Olas de calor, cada vez más frecuentes en México
México. CIENCIAS DE LA ATMÓSFERA.
Las temperaturas altas durarán más días.
En México, las olas de calor se han vuelto más frecuentes. Este fenómeno puede estar influenciado porque las temperaturas medias están aumentando a nivel global; de hecho, las temperaturas registradas en 2019, fueron un poco más elevadas que las de 2018.
Una ola de calor es un fenómeno climático extremo; un episodio de temperaturas anormalmente altas que se mantienen durante varios días o incluso semanas, que afectan a una parte importante de una región o un país. Para que una ola de calor ocurra, la tropósfera (capa de la atmósfera terrestre que está en contacto con la superficie de la Tierra), debe registrar una alta presión.
Las olas de calor pueden intensificarse o durar más días por la interacción con la superficie de la atmósfera si existen sequías; también influyen algunos modos de variabilidad climática, esto es, fenómenos como El Niño o La Niña.
Cuando sucede una ola de calor, se supera un umbral durante varios cinco días o una semana, aproximadamente, dependiendo de la temperatura máxima de una región. Por ejemplo, en la ciudad de México, una ola de calor puede ser de 30 grados, en tanto que en Sonora podría ser de 50 grados.
Paulina Ordóñez, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, precisa que, de acuerdo con diversas investigaciones, en el hemisferio norte es en donde se presentan más olas de calor en las latitudes medias.
Fenómeno impredecible.
las olas de calor no pueden predecirse a largo plazo, precisa la especialista, pero lo que sí es posible vislumbrar son las oscilaciones climáticas y los modos de variabilidad climática que podrían propiciarlas. El fenómeno climático puede presentarse todos los años y en cualquier época, así como también es posible que pase mucho tiempo sin que suceda.
Es de resaltar que los patrones del clima están cambiando, no se sabe aún si esto se puede atribuir al cambio climático, pero en latitudes muy altas, casi polares de Europa, se han presentado olas de calor en los últimos veranos, lo que no era usual en esa región.
Paulina Ordoñez recomienda que, ante la presencia de una ola de calor, la población se exponga lo menos posible a los rayos de sol; que se hidrate, utilice bloqueadores solares, sombreros, y extreme precauciones para evitar golpes de calor.
“Las personas de la tercera edad y los niños, son el segmento de la población más vulnerable ante este fenómeno. Sus efectos negativos pueden derivar en deshidratación y problemas cardiovasculares, debido a los cambios bruscos de temperatura y las temperaturas extremas”.
Afectaciones a la salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la exposición a un calor excesivo tiene impactos fisiológicos de gran alcance en todos los seres humanos, y a menudo amplifica las enfermedades existentes y se traduce en muerte prematura y discapacidad.
Según el organismo, la exposición de la población al calor es cada vez mayor debido al cambio climático, y esta tendencia va a mantenerse. A escala mundial, se observa que los fenómenos de temperaturas extremas están aumentando en cuanto a su frecuencia, duración y magnitud.
Entre 2000 y 2016, el número de personas expuestas a olas de calor aumentó en aproximadamente 125 millones. Solo en 2015, 175 millones de personas más estuvieron expuestas a olas de calor en comparación con otros años promedio.
Así, las temperaturas mundiales y la frecuencia e intensidad de las olas de calor aumentarán en el siglo XXI como consecuencia del cambio climático.
Las olas de calor pueden tener un impacto intenso en grandes poblaciones durante breves períodos de tiempo, desencadenar emergencias de salud pública y dar lugar a un exceso de mortalidad, así como a múltiples impactos socioeconómicos, por ejemplo, la pérdida de capacidad de trabajo y de productividad laboral.
Por Isabel Pérez.
Sitio Fuente: Ciencia UNAM