Murciélagos con la misma técnica de caza de los leones
CIENCIAS DE LA VIDA / ZOOLOGÍA / CONDUCTA ANIMAL.
Una investigación exhaustiva sobre murciélagos de la especie Trachops cirrhosus revela que estas pequeñas pero feroces bestezuelas cazan siguiendo tácticas típicas de los grandes felinos, algo sorprendente porque vulnera lo que parecía una ley inmutable dictada por el peso corporal y las reservas energéticas almacenables.
Además, proporcionalmente al pequeño peso de estos murciélagos, resulta que pueden llegar a cazar más que los mismísimos leones. Se trata de depredadores increíblemente eficientes. Parece que, por algún motivo, la evolución los ha perfeccionado hasta extremos asombrosos.
Murciélagos volando. Foto: U.S. Fish and Wildlife Service Headquarters / Ann Froschauer. CC BY 2.0
El estudio lo ha llevado a cabo un equipo internacional encabezado por Leonie Baier, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, y ahora en el Centro de Biodiversidad Naturalis de Leiden, Países Bajos.
Para descubrir cómo cazan en estado salvaje los murciélagos Trachops cirrhosus, típicos de los bosques de Panamá, el equipo de investigación equipó a 20 de ellos con mochilas miniaturizadas que registraban cada movimiento y sonido, incluyendo los del entorno.
Los datos revelaron algo sorprendente: estos murciélagos cazan presas grandes como ranas, aves y pequeños mamíferos, utilizando una estrategia de acecho combinada con un sentido del oído excepcionalmente sensible que les permite captar los sonidos que emiten sus presas. De esta manera, pueden localizar rápidamente a presas grandes y atacarlas con mínimo esfuerzo.
El estudio revela que estos murciélagos pueden consumir en una sola comida una cantidad de alimento que pesa casi lo mismo que su propio cuerpo (30 gramos). Esto los convierte en uno de los depredadores energéticamente más eficientes del planeta.
En el reino animal, el tamaño suele determinar la estrategia de caza. Los grandes depredadores como los leones y los osos polares pueden permitirse perseguir presas grandes y ricas en energía porque sus grandes reservas energéticas y su bajo ritmo metabólico les permiten sobrevivir a repetidos intentos fallidos de caza. Los pequeños depredadores, como los roedores y la mayoría de los murciélagos, se enfrentan al desafío opuesto. Con escasas reservas de energía y un metabolismo acelerado, necesitan comer casi constantemente y, por consiguiente, para sobrevivir buscan presas abundantes y fáciles de atrapar.
Sin embargo, algunos murciélagos rompen las reglas. Nueve especies conocidas son carnívoras verdaderas, ya que satisfacen más de la mitad de sus necesidades energéticas alimentándose de vertebrados como ranas, aves e incluso pequeños mamíferos. Esto plantea una pregunta intrigante: ¿cómo pueden estos pequeños depredadores, con reservas de energía limitadas y altas demandas diarias, sobrevivir cazando presas grandes y escasas, una estrategia que suele requerir un esfuerzo enorme y conlleva frecuentes fracasos?
La respuesta es que lo consiguen gracias a ser cazadores tan hábiles como los grandes felinos o más. En vez de pasar toda la noche volando para cazar una tras otra a muchas presas diminutas, se agazapan (o más bien se cuelgan) en espera de ocasiones en las que puedan emboscar a presas de gran tamaño corporal, las atacan con precisión letal y descansan gran parte de la noche entre cacerías, al igual que los leones y los leopardos.
Los datos de movimiento y sonido captados por las mochilas electrónicas mostraron que los murciélagos combinan su estrategia de acecho con el oído, la vista y la ecolocalización. Su capacidad auditiva abarca también frecuencias bajas y ya se sabe que escuchan los cantos de apareamiento de las ranas. Al combinar todas estas habilidades, pueden detectar y matar presas grandes con una eficiencia notable.
“Fue increíble descubrir que estos murciélagos cazan como grandes depredadores atrapados en cuerpos diminutos”, confiesa Baier. “El descubrimiento de que un animal tan pequeño pueda hacer esto desbarató por completo nuestras suposiciones”.
Las grabaciones revelaron que, durante el período de estudio, los murciélagos pasaron el 89% de su tiempo inmóviles, conservando energía. Cuando atacaban, lo hacían rápidamente: la mayoría de los vuelos duraban menos de tres minutos, y el vuelo de caza promedio, solo ocho segundos.
Los murciélagos tuvieron éxito en aproximadamente el 50 por ciento de sus cacerías, mucho más que los grandes mamíferos, entre los cuales los leones, por ejemplo, solo tienen éxito en el 14 por ciento de los casos.
En el estudio, también se descubrió que los murciélagos más viejos podían cazar presas de mayor tamaño, lo que sugiere que su habilidad para cazar mejora con la experiencia.
Esta especie ya es conocida por recordar cantos específicos de ranas durante años y por aprender nuevas técnicas de caza observando a otros murciélagos.
El estudio se titula “Extreme hunting efficiency in a carnivorous bat”. Y se ha publicado en la revista académica Current Biology.
Por: Redacción.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings