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¿Qué es un nevus en la piel?

CUIDADO DE LA SALUD.-

Los nevus o lunares que se tienen en la piel son pequeñas lesiones pigmentadas que suelen aparecer durante la infancia y la adolescencia. Aunque no es frecuente que generen complicaciones, tal y como señalan desde la Clínica estética La Palmera, necesitan vigilancia por si se observan cambios bruscos en su morfología, tamaño, color…, ya que el riesgo asociado que presentan es el melanoma o cáncer de piel.

Entre los tipos de lunares más frecuentes se encuentran el nevus melanocitico, que es el lunar común, el nevus congénito, nombre con el que se denomina a los lunares o marcas de nacimiento, el nevus displásico, que define a aquellos lunares de gran tamaño que tienen una forma irregular y presentan más de un color, el nevus azul, que como su propio nombre indica es de color azul oscuro y ligeramente elevado, y el nevus spitz, que hace referencia a aquellos lunares que parecen protuberancias, normalmente de color rosa.

Factores de riesgo de melanoma.

Aunque la aparición de lunares es algo normal y en líneas generales no entraña peligro, desde la Clínica estética La Palmera, líder en tratamientos de medicina estética faciales y otras afecciones de la piel en Sevilla, recomiendan prestarles atención por el riego que entrañan de volverse malignos. La autoexploración, en este sentido, ha demostrado ser la forma más eficaz de detectar los melanomas.

Para hacer un buen seguimiento y control en casa, hay que saber que, debido a la exposición solar, durante la pubertad y el embarazo, los lunares pueden aumentar de tamaño, en número y cambiar su pigmentación. Aunque se trata de un fenómeno bastante normal, si se observan cambios bruscos o los nevus llaman la atención por alguna característica atípica en su aspecto, será necesario acudir a un dermatólogo para que lo revise.

Como medidas preventivas para evitar el cáncer de piel, los expertos de esta clínica de medicina estética en Sevilla recomiendan evitar la exposición solar excesiva, especialmente en la franja horaria que va desde las 11.00 a las 16.00 en los meses estivales, y usar siempre crema fotoprotectora con factor de protección solar superior a 15.

Asimismo, aquellos lunares que están presentes desde el nacimiento, con un tamaño que supera los 10 cm, y los nevus clínicamente atípicos deben de ser revisados por un dermatólogo periódicamente, al menos una vez al año, o cuando manifiesten algún cambio significativo.

Diagnóstico de nevus malignos.

En la mayoría de los casos, para reconocer si un lunar es benigno o maligno bastará con llevar a cabo un examen clínico por un dermatólogo. En casos dudosos, se utiliza la dermatoscopia, una técnica que emplea un aparato de aumento óptico con el que examinar los nevus con mayor precisión. Para un diagnóstico definitivo, en caso de que el lunar se considere de riesgo, se realizará la extirpación o biopsia del mismo y un estudio al microscopio.

En la mayoría de los casos, si los lunares son benignos, no precisan ningún tratamiento, tan solo es necesario, como medida preventiva, utilizar protección solar y vigilarlos por su sufren cambios. Un lunar será extirpado en caso de que el paciente lo solicite, por causarle molestias por roces o resultar antiestético, o si existe sospecha de que se haya transformado en un melanoma.

Sitio Fuente: NCYT de Amazings