La importancia de los cuidadores de mayores a domicilio: más allá de la tecnología
CIENCIAS DE LA SALUD / GERIATRÍA.
Es cierto que con la proliferación de la tecnología y sus avances imparables, el mundo ha ganado en efectividad aunque, a menudo, se ha retrocedido en afectividad y calor humano.
Precisamente por paliar esta carencia, el cuidado de mayores a domicilio se ha convertido en una de las soluciones más demandadas de los últimos tiempos. A pesar de esos avances tecnológicos, la atención personal y humana sigue siendo insustituible cuando se trata de procurar el bienestar de las personas que han cumplido una cierta edad.
Los cuidadores a domicilio aportan un buen número de ventajas que van mucho más allá de los simples servicios básicos y que ninguna máquina puede sustituir. Desde el cuidado físico hasta el emocional, estos profesionales se preocupan por crear el confort y bienestar que necesitan las personas mayores sin tener que renunciar a su propio hogar.
Beneficios del cuidado profesional de mayores a domicilio.
Contratar los servicios de un cuidador profesional para que cuide de nuestros mayores en su propio domicilio lleva acarreados un gran número de beneficios. Por destacar algunos:
Atención personalizada.
Desde sus necesidades más básicas hasta sus pequeños caprichos, cada persona es un universo único e irrepetible. Ya sea en términos de salud, movilidad o actividades cotidianas, los cuidadores profesionales van a adaptarse a las características personales de cada uno de ellos. De esta forma diseñan un plan personificado en el control de la medicación, la alimentación o la higiene personal.
Comodidad en el hogar.
Mantener a las personas mayores en su entorno, en la atmósfera vital que la ha rodeado durante años, es una forma de seguir mostrándoles respeto y arraigo por su existencia. El entorno familiar contribuye a su estabilidad emocional y psicológica. Al mismo tiempo que continuar con su rutina, ayuda a reducir el estrés y la confusión, especialmente en casos de enfermedades como el Alzheimer.
Vigilancia constante.
Los cuidadores profesionales ofrecen una supervisión continua que garantiza la seguridad de las personas en todo momento. Es así como se previenen caídas o pequeños accidentes. Además, están preparados para actuar de emergencia ante cualquier eventualidad.
Apoyo emocional y compañía.
Una de las grandes lacras de la sociedad actual es la de la soledad que sufren las personas mayores. Además de ocuparse de tareas físicas o las necesidades fundamentales, los cuidadores también proporcionan compañía, escuchan y comparten momentos cotidianos, lo que contribuye a una mayor tranquilidad mental y emocional.
Flexibilidad horaria.
A diferencia de los centros de día u otras instituciones, los cuidadores a domicilio se adaptan a las necesidades horarias de las familias y del propio anciano. Esto facilita la conciliación familiar y laboral.
Alivio para los familiares.
Para los familiares que asumen la responsabilidad de tener que cuidar a un mayor, supone un gran respiro poder contar con la ayuda y servicios de un cuidador profesional. Esta tarea, que aunque se realiza con mucho amor, también lleva acarreado un importante agotamiento, tanto físico como emocional.
Buscar la estabilidad y el bienestar para nuestros mayores es uno de los compromisos que todo ser humano debe asumir llegado un determinado momento de la vida. Elegir el modo en el que se deben realizar estos cuidados es crucial. Lo más inteligente es optar por empresas que se dediquen a estas tareas, garantizándonos la seguridad y calidad que nuestros mayores se merecen. Porque, como ya hemos visto, más allá de la tecnología, el calor humano es indispensable para garantizar una vejez digna y de calidad.
Sitio Fuente: NCYT de Amazings