Giulio Natta: el arquitecto molecular que transformó la industria del plástico

HISTORIA DE LA CIENCIA.-

Giulio Natta (1903–1979) fue un químico italiano cuyo trabajo cambió para siempre la manera en que vivimos, vestimos y construimos.

En una época en la que los materiales sintéticos apenas comenzaban a desarrollarse, Natta descubrió cómo controlar la estructura molecular de los polímeros, dando origen a uno de los materiales más versátiles y duraderos del siglo XX: el polipropileno isotáctico.

Foto: Wikimedia Commons

Gracias a este hallazgo, compartió el Premio Nobel de Química en 1963 con el químico alemán Karl Ziegler, por sus descubrimientos sobre los polímeros y los catalizadores que permitieron sintetizarlos de forma controlada.

De Imperia al Nobel: una carrera guiada por la curiosidad científica.

Nacido en Imperia, Italia, en 1903, Giulio Natta mostró desde joven un interés innato por la ciencia. Se graduó en Ingeniería Química en el Politécnico de Milán en 1924, donde más tarde llegaría a ser profesor y rector.

Durante sus primeros años como investigador, Natta trabajó en el campo de la cristalografía y la estructura molecular, una base que resultaría esencial para su trabajo posterior con los polímeros. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Natta comprendió que la disposición espacial de los átomos era tan importante como su composición química.

El descubrimiento del polipropileno isotáctico.

En la década de 1950, el mundo científico estaba fascinado por la posibilidad de crear plásticos más resistentes, ligeros y moldeables. En 1954, trabajando junto a su esposa Rosita Beati y su equipo en el Instituto de Tecnología de Milán, Natta utilizó los catalizadores Ziegler-Natta para polimerizar el propileno de manera ordenada, obteniendo una estructura regular —“isotáctica”— que confería al material propiedades excepcionales:

- Alta resistencia mecánica 
- Ligereza 
- Estabilidad térmica 
- Transparencia y brillo

Este nuevo material, el polipropileno isotáctico, se convirtió en un pilar de la industria moderna. Desde envases y textiles hasta autopartes y dispositivos médicos, el legado de Natta está presente en millones de objetos cotidianos.

Más allá de sus logros técnicos, Giulio Natta simboliza el poder de la investigación interdisciplinaria, combinando química, física y matemáticas para resolver problemas reales. Su enfoque meticuloso y su pasión por el detalle inspiraron generaciones de científicos e ingenieros.

Hoy, los catalizadores Ziegler-Natta siguen siendo esenciales en la producción industrial de polímeros, y su método de control estereoquímico es una piedra angular de la química moderna.

La huella de un pionero.

Natta continuó su labor científica incluso después de que su salud se deteriorara debido al mal de Parkinson, que lo acompañó durante sus últimos años. Falleció en 1979 en Bérgamo, dejando tras de sí no solo una revolución industrial, sino una nueva forma de entender la química macromolecular.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings