a través de diferentes vectores mutando sus mecanismos de virulencia y patogenicidad, provocando la pandemia de COVID-19.
Actualmente se sabe que el reservorio principal es el murciélago, pero no se conoce el vector que lo trasmitió al humano. Hasta ahora médicos y científicos han identificado algunos factores de riesgo, vías de contagio, síntomas, órganos específicos de daño, letalidad, complicaciones de la enfermedad y secuelas. Asimismo continúan los estudios para mitigar, controlar y erradicar este agente que provocó la pandemia.
¿Qué expectativas se tienen con COVID-19? Evidentemente se espera el desarrollo y disponibilidad lo más pronto posible de una vacuna, por el momento la única solución es la prevención de contagios, establecer que haya mayor vigilancia epidemiológica y mejorar los sistemas de salud.
Cíclicas y de gran impacto.
COVID-19 es la primera pandemia del siglo XXI. En general, las pandemias con gran impacto mundial, aparecen dos o tres veces cada cien años.
De acuerdo con César Rivera, las enfermedades por virus como la influenza, que no eran tan severas o que afectaban a un grupo poblacional, se van modificando genéticamente haciéndose más agresivas.
Este tipo de enfermedades están apareciendo con mucha más frecuencia, ya que los mecanismos de agresión hacia sus hospederos se han ido modificando y fortaleciendo cada vez más; también se han conocido los nuevos reservorios que existen, indica el infectólogo.
“Debemos de tener presente que debido a la biodiversidad global que ha sido modificada por los humanos, la aparición de enfermedades infecciosas emergentes será con mayor frecuencia, de hecho, esperamos que los brotes epidémicos sucedan con mayor periodicidad”.
La Influenza.
De las enfermedades emergentes, el virus de la influenza, por ejemplo, afectaba únicamente a las aves hace más de 100 años, pero a partir de la Primera Guerra Mundial se presentó la primera mutación de este virus manifestándose en humanos con un alto nivel de contagio.
Posteriormente se supo que el origen de su mutación fue en Estados Unidos y llevada a Europa por soldados estadounidenses durante aquel acontecimiento bélico. En 1918, la llamada influenza española se convirtió en pandemia, ocasionando de 50 a 100 millones de muertes en el mundo.
Fueron esas modificaciones genéticas las que dieron origen a la influenza H1N1, permaneciendo por muchos años entre los humanos hasta que nuevamente, en 1957, registró un repunte importante.
Para 2009, dice el especialista, este mismo virus de la influenza volvió a mutar genéticamente; los primeros casos de esta pandemia sucedieron en California y después en México ocasionando una pandemia denominada influenza tipo A/H1N1 y que en la actualidad continúa siendo responsable, junto con el virus de la influenza tipo B, de las pandemias anuales que se reportan globalmente.
La repercusión en la letalidad mundial no fue mayor, ya que existía tratamiento específico con un fármaco antiviral sensible a este virus cuando se administraba al paciente tempranamente.
VIH/Sida y ébola.
El VIH/Sida, es otra enfermedad emergente que surgió en el siglo XX. Se trata de un virus que existía en África Subsahariana y que está asociado a un virus de simios; este tuvo una variación genética a finales de 1950 hasta que fue reconocido en 1981 como una epidemia que afectaba a los seres humanos por contagio de secreciones corporales.
El ébola es otra infección emergente que surgió en África central; se conoció en 1946. Igualmente, sus modificaciones genéticas terminaron por contagiar a una numerosa cantidad de personas. Lo anterior demuestra que no es extraño el brote de enfermedades emergentes.
Pero no sólo los virus preocupan. Otros macroorganismos que afectan al ser humano y que se presentan como enfermedades emergentes están representadas en bacterias que pueden ser multirresistentes a antimicrobianos.
Se sabe que por múltiples factores condicionados por el ser humano y la biodiversidad de los microorganismos, sufren mutaciones como la Pseudomonas aeruginosa causante de infecciones como la neumonía, y el Staphylococcus aureus que al ocasionar infecciones de la piel y de los tejidos blandos, se vuelven bacterias emergentes al hacerse resistentes a los antibióticos.
Padecimientos reemergentes.
Las enfermedades reemergentes, son aquellas que aparentemente habían sido controladas y que reaparecen debido, principalmente, a falta de vigilancia epidemiológica, transformaciones en los sistemas de salud y descuidos en la población. Estas situaciones son aprovechadas por las bacterias y virus patógenos para resurgir.
Padecimientos como la malaria, el dengue, el zika, el chikungunya, el sarampión y el paludismo, son algunos ejemplos de enfermedades reemergentes que se han vuelto a presentar repentinamente.
Existen además las llamadas enfermedades rezagadas, las cuales se conocían desde hace mucho tiempo y en las que los sistemas de salud del mundo no han puesto la debida atención. una de ellas es la enfermedad de Chagas.
César Rivera considera que cuando la epidemia por COVID-19 pase, será estrictamente necesario que todos los países implementen una mayor vigilancia epidemiológica, mejoramiento de los sistemas de salud, perfeccionamiento de la tecnología para la detección temprana de nuevos agentes patógenos, y sobre todo, que establezcan sistemas de prevención de enfermedades infecciosas graves.
Por Isabel Pérez.
Sitio Fuente: Ciencia UNAM