¿Cómo detectar si tu mascota tiene problemas emocionales?

MASCOTAS

Son los mejores y más leales amigos de muchas personas, pero a veces parecen tristes o fuera de control. Expertos aseguran que como nosotros, sufren de trastornos emocionales que deben ser tratados.

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"Cada vez que vamos a salir, Fred grita como si lo estuvieran matando; ladra histéricamente cuando ve una moto, bicicleta u otro perro; tira desesperadamente de la correa, tanto que me ha lanzado varias veces al suelo. Es simplemente imposible salir con él".

María José adoptó a Fred en noviembre de 2013, pero fue en enero de este año que empezó a preocuparse por su salud mental. "Nunca antes se me había pasado por la cabeza que un perro pudiera tener problemas de estrés o que traumas de su pasado pudieran aflorar años después", relata.

"La primera vez que Fred pisó una clínica veterinaria el veredicto fue claro: su estado físico era tan nefasto que lo mejor era sacrificarlo". Pero María José se opuso. Ella veía en él un perro rebosante de energía, siempre dispuesto a jugar y con un apetito insaciable.

Una de sus patas traseras estaba destrozada, por lo que debieron introducirle un clavo intraóseo. Además, había dado positivo en la prueba de leishmania. Durante los meses que duró su recuperación, Fred permaneció en casa, aislado de las calles en las que había vivido hasta que María José lo acogió.

Señales para estar alerta.

De acuerdo con el biólogo conductual y psicólogo animal Dennis Turner, director del Instituto de Etología aplicada y Psicología animal de Suiza, no se debe ignorar cualquier cambio significativo en el comportamiento de la mascota como:

-Pérdida de apetito por largos periodos de tiempo.

-Inactividad inusual.

-Comportamientos destructivos cuando son dejados solos en casa.

-Intentos de escaparse o esconderse.

Para Turid Rugaas, entrenadora noruega de perros, considerada una gurú en el área, un perro puede estar crónicamente estresado si:

-Se le ve nervioso, deprimido o temeroso.

-Se molesta o se siente amenazado con mucha facilidad.

-Presenta un comportamiento histérico.

-No manifiesta curiosidad.

-Reacciona con exageración al tacto o a los ruidos.

-No puede hacerle frente a los problemas diarios más comunes.

¿Qué deben hacer los dueños?

Turner recomienda observar a la mascota con cuidado y objetividad, así como poner especial atención a cambios a largo plazo y tomar nota de ellos. "Una vez confirmes que el problema es real y no sólo un capricho en el estado de ánimo de tu mascota, consulta un veterinario conductista o un psicólogo animal entrenado con un diplomado otorgado por una sociedad profesional".

Rugaas considera que es fundamental que los dueños conozcan lo que un perro necesita para vivir mentalmente saludable. Recomienda que:

-No lo castigues.

-No te muestres molesto o amenazante.

-No lo tengas en una jaula ni le pongas collares de ningún tipo.

-No le lances palos ni pelotas.

-No lo uses para ganar premios.

-Déjalo ser curioso y permítele explorar el mundo a través de sus sentidos.

-Permítele que construya su autoconfianza para que se enfrente a todo.

-Aliméntalo bien y déjalo que duerma lo suficiente.

-Bríndale compañía, limita las restricciones físicas y estimúlalo mentalmente.

El ambiente.

Para Rugaas, cuando se habla de la salud mental de los perros, se habla de las emociones que resultan de la forma en que han sido tratados y de las condiciones en que han vivido.

"La salud mental de los perros no tiene nada que ver con enfermedades mentales. Nunca he visto a un perro con una", aclara. "Nuestros perros mascotas podrían sufrir de problemas mentales, pero solo porque el ambiente en el que viven los hacen sentir muy mal. No es porque tengan una enfermedad (...) Problemas físicos en el cerebro son muy raros", indica.

Problemas como la hiperactividad y la agresividad generalmente tienen como trasfondo el miedo. Sin embargo, no existe un patrón para detectar trastornos emocionales en los perros, no sólo porque cada animal es único sino porque cada dueño es único también. Por eso es clave, entrevistarlos con detenimiento y obtener respuestas honestas.

Lo que es claro es que casi 99 por ciento de los desórdenes emocionales de los perros se deben a fallas de las personas que han formado parte de su socialización (los primeros cuatro meses de vida son determinantes) y del ambiente en el que se desenvuelven".

De acuerdo con Turner, nuestros perros y gatos pueden sufrir de fobias y otros desórdenes de ansiedad, como la que provoca la separación, y se pueden manifestar con síntomas muy similares a los que experimentan las personas cuando están deprimidas. También pueden desarrollar desordenes compulsivos y neurosis.

Apoyo y paciencia.

Aunque Rugaas habla de problemas emocionales y no de enfermedades mentales en perros, en Estados Unidos la historiadora científica Laurel Braitman se dedicó a investigar ese aspecto de la vida animal a partir de una experiencia personal.

La autora de "Animal Madness" ("Locura animal") habló en una charla TedTalk, titulada: "Depressed dogs, cats with OCD: What animal madness means for us humans" ("Perros deprimidos, gatos con Desorden Obsesivo Compulsivo: Lo que la locura animal significa para nosotros, los humanos") sobre su mascota a la que asegura le entregó su corazón "por completo".

"Era un perro de montaña Bernés. Mi exesposo y yo lo adoptamos y a los seis meses descubrimos que era un desastre. Sufría de una angustia de separación tal que no podíamos dejarlo solo. En una oportunidad saltó del tercer piso de nuestro apartamento. Comía tela, cosas reciclables. Cazaba moscas que no existían. Tenía alucinaciones. Fue diagnosticado con desorden canino compulsivo y eso era solo la punta del iceberg".

Braitman señaló que en el proceso de intentar ayudar a su perro superar sus ataques de pánico y su ansiedad, su vida también cambió. "Al tratar de ayudar a mi propio perro a superar su pánico y angustia, mi vida cambió, mi mundo se resquebrajó por completo. De hecho pasé los últimos siete años investigando enfermedades mentales en otros animales. ¿Pueden ellos estar mentalmente enfermos como las personas? ¿Y de ser así, qué dice de nosotros?", pregunta.

"Y descubrí que, efectivamente creo que pueden sufrir de enfermedades mentales, y que estudiar y tratar de identificar enfermedades mentales en ellos a menudo nos ayuda a ser sus mejores amigos y también puede ayudarnos a entendernos mejor a nosotros mismos".

Para Braitman, el apoyo, el cariño, la paciencia y el tiempo que las familias les brinden a las mascotas con desordenes emocionales puede convertir cualquier trauma pasado en una experiencia positiva. "Tratándose de tu perro o de tu gato (…), si crees que están traumatizados o deprimidos, probablemente tengas razón", indicó la experta.

Sitio Fuente: ID