Recomiendan no saturar a niños con cursos de verano

- Prácticas recreativas-educacionales no deben usarse al estilo de una guardería
- Niños deben tener por lo menos un par de semanas libres del verano para usar su tiempo libre como ellos deseen.

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Cursos de verano no deben usarse como guardería.

Aunque los niños que toman cursos de verano y sus familias se benefician de que estos ofrecen actividades que no se encuentran en el plan de estudios tradicional de la Secretaría de Educación Pública, este tipo de prácticas recreativas-educacionales no deben usarse al estilo de una guardería.

Así lo señaló la doctora Cristina Curiel Castelazo, psicoanalista y académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana.

Precisó que aunque es muy válido que los padres que trabajan no puedan dedicar el tiempo suficiente a sus hijos durante las vacaciones de verano, es importante que el curso incluya algo que en verdad le interese al niño, y que no se le sature con horarios aún más largos que el escolar.

“No se debe exagerar en eso, pues entonces lograremos lo contrario, que en vez de desarrollar habilidades y sentirse contento, el niño esté irritable y no desarrolle nuevas habilidades”, dijo.

"Es cierto que los niños son como esponjas y aprenden de todo, pero también hay que considerar que terminan su curso escolar cansados, por lo que es buena idea enseñarles a disfrutar su tiempo de descanso".

Así, subrayó que los padres no deben buscarles nuevas ocupaciones a sus hijos para continuar con sus actividades cotidianas. Es más, recomendó dejarles por lo menos un par de semanas libres del verano para que los hijos puedan usar su tiempo libre como ellos deseen, pues no se debe enseñar a los niños que ni en vacaciones se puede descansar.

Por ello, recomendó cursos con temas afines al contacto con la naturaleza, las actividades musicales y artísticas, o cursos temáticos (dinosaurios, piratas, magia), pues permiten desarrollar muchas y diferentes áreas, comenzando con su cerebro, que se adapta a situaciones distintas a las que encuentra en el aula.

Dicha libertad le permite al niño conocer cosas a las que de otra forma no podría acercarse y, a largo plazo, le permitirá desempeñarse mejor en su quehacer cotidiano en la escuela, dijo la experta, quien imparte las materias Psicología del desarrollo en la Maestría en Orientación Psicológica y Práctica del desarrollo infantil en la Licenciatura en Psicología de la Ibero.

Sitio Fuente: Ibero/JTGI/ ah