Los tribunales no reconocen derechos de autor a la Inteligencia Artificial
TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD.
La protección legal de una obra requiere la participación humana en obras artísticas, literarias y creativas.
La obra "Reciente entrada al paraíso" realizada integramente por una IA que no tiene reconocidos derechos de autor. / DABUS/Stephen Thaler
Un tribunal de apelaciones en Estados Unidos ha puesto límites a la creatividad de las máquinas: las obras generadas exclusivamente por inteligencia artificial no pueden ser protegidas por derechos de autor. El fallo reafirma que la ley actual requiere la participación humana para garantizar la protección legal de una obra.
Un tribunal de apelaciones en Washington D.C. reafirmó esta semana que las obras generadas exclusivamente por una IA no pueden ser protegidas por derechos de autor en Estados Unidos. Esta decisión surge en medio de un auge en el uso de tecnologías de inteligencia artificial para producir obras artísticas, literarias y creativas, y plantea interrogantes sobre cómo la ley debe responder a estos avances.
La disputa legal se origina en la obra titulada A Recent Entrance to Paradise, creada por DABUS (Device for the Autonomous Bootstrapping of Unified Sentience), un sistema de inteligencia artificial desarrollado por el científico Stephen Thaler. Según Thaler, esta obra fue completamente generada de manera autónoma por su sistema de IA, sin intervención humana directa.
Demanda fallida.
En 2022, Thaler presentó una solicitud ante la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos para registrar la obra a nombre de DABUS, argumentando que, si una máquina es capaz de crear algo original, también debería poder ser elegible para la protección de derechos de autor.
Sin embargo, la Oficina de Derechos de Autor rechazó la solicitud, argumentando que los principios legales vigentes requieren que el autor sea un ser humano. De acuerdo con la ley de derechos de autor en Estados Unidos —así como en muchas otras jurisdicciones alrededor del mundo—, el concepto de "autoría" tradicionalmente implica la existencia de una mente humana detrás de la creación. Thaler llevó el caso a los tribunales, pero tanto un juez federal en 2023 como ahora la Corte de Apelaciones para el Distrito de Columbia han fallado en contra de su argumento.
La jueza Patricia Millett, quien redactó la opinión del tribunal, expresó de manera contundente que la legislación actual sobre derechos de autor "no se puede interpretar razonablemente como extendiéndose a obras generadas de manera independiente por máquinas". Según Millett, la Ley de Derechos de Autor de 1976 está estructurada bajo el entendimiento de que el autor es un humano y que la protección se basa en la creatividad y originalidad humana.
El papel de la IA en la creatividad y los derechos de autor.
La decisión dejó en claro un punto central: aunque las herramientas de inteligencia artificial pueden ser potentes asistentes creativos, no son, por sí mismas, autores legales. Esto afecta directamente al creciente panorama de aplicaciones de la IA generativa, como herramientas de creación de imágenes (por ejemplo, MidJourney o Stable Diffusion) o programas diseñados para redactar textos, componer música y producir otras formas de arte.
La Oficina de Derechos de Autor ya ha establecido que las obras creadas con la ayuda de IA pueden ser registradas, pero sólo si se demuestra una contribución significativa de un humano. Según las directrices actuales, "la mera entrada de un 'prompt' (una instrucción textual) en un sistema de IA y la aceptación del resultado no cumplen con el estándar de creatividad original".
Esto significa que, por ahora, el futuro del arte generado por IA parece estar ligado a la colaboración entre humanos y máquinas, donde el valor creativo sigue residiendo en el aporte del usuario humano. La decisión también recalca la importancia de la revisión constante de la legislación para mantenerse al día con las innovaciones tecnológicas.
Un debate abierto para el Futuro.
El caso de Stephen Thaler y DABUS es sólo un ejemplo de cómo la irrupción de la inteligencia artificial está desafiando paradigmas legales preexistentes. Si bien algunos expertos señalan que la decisión de la corte es coherente con el marco jurídico actual, otros argumentan que el avance de la IA podría requerir una actualización de las leyes de propiedad intelectual en los próximos años.
Por ahora, la postura oficial es clara: la creatividad humana sigue siendo fundamental para que una obra sea protegida por derechos de autor. Sin embargo, el debate está lejos de cerrarse. A medida que las herramientas de IA se vuelven más sofisticadas y autónomas, será inevitable que las leyes existentes enfrenten nuevas presiones para adaptarse. ¿Podrá un día la máquina ser reconocida como autora? La respuesta, por ahora, sigue siendo un enigma, pero los tribunales y legisladores tendrán que seguir reflexionando sobre este tema en los años venideros.
Por: Redacción T21.
Sitio Fuente: Levante / Tendencias21