Navega por el mar Egeo y revive aventuras históricas de la Antigua Grecia

TURISMO Y GASTRONOMÍA.-

Además de ser hermoso, el Mar Egeo en el mediterráneo griego está lleno de historias imperdibles. Maite Basaguren nos da un paseo por su pasado.

Foto: Patricio de la Parra Kuri.

Teseo era el futuro rey de Atenas, el siguiente en línea después de su padre, el rey Egeo. Sin embargo, los tiempos de Egeo no eran fáciles; Atenas tenía una terrible y sangrienta deuda con Creta: cada año la ciudad debía enviar a la isla de Creta siete doncellas vírgenes y siete jóvenes atenienses para ser devorados por el terrible Minotauro, una criatura monstruosa que vivía en el laberinto del palacio de Knossos. Esta es la historia del Mar Egeo

La historia de un príncipe y un rey.

En el tercer año de tan ignominioso envío, el joven y magnífico príncipe y héroe, Teseo, apuesto como el sol, se presentó como voluntario ante su padre, el rey, para que le permitiera ser parte de la ofrenda de jóvenes, acompañando a las víctimas y así poder enfrentar él mismo a la temible bestia.-

Foto: Patricio de la Parra Kuri.

Con todo el pesar de su corazón, el rey Egeo dejó partir a su joven y amado hijo, pero no sin antes asegurarle a Teseo que no pasaría un solo día sin que esperara verlo regresar y que cada mañana, desde tierra, atisbaría la mar anchurosa para vislumbrar a lo lejos los barcos que lo traerían triunfante de regreso a Atenas.

Antes de partir, Egeo hizo prometer a su hijo que no alargaría su tormento de padre; y así ambos, padre e hijo, acordaron un sistema de señales con las velas del barco: si Teseo regresaba vivo y con éxito, debía izar velas blancas en señal de triunfo; pero si fracasaba y moría, el barco llevaría velas negras.

Teseo logró vencer al monstruoso Minotauro con la ayuda de la bella Ariadna, la hija del rey Minos de Creta, y comenzó su viaje de regreso a Atenas. Sin embargo, en su emoción y descuido, el joven príncipe olvidó cambiar las velas negras por las blancas.-

El final de una era.

Foto: Patricio de la Parra Kuri.

El afligido Egeo, esperando ansiosamente en el cabo Sunión, vio en lontananza las velas negras aproximándose y, creyendo que su hijo había muerto, loco de dolor, se arrojó al mar en desesperación, quitándose la vida. Desde entonces, a esta mar que aún besa las costas de Atenas, donde el desconsolado Egeo pereció, se le conoce hasta el día de hoy como el Mar Egeo.

Ciertamente, fue trágico y dramático el final del rey Egeo; sin embargo, también es verdad que el rey eligió para su última morada un hermoso mar azul de tonos profundos, luminosos y radiantes.

Todos los veranos, cientos de viajeros escuchan el llamado de Egeo para adentrarse a su espléndido mar. Desde la marina de Alimos en Atenas, decenas de barcos salen cada día a navegar por el mar Egeo de aguas azules y cristalinas, tan impregnado de sal como de historia.-

Grecia después de Egeo.

Foto: Patricio de la Parra Kuri.

Y es que para realmente apreciar Grecia, tanto en la antigüedad como ahora, es indispensable incluir en la ecuación el precioso mar que la adorna y la baña.

Con este propósito, cientos de embarcaciones de todo tipo -yates, catamaranes, ferries, cruceros- se hacen a la mar para disfrutar de unos días de sol, arena y aguas cristalinas. Sin embargo, hay que decirlo, ninguno de estos navíos tiene más encanto y más magia que un velero.

Decenas de veleros salpican y decoran las aguas del Egeo con sus magníficas velas blancas o de colores que, henchidas por el viento, mueven estos barcos con gracia y elegancia; y que recuerdan, a aquellos que se saben la historia, las funestas velas negras que llevaron al rey a su muerte. Y es que lo cierto es que difícilmente se puede sentir mejor la sensación de libertad y aventura que cuando estás a bordo de un velero.

Afortunadamente, para disfrutar de esta experiencia no es necesario ser un acaudalado propietario de tu propia nave: Atenas cuenta con decenas de compañías que te facilitan la tarea.

Es tan fácil y conveniente, que cada verano yo misma me tomo unos días para disfrutar de esta experiencia náutica. Y es que la marina de Atenas goza con una gran variedad de opciones que buscan acomodarse a tus necesidades.

Es importante que cuando te embarcas, literalmente, en una experiencia nueva como estas, la empresa que escojas sea confiable y experimentada, y que te sientas cómodo y seguro.-

Viaje en el tiempo.

Foto: Patricio de la Parra Kuri.

Quien escribe recurre a compañías con años de experiencia, como SailGreece, que funciona desde 1985, y que se ajusta a mis necesidades.

La compañía que elijas debe saber ofrecerte un velero que se adapte a lo que quieres hacer y a tu presupuesto. Por supuesto, no es necesario ser un navegante experimentado, ya que la empresa te proporciona no solo el barco, sino también un diestro, hábil y conocedor skipper que te llevará navegando en tu travesía por las islas del Mar Egeo.

Grecia cuenta con más de mil 400 islas, que van desde islotes aislados hasta algunas de las islas más famosas del mundo (Santorini o Mykonos, ¿te suenan?). No importa cuáles sean tus gustos: playas apartadas, vida nocturna, cultura y sitios arqueológicos e históricos… o una combinación de todo, en Grecia encontrarás una isla para ti.

Cada verano agradezco a Anna, propietaria de la empresa, que me sugiera nuevas rutas con islas y lugares maravillosos por descubrir en Grecia.

Además de las turísticas islas de Santorini y Mykonos, ¿qué más puedes visitar en tu travesía en velero?

Este verano Anna me recomendó visitar la isla de Egina, cerca de Atenas con su fabuloso templo a la diosa Afaia, el cual, según me explicó, forma parte del triángulo sagrado del Partenón, Sunión y Afaya, y cuyas magníficas esculturas originales del tímpano se encuentran ahora en la Gliptoteca de Múnich.

Tu velero embarcará en la marina de la isla, con terrazas, restaurantes y tiendas donde puedes comprar sus famosos pistaches; también puedes visitar su bonito e interesante museo o, si te sientes intrépido, subir al pico Oros y maravillarte con la vista desde arriba.

No puedes perderte Hydra. Visitar Hydra en velero es absolutamente mágico, una combinación perfecta de belleza natural de mar, sol y tierra, con historia y cultura griega. Una isla sin automóviles ni motocicletas, en Hydra debes transportarte en burritos o a caballo. La isla ofrece un ambiente auténtico para explorar su puerto pintoresco, rodeado de casas de piedra y calles adoquinadas.

Navegar alrededor de Hydra te permite descubrir calas escondidas y playas de aguas cristalinas, accesibles solo por mar. Además, su puerto, lleno de vida y color, es el lugar perfecto para anclar y disfrutar de una cena en una de sus tabernas tradicionales mientras se contempla la puesta de sol sobre el mar Egeo.

Los imperdibles.

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Epidauro debe estar dentro de tu ruta, esta es una ciudad que te permite descubrir la Grecia clásica. Al llegar a su puerto, te encontrarás a poca distancia del famoso Teatro de Epidauro, uno de los mejor conservados de la antigüedad, conocido por su acústica perfecta.

Además, el área circundante ofrece la oportunidad de explorar la naturaleza y las antiguas ruinas del santuario de Asclepio, el dios de la medicina. Anclar en Epidauro no solo brinda acceso a estas maravillas históricas, sino también la posibilidad de disfrutar de sus tranquilas playas y aguas azules, haciendo de este destino una parada imperdible en cualquier aventura en velero por el Golfo Sarónico.

Prueba a cambiar el ritmo de tus vacaciones para mecerte al son de las olas, deja que los servicios de charters con tripulación se encarguen de todo; si lo deseas, tu barco puede venir con un equipo que navegue y una azafata para preparar tus comidas a bordo.

La seguridad y gestión del barco es responsabilidad de tu capitán, mientras que las compras diarias y la preparación de las comidas son tarea de tu azafata. ¡Simplemente relájate y disfruta de tus vacaciones de navegación sin estrés en Grecia! Si te gusta navegar, ¡te encantará navegar en Grecia!

Este texto fue escrito por Maite Basaguren, arqueóloga e historiadora del arte por la universidad de Columbia en Nueva York.

Por: National Geographic.

Sitio Fuente: National Geographic en Español