Muestran obras inspiradas en la tragedia de Fukushima en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo
- La exposición Grabados de Fukushima, de la artista japonesa Toby Kobayashi, se inauguró en el recinto del INAH ubicado en el Centro Histórico de la CDMX
- La muestra consta de cinco núcleos compuestos por más de 200 grabados.
Muestran obras inspiradas en la tragedia de Fukushima en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo. Foto: Melitón Tapia, INAH
La exposición Toby Kobayashi: grabados de Fukushima, que parte de la conjunción entre arte contemporáneo y tradición, como medios para retratar algunas de las consecuencias humanas y ecológicas del desastre nuclear de Fukushima Dai-ichi, ocurrido en 2011, abrió al público en el Museo Nacional de las Culturas el Mundo (MNCM).
Kobayashi es una joven artista japonesa-americana, originaria de la provincia de Fukui, Japón. Localidad que 20 años atrás aún era agrícola y que al igual que Fukushima, se convirtió en una importante zona productora de energía nuclear. Por esa razón, en el contexto del accidente de Fukushima, la artista dibujó la planta nuclear como amenaza y posible escenario para su localidad de origen.
Dahil Melgar, investigadora del MNCM y curadora de la exhibición, abundó que la propuesta no sólo pone en diálogo las implicaciones que un mal manejo de energía nuclear tiene para Japón —entendiendo al país como el conjunto de población, entorno territorial y marino—, sino también para su sostenibilidad alimentaria, su cultura y entorno ecológico.
Melgar señaló que en esta exposición la artista “emplea la técnica del grabado tradicional hecho a partir de bloques de madera, así como del uso de papel echizen, un papel artesanal japonés cuya técnica de manufactura data de más mil 300 años”.
De esta forma, agregó, Kobayashi utiliza elementos del arte japonés como el grabado, pero incorporando lenguaje contemporáneo. Si bien el grabado tradicional japonés ha sido un medio para retratar paisajes, costumbres y mujeres, también ha sido utilizado para el registro histórico con una fuerte carga cuestionadora.
Dahil destacó que la muestra consta de cinco núcleos compuestos por más de 200 grabados, la mayoría de los cuales integra una instalación que cierra el recorrido.
La primera serie integra piezas que muestran el área de evacuación donde fueron movilizadas 150 mil personas, además de la agonía del ganado que fue abandonado a su suerte, por medio del retrato de un enfurecido Daiitoku Myo-ō, uno de los cinco dioses budistas de la sabiduría y que suele representarse montando un buey.
La curadora destacó que el segundo núcleo retrata los sembradíos del sr. Tarukawa, un agricultor de coles de Fukushima, que fue desplazado de su tierra natal a consecuencia de la contaminación. Tras la evacuación, Tarukawa se suicidó y su caso fue retomado como catalizador por el movimiento antinuclear en Japón.
En la tercera serie, Kobayashi se inspiró en los encuentros de luchadores de sumo para representar “la danza/lucha de la energía nuclear”. Los contrincantes tienen inscrito en su keshyo mawashi (mandil usado como taparrabo) el símbolo de energía nuclear. Detrás de los contendientes se ve a los patrocinadores, cuyos “estandartes nombran a las plantas nucleares y proyectos experimentales sujetos a controversia en Japón”.
Melgar señaló que el cuarto módulo aborda algunas de las técnicas y procesos de trabajo, principalmente del uso del papel y de la tinta. En la sección final de la exposición, la artista representó un horizonte inabarcable de bolsas para recoger los desechos, con la intención de hablar del tratamiento descuidado de residuos que en la vida real dibujan un paisaje distinto en Fukushima.
Dahil Melgar concluyó que la muestra busca establecer un dialogo entre elementos de la tradición japonesa y el mundo contemporáneo; el juego simbólico entre una técnica tradicional y una fuerza “moderna”, como es la radiación nuclear. Por último, un vínculo entre memoria e identidad, así como la relación entre identidad, imagen y territorio.
La exposición temporal Toby Kobayashi: grabados de Fukushima permanecerá hasta finales de abril próximo en el Museo Nacional de las Culturas el Mundo, ubicado en la calle Moneda N° 13, Centro Histórico de la Ciudad de México, a una cuadra del Metro Zócalo.
Sitio Fuente: INAH