Atienden acervo de la Biblioteca Conventual del Museo Regional de Querétaro
MUSEOS.
- La colección suma 13 mil 886 volúmenes, entre obras corales, misales, tratados de hagiografía, teología y mística, editados entre los siglos XVI al XIX
- Se han hecho trabajos de limpieza y se han elaborado guardas de primer nivel para proteger algunos ejemplares.
Especialistas del INAH trabajan en la estabilización y limpieza del acervo. Foto CNCPC-INAH.
La Biblioteca Conventual del Museo Regional de Querétaro alberga 13 mil 886 volúmenes editados entre los siglos XVI al XIX, muchos de ellos sirvieron para el estudio y la preparación de los seminaristas, así como para los ejercicios espirituales de los frailes franciscanos, agustinos, dominicos y jesuitas que se asentaron en la región. Actualmente un equipo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) trabaja en la estabilización y limpieza de este acervo.
La labor forma parte del Programa Nacional de Conservación del Patrimonio Documental, que dirige Teresita Bernarda Díaz Villanueva, de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC). Fue creado en 2015 y ofrece asesorías, cursos de capacitación y realiza diagnósticos de fondos conventuales.
El acervo de la Biblioteca Conventual reúne misales, biblias, atlas, tratados de hagiografía, filosofía y mística, biología, literatura, música, entre muchos más, en formatos que van de los seis a los 45 centímetros de largo. El 90% de los textos están escritos en latín y el resto en español, francés, italiano y árabe.
Destacan 15 libros corales del siglo XVIII escritos a mano por el franciscano Pedro Fon; el Fondo de Teología con cerca de tres mil bibliografías de los siglos XVI al XIX de diferentes autores, entre ellos el jesuita Vicente Houdry; la Ópera Magna de San Agustín de Hipona, editada en 1540, y un manual bilingüe en tarasco y español para administrar los santos sacramentos a los españoles y naturales de la Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán, del fraile Ángel Serra, publicado en 1731.
David Saavedra, responsable de la biblioteca, refirió que otra obra singular es el libro decimonónico que contiene la oración Magnificat dedicada a la Virgen María, escrita en 150 lenguas, entre ellas náhuatl y maya. “Cada hoja está en un idioma diferente y se ilustra con algo característico de lugar, por ejemplo el copto (idioma egipcio antiguo) está representado con las pirámides, y el maya tiene la imagen de un plantío de plátanos”.
Algunos de los ejemplares fueron manufacturados en papel de trapo, con carteras de pergamino flojo, semiflojo y encartonado, así como encuadernaciones elaboradas con tapas de madera o cartón y recubrimientos de piel decorados con doraturas y herrajes. En su interior se han encontrado anotaciones con tintas ferrogálicas y testigos de papel.
Jeniffer Ponce Fernández, coordinadora in situ del proyecto, informó que al realizar el diagnóstico del acervo conventual, se determinó que se encontraba organizado y en condiciones ambientales estables, aunque con problemas de suciedad, polvo y, en algunos casos, afectaciones por microorganismos.
Durante la primera temporada de trabajo, que se realiza actualmente y concluirá en octubre próximo, se estabilizarán alrededor de tres mil ejemplares de la Sala 4. En los dos primeros meses se han atendido mil 511 volúmenes, se realizaron 37 guardas de primer nivel y se intervinieron nueve libros con daños por microorganismos.
La especialista explicó que se realiza el registro detallado de cada uno de los volúmenes, limpieza, retiro de polvo con brochas en seco, tanto de la parte externa de cada libro, como de las primeras y últimas cinco hojas que es donde se acumula más la suciedad.
También se elaboran guardas de primer nivel para aquellas obras que por su fragilidad o desprendimiento de elementos lo ameriten. Los contenedores de papel libre de ácido también se utilizan para aislar a los ejemplares con presencia de microorganismos generados por humedad.
Las expertas INAH coincidieron que es vital la preservación de este patrimonio cultural porque los libros antiguos representan “un referente de las técnicas de manufactura características de una época, lo que los convierte en objetos únicos”.
La Biblioteca Conventual del Museo Regional de Querétaro se conformó con volúmenes de los fondos de los claustros y colegios de esa entidad, que tras la promulgación de las Leyes de Reforma, pasaron al Ex Convento de San Francisco, sede del recinto museístico donde hoy se alberga esta colección, una de las más grandes del país, afirmó Teresita Díaz.
En la primera temporada de trabajo también participan Roberto Pliego Martínez, restaurador residente en Querétaro y los estudiantes de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), Ignacio del Real Pozo y Marlene López Torres.
Sitio Fuente: INAH