El ejercito israelí no respetó la protección especial de los hospitales al bombardear Gaza
DERECHOS HUMANOS / SALUD PÚBLICA.
Investigadores de la Universidad de Harvard han publicado un estudio que combina datos geoespaciales con imágenes por satélite para identificar la cantidad de bombas lanzadas cerca de infraestructuras hospitalarias de la Franja de Gaza. El pasado 7 de octubre se cumplió un año del inicio del conflicto.
Funeral de palestinos muertos por un ataque israelí en el centro de Gaza el 6 de octubre de 2024. / EFE/EPA/MOHAMMED SABER
La guerra de Gaza es un conflicto armado en curso que comenzó el 7 de octubre de 2023 como respuesta a un ataque de Hamás dentro de Israel. El Gobierno de ultraconservador Benjamín Netanyahu respondió con una campaña militar aérea, marítima y terrestre que ha matado a más de 42 000 palestinos en la Franja de Gaza. Aproximadamente dos tercios de los muertos han sido mujeres y niños.
Un estudio publicado en PLOS Global Public Health revela que, en las seis primeras semanas de guerra, el ejército israelí lanzó desde el aire casi 600 bombas Mark 84 (M-84) de 2000 libras (907 kg), altamente destructivas, con capacidad para dañar infraestructuras y matar o causar heridas graves a cientos de metros de distancia.
Nueve hospitales se encontraban a menos de 360 m de un cráter de bomba, lo que se considera una distancia letal. Además, otros 30 se encontraban a menos de 800 metros.
Los investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU) utilizaron datos geoespaciales de dominio público para identificar hospitales de la Franja de Gaza y los combinaron con imágenes por satélite de la CNN y el New York Times sobre el número y la proximidad de cráteres de bombas M-84 entre el 7 de octubre y el 17 de noviembre de 2023.
Distancia letal.
Los datos, que incluían 36 hospitales y 592 cráteres de bombas, muestran que nueve hospitales se encontraban a menos de 360 m de uno de estos cráteres, lo que se considera una distancia letal. Además, otros 30 se encontraban a menos de 800 m, la separación que suele provocar heridos y daños en las infraestructuras.
Así, dos hospitales tenían hasta 21 y 23 cráteres de bomba a menos de 800 m de sus instalaciones y uno tenía 7 cráteres de bomba a menos de 360 m. Y se descubrió que 38 bombas M-84 habían detonado a menos de 800 m de centros situados en la zona de evacuación designada por Israel.
Ubicación de los hospitales y número de cráteres de bombas a 800 m y 360 m de los hospitales. / Kunichoff et al., 2024, PLOS Global Public Health, CC-BY 4.0.
Caso omiso del derecho humanitario.
La investigación revela la preocupación por los bombardeos indiscriminados producidos cerca de infraestructuras hospitalarias, que gozan de protección especial en virtud del derecho internacional humanitario.
"Ya existen muchas protecciones sólidas para los hospitales y el personal médico en el derecho internacional humanitario. Sin embargo, durante más de un año hemos visto cómo estas medidas se incumplían por completo. Yara Asi (Univ. Harvard)".
“Este estudio corrobora las pruebas cada vez más evidentes de que el ejército israelí ha hecho caso omiso de la protección de los hospitales mediante el lanzamiento sistemático de enormes bombas M-84 lo suficientemente cerca de los hospitales como para causar a sabiendas importantes daños, lesiones y muertes”, explica a SINC Yara Asi, autora principal que trabaja en Harvard.
“Ya existen muchas protecciones sólidas para los hospitales y el personal médico en el derecho internacional humanitario. Sin embargo, durante más de un año [y de hecho en todas las guerras anteriores contra Gaza] hemos visto cómo estas medidas se incumplían por completo debido a acusaciones israelíes de actividad terrorista que, en casi todos los casos, no estaban confirmadas por ninguna prueba”, añade.
Daños con efectos inmediatos.
Los daños causados a los hospitales por estas y otras municiones tendrán efectos inmediatos y a largo plazo en la salud de los palestinos de la Franja de Gaza. “Estos ataques han hecho que muchos hospitales de Gaza no funcionen, lo que reduce considerablemente el acceso de los pacientes a la atención sanitaria”, afirma Asi.
"Estos ataques han hecho que muchos hospitales de Gaza no funcionen, lo que reduce considerablemente el acceso de los pacientes a la atención sanitaria. Yara Asi (Univ. Harvard)".
“Y no solo para las necesidades relacionadas con los traumatismos, sino para cualquier necesidad sanitaria: infecciones, enfermedades crónicas, embarazo y parto, etc.”, continúa. “Para muchos de estos pacientes, simplemente no hay servicios disponibles en instalaciones a las que puedan acceder”.
“Esta destrucción también ha supuesto una inmensa presión para las instalaciones que siguen funcionando, porque quedan muy pocas (especialmente en el norte, donde estaban la mayoría de los hospitales especializados, así como Al Shifa, el mayor hospital de Gaza)”, puntualiza Asi.
Fotografía de archivo de una bandera palestina que ondea rodeada de escombros de edificios destruidos tras una operación militar israelí en Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza, el 6 de marzo de 2024. / EFE/EPA/Mohammed Sable
La situación actual es mucho peor.
Los autores afirman que el estudio estuvo limitado por su dependencia de la información obtenida por satélite, por lo que no puede utilizarse para deducir los daños reales en el funcionamiento de los hospitales o las víctimas.
El estudio estuvo limitado por su dependencia de la información obtenida por satélite, por lo que no puede utilizarse para deducir los daños reales
Además, los datos se limitaron al periodo de seis semanas de finales de 2023 para el que se disponía de imágenes por satélite y no reflejan la situación actual sobre el terreno.
“Debido a los datos disponibles y a problemas con las imágenes por satélite, este artículo utiliza un recuento insuficiente de todos los cráteres de bombas en Gaza durante el periodo estudiado. Además, solo usa datos de un periodo específico y temprano de la guerra, por lo que muchas localizaciones de cráteres de bombas posteriores no están representadas en el estudio”, concluye Asi.
Por: Verónica Fuentes.
Sitio Fuente: SINC