Ilya Prigogine: Revolucionando la Segunda Ley de la Termodinámica
HISTORIA DE LA CIENCIA.
Ilya Prigogine (1917–2003) fue un físico y químico belga de origen ruso, reconocido mundialmente por sus contribuciones revolucionarias en el campo de la termodinámica de procesos irreversibles.
Galardonado con el Premio Nobel de Química en 1977, Prigogine introdujo el concepto de estructuras disipativas, desafiando la visión clásica del universo como un sistema que inevitablemente tiende al desorden.
Foto: Wikimedia Commons.
Infancia y formación: De Moscú a Bruselas.
Nacido en Moscú en 1917, Prigogine emigró con su familia a Bélgica tras la Revolución Rusa. Estudió química en la Universidad Libre de Bruselas, donde más tarde se doctoró y desarrolló gran parte de su carrera académica. Su formación fue profundamente interdisciplinaria, combinando química, física, filosofía e incluso música, lo que marcó su enfoque singular hacia la ciencia.
Termodinámica clásica vs. procesos irreversibles.
Tradicionalmente, la segunda ley de la termodinámica se interpretaba como una sentencia de entropía creciente: todo sistema cerrado tiende al desorden. Sin embargo, Prigogine propuso una visión más rica y dinámica. Estudió sistemas alejados del equilibrio, como los que encontramos en organismos vivos o en la atmósfera terrestre, y demostró que el desorden puede generar orden bajo ciertas condiciones.
Este hallazgo llevó al desarrollo del concepto de estructuras disipativas: sistemas abiertos que, al intercambiar energía con su entorno, pueden autoorganizarse y evolucionar hacia formas más complejas. Este fue un cambio de paradigma que conectó la física con la biología, la química y la teoría del caos.
El Premio Nobel de Química de 1977.
En 1977, Prigogine recibió el Premio Nobel de Química "por sus contribuciones a la termodinámica de procesos irreversibles, especialmente las estructuras disipativas". Este reconocimiento marcó un antes y un después en la forma en que los científicos entendían la evolución de sistemas complejos.
Gracias a su trabajo, la ciencia pudo explicar cómo pueden surgir patrones organizados a partir del caos, como los remolinos en un fluido, las células vivas o incluso el pensamiento humano.
Aportaciones filosóficas: del determinismo al devenir.
Más allá de la física, Prigogine fue un pensador profundamente filosófico. En obras como El fin de las certezas o La nueva alianza, argumentó contra la visión determinista del universo heredada de Newton y Laplace. Para él, el tiempo no era una ilusión ni un mero parámetro: era el núcleo mismo de la realidad.
Prigogine defendía una ciencia del devenir, donde la irreversibilidad temporal no es un defecto, sino una característica fundamental del mundo. Su pensamiento influyó tanto en físicos como en filósofos, marcando un puente entre ciencia y humanidades.
Influencia en la ciencia moderna.
El legado de Ilya Prigogine se extiende a múltiples disciplinas: desde la biología de sistemas hasta la ecología, pasando por la teoría del caos, la cibernética y los estudios sobre sistemas complejos. Su trabajo sentó las bases para entender cómo sistemas vivos pueden mantenerse y evolucionar lejos del equilibrio termodinámico.
Hoy, sus ideas son fundamentales en investigaciones sobre el origen de la vida, el comportamiento colectivo, la inteligencia artificial y la sostenibilidad.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings