Alimentarnos con dudas disfrazadas de ciencia: Nutriendo conflictos de interés en México
Libro: CIENCIAS DE LA SALUD / NUTRICIÓN.
Presentamos el libro Alimentarnos con dudas…, una indagación sobre la captura corporativa de la ciencia y la política que nos llevó a las epidemias de obesidad y diabetes.
Presentación del libro Alimentarnos con dudas disfrazadas de ciencia: Nutriendo conflictos de interés en México.
- El libro muestra una investigación sobre el comportamiento de las corporaciones de ultraprocesados, comestibles y bebidas, documentando sus estrategias para seducir, engañar, confundir, desorientar e, incluso, comprar a académicos, funcionarios e instituciones.
El libro Alimentarnos con dudas disfrazadas de ciencia: Nutriendo conflictos de interés en México, es el primer libro de su tipo en México y nos muestra un recuento de una serie de hechos que describen la estrategia seguida por las grandes corporaciones de ultraprocesados, comestibles y bebidas, para bloquear, desviar y retrasar las políticas públicas dirigidas a reducir el consumo de sus productos que nos han llevado a la epidemia de obesidad y diabetes que vivimos.
Los periodistas Martha Elena García y Guillermo Bermúdez, divulgadores de ciencia y autores de diversos trabajos que abordan aspectos claves de la alimentación en nuestro país, realizaron una investigación sobre el comportamiento de estas corporaciones documentando sus estrategias para seducir, engañar, confundir, desorientar e, incluso, comprar a académicos, funcionarios e instituciones.
Martha Elena García comentó: “Una de las acciones menos estudiadas para lograr dichos fines es la producción premeditada de dudas, la cual se conecta con uno de los asuntos medulares en este libro: la fabricación de la ignorancia”.
Esta industria se las ha ingeniado para crear ignorancia a través de supuestas “evidencias científicas”, financiando investigaciones y actividades académicas que buscan sembrar dudas sobre los daños de sus productos y destacar sus supuestos beneficios.
Por su parte, Guillermo Bermudez señaló: “Así es como estas corporaciones han logrado tejer lazos económicos con universidades, centros de investigación y sociedades profesionales de la salud, la nutrición y otras. El fin es crear un ambiente favorable y fabricar versiones ‘científicas’ que se presentan como verdaderas, pero que con demasiada frecuencia cumplen objetivos mercadotécnicos”.
En su oportunidad, Fernanda Hopenhaym, directora de PODER, organización dedicada a la vigilancia de las prácticas corporativas, destacó cómo el fenómeno tan escurridizo del conflicto de interés, no sólo está presente en nuestro país sino también a nivel mundial: “Este fenómeno radica en la captura corporativa que afecta todos los ámbitos de la vida y los espacios públicos para favorecer a los intereses privados que generalmente vienen desde las élites económicas”.
Y señaló: “Una de las estrategias de estas corporaciones es la captura de la ciencia a través de la creación de narrativas que desvían la atención de la responsabilidad que tienen, en este caso, la industria de productos ultraprocesados y bebidas. Esto lo logran a través de dar financiamientos en los espacios académicos para crear una pseudociencia que no permita conocer ¿cuáles son los problemas de raíz y las causas en este caso de la obesidad?. Crean una narrativa que trata de minimizar la responsabilidad de sus empresas ante esta situación”.
Por otro lado, Víctor Manuel Toledo, reconocido académico internacionalmente por su trabajo en el área de la ecología política y con comunidades campesinas e indígenas, y ex secretario de Medio Ambiente, declaró: “Este libro llega en uno de los momentos más importantes que estamos viviendo como sociedad, la defensa por la vida. Nos estamos enfrentando a la era del capital corporativo, en la que ha habido una mercantilización totalitaria de la vida social, del medio ambiente y la biodiversidad. Es este sector corporativo que está concentrando los máximos niveles de riqueza generando un monopolio en todas los sectores. En consecuencia estamos viviendo dos grandes impactos: la enorme inequidad social y la más grande crisis ecológica”.
Y agregó: “Una de las tantas estrategias de las corporaciones es crear el desprestigio de los investigadores que trabajan sin conflicto de interés y confrontan a los grandes intereses corporativos, el trabajo ‘sucio’ de estas empresas ha llegado hasta el punto de realizar un espionaje a quienes van en contra del capital corporativo. Por ello, el papel de los investigadores y funcionarios con conciencia es fundamental para desenmascarar el actuar de las corporaciones quienes inducen a la corrupción de la ciencia”.
El libro publicado por El Poder del Consumidor da respuestas a las siguientes preguntas:
- ¿La ciencia impulsada en México en las últimas décadas ha buscado resolver los grandes problemas de salud y alimentación?
- Ante la pauperización del trabajo científico y académico ¿cuáles son los riesgos para las universidades y los centros de investigación de aceptar el financiamiento de la industria de alimentos y bebidas?
- ¿Son confiables las investigaciones financiadas por la industria que ofrecen explicaciones alternas de la obesidad y de enfermedades como la diabetes?
- ¿Y qué decir de los apoyos a las asociaciones profesionales de la salud para la celebración de congresos y la educación continua a organizaciones que dicen ser sociales, pero que responden a intereses empresariales?
- ¿Es posible prevenir y evitar los conflictos de interés derivados de las relaciones entre quienes deben velar por nuestra salud y las compañías que producen bebidas o comestibles asociados con enfermedades crónicas?
El libro presenta historias sobre conflictos de interés que han ocurrido en México y quiénes han sido algunos de sus protagonistas, siendo un primer acercamiento periodístico que intenta dar respuesta a tales interrogantes, porque es necesario y oportuno debatir públicamente el conflicto de interés en nuestro país en este ámbito.
Poner el tema en la agenda ciudadana, apuntan sus autores, permitirá que ya no sólo los funcionarios públicos, sino la sociedad en su conjunto ―y con ella los investigadores, académicos, profesionales de la salud, sus organizaciones y todos aquellos científicos que se acerquen desde sus disciplinas a la problemática de la alimentación― dejen de ver los conflictos de interés reales o potenciales como normales, inevitables, irrelevantes o justificables, e impulsen su regulación.
Sitio Fuente: El Poder del Consumidor