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Por qué muchos animales de las profundidades marinas son rojos

OCEANOGRAFÍA / BIOLOGÍA MARINA.-

No es coincidencia: los animales de las profundidades marinas son rojos, o negros, porque así alcanzan un propósito ligado a su supervivencia.

Humberto Ramirez/Getty Images.

Hay una buena razón para que muchos animales de las profundidades marinas sean rojos. Pero, antes de ir a lo biológico, es necesario hacer una parada en asuntos de la física.

Debemos tener presente que la luz solar posee todos los colores del espectro visible, los cuales, en conjunto, dan una apariencia de blanco. De entre ellos, el rojo tiene la mayor longitud de onda y, en consecuencia, la menor cantidad de energía.

De acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), a medida que la longitud de onda de la luz disminuye del rojo al azul, también lo hace la capacidad de la luz para penetrar en el agua. Esto nos dice, además de otras cosas, que la luz roja logra filtrarse del agua conforme aumenta la profundidad. De esta forma, dicha energía nunca alcanza las profundidades oceánicas.

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“El color se debe a la reflexión de diferentes longitudes de onda de la luz visible. Cuando la luz blanca (que contiene todos los colores del espectro) incide sobre un objeto, algunas longitudes de onda son absorbidas; las longitudes de onda que no son absorbidas se reflejan en nuestros ojos. Eso es lo que percibimos como el color de ese objeto y tiene un impacto en los patrones de coloración de los animales en el océano”, explica la agencia científica estadounidense.

Cuestión de supervivencia.

Esto, más allá de ser incidental u obra del azar, persigue una razón ligada a la supervivencia. Resulta que el rojo y el negro son los predominantes en las zonas crepusculares de los océanos. Es así porque las criaturas de las profundidades, al no haber luz roja que reflejar, y poder absorber todas las longitudes de onda, consiguen esta apariencia que les permite pasar desapercibidos para los depredadores.

Por: Alberto Milo.

Sitio Fuente: National Geographic en Español