Cómo leer más libros al año

DESARROLLO PERSONAL Y PROFESIONAL.

Cada libro es una nueva enseñanza en la vida, por lo que es muy favorable contar con un buen promedio de libros leídos al año.

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La frase “somos lo que leemos” es una frase muy acertada. Cada libro que pasa por nuestras vidas deja una enseñanza y una marca profunda en nosotros, sin importar si es de ficción, historia, divulgación o alguna disciplina académica específica. Muchas veces nos sorprendemos con la capacidad de lectura que tienen algunos de los hombres más brillantes y destacados de nuestro tiempo, lo que deja en evidencia que cuantos más libros leamos, más posibilidades de éxito tendremos. Pero ¿qué se necesita para leer un buen promedio de libros al año?

La lectura es uno de los hábitos preferidos de las personas exitosas como Bill Gates y Ben Carson, por citar solo algunos. Ellos leen centenares de libros al año y sin dudas han aprendido mucho a través de ellos. La cantidad de libros que leemos repercute en nuestro conocimiento, porque a través de ellos aprendemos sobre diversos temas, pero leer también nos permite descubrir nuevas formas de comprender el mundo, desarrollar empatía a través de los personajes y encontrarnos con nosotros mismos.  

La lectura es un acto de humildad ante el mundo. Cuando empezamos un libro nos disponemos a encontramos con nuevos saberes, personas y culturas. El hábito de la lectura nos permite pasear de un autor a otro y expandirnos aún más. Siempre que leemos a un referente y este menciona a alguien que le ha servido de inspiración, no podemos contener el impulso de buscar obras de él y así nos vemos implicados en una cadena infinita de conocimiento, que nos impulsa de un lado hacia el otro.

La lectura es una práctica muy enriquecedora que debe ser defendida y fomentada. De acuerdo a  la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015, en México se estima que cada persona lee en promedio 5.3 libros al año, incluidos formatos impresos y digitales, cifra que resulta un poco pobre en comparación a otros países.

Si queremos aumentar el número de libros que leemos año a año, hay algunas prácticas que debemos tener en consideración para sacar el máximo provecho de cada texto y hacer rendir más nuestro tiempo.

Aprende a leer con mayor velocidad.

Cuanto más practiques, más rápido podrás leer. Por tanto, comienza practicando tu lectura con cualquier texto para ganar velocidad. Hay algunas técnicas muy efectivas que te ayudan a leer más rápido sin perderte del verdadero contenido, una de las más útiles es seguir la lectura con el dedo de tu mano para hacer un mejor seguimiento del texto.

Haz una lista de los libros que te gustaría leer.

No se trata de leer por leer, debes leer lo que te parezca enriquecedor y sea de tu agrado. Comienza una lista con los textos que te gustaría leer, selecciona algunos y consíguelos para comenzar. Es recomendable que al principio empieces con lecturas más “sencillas”, es decir, que no empieces a leer libros muy complejos que quizás te den ganas de abandonar. Algunos libros clásicos son de fácil lectura y son además, un gran comienzo.

Controla la cantidad de libros que lees.

La única forma de saber si leíste más libros que el año pasado es anotándolos. La mayoría de las personas pierde la noción de los libros que lee, sobre todo cuando estos son muchos o no dejaron una gran marca en el lector. Para superarte año a año, anota en tu agenda o en cualquier documento cada libro que leíste y la fecha en la que lo terminaste.

Lee más de lo que leíste.

La receta para leer más es, básicamente, leer más. Si sabes que el año pasado leíste, por ejemplo, 20 libros, ponte como meta leer 22-25 para este año. A medida que crezcas y vayas acumulando libros en tu lista de leídos, los textos se te harán más familiares y el ejercicio de leer, mucho más simple, ameno y necesario. Cada año marca una meta de libros que debes alcanzar y trabaja todo lo que puedas para alcanzarla.

Aprovecha cada minuto.

Si tienes muchas actividades diarias entre trabajo y universidad, es probable que no puedas dedicar tardes enteras a leer libros, pero sí puedes aprovechar alguno de los denominados “tiempos muertos” para dedicarte unos minutos a leer. Aprovecha tu viaje en metro, la espera en un consultorio y los minutos antes de dormir para ponerte a leer. Si lo haces todos los días, verás cómo avanzas en cada texto.

Recuerda que la lectura no es una obligación.

Lo mejor de leer es disfrutar cada segundo que dedicas a la práctica. A veces nos obligamos a terminar algunos de los libros que empezamos por mero capricho o por el compromiso que asumimos al comenzar, lo que termina resultando un sufrimiento. Si nos encontramos con un libro que no nos gusta o no llegamos a comprender, dejémoslo a un lado y sigamos con otro. Hay tiempos para cada libro.

Sitio Fuente: Universia México